La Asertividad

ASERTIVIDAD. Entrenamiento cognitivo conductual de la asertividad.

Naturaleza de la asertividad.

Las personas pueden mejorar la calidad de su vida diaria estableciendo relaciones mas funcionales, mas directas y mas autenticas. El entrenamiento de la asertividad es un proceso que ayuda a las personas a comunicar lo que quieren expresar de forma mas eficaz.

El entrenamiento de la asertividad se centra en las situaciones concretas o en los tipos de interacciones en las que las personas creen que no están actuando tan bien como quisieran. Se trabaja en varios puntos de interés: rechazar invitaciones de los amigos, expresar cumplidos y felicitaciones, enfrentarse a compañeros de trabajo cuando están haciendo algo que influye negativamente en el trabajo de uno, responder a un supervisor mandón, expresar a su amante lo que le gusta o disgusta sexualmente, enfrentarse a un compañero de apartamento para que comparta las responsabilidades económicas y domesticas, protagonizar conversaciones de amistad, ser entrevistado para ser admitido en un empleo, hablar con el profesor fuera de clase, concertar una cita, pedir un servicio o un favor en una tienda, buscar una información sin recurrir a una agencia, supervisar a los empleados, entrevistarse con su ex esposa, planear unas vacaciones y reclamar una subida del salario. Las situaciones varían desde los hechos diarios relativamente sencillos hasta interacciones mas significativas y profundas. El objetivo es realizarlas bien y de una forma eficaz.

La asertividad es la comunicación de las opiniones, creencias, sentimientos y deseos personales de una forma directa, honrada y adecuada. La conducta asertiva mantiene un gran respeto de los derechos personales y de los derechos de los demás. Muchas veces la asertividad está relacionada con situaciones conflictivas, con el rechazo de peticiones de otros y con la preocupación por satisfacer los deseos propios; sin embargo, las expresiones positivas como dar y recibir cumplidos, iniciar y animar las conversaciones y hacer afirmaciones positivas acerca de uno mismo también constituyen la conducta asertiva.

Los comportamientos asertivos pueden ser clasificados al menos en tres tipos: asertividades enfáticas, simples y confrontativos. Al rechazar una invitación para iniciar un noviazgo una persona puede desear expresar cierta comprensión e interés aunque de hecho la rechace, “eres muy amable al pedírmelo, pero preferiría no entablar ninguna relación de noviazgo contigo”, especialmente si la intención es honesta. Cuando una persona en la calle te pide que le des alguna moneda cuando sales de la tienda, puedes responder con un simple “no”. O si una persona te pide que cambies tus planes para un fin de semana, podrías ser poco enfático y decir sencillamente, “no, ya he decidido que voy a ir a pasear en una lancha de motor”. Sin embargo, si la persona continua insistiendo, podrías enfrentarte a ella diciéndole, “Lynn, cuando insistes intentando convencerme para que cambie mis planes, incluso después de haberte dicho que no varias veces, parece que no aceptaras mi negativa como una respuesta, y eso realmente me molesta mucho”. Todos estos tipos de respuestas se hallan dentro de la gama asertiva de la conducta. La asertividad no es una posición fría y brusca de defensa de los propios derechos, o de sus consecuencias, ni del olvido de los derechos de los demás.

Argumentos racionales sobre asertividad.

La gente no necesita aprender a ser asertiva, solo cuando ser asertiva.

El defender los derechos propios es una cuestión de autopreservación. Como tal, constituye una práctica que mucha gente hace cuando está seriamente amenazada. No es cuestión de si usted le dirá a su patrón que se muera si lo puso a usted en ridículo frente a sus compañeros, es solo asunto de cuanto abuso va usted a tolerar antes de hacerlo. Si usted no se defiende cuando su patrón lo insulta, quizás usted atacará cuando él lo empuje, y si eso no es suficiente, quizás usted actuará cuando lo acuse de robar materiales de la empresa. Llega un punto en el que casi cualquier esclavo, cualquier cobarde, se rebela contra la tiranía. Lo mismo se aplica al tímido, al pasivo y al obsequioso. Ellos también escupirán a la bota que los golpea cuando su paciencia se haya terminado.

Por lo tanto, los cobardes no tienen ninguna razón para racionalizar su temor. Ellos pueden, y se convertirán en leones cuando decidan que ya tuvieron bastante. Por lo tanto, en lugar de pasar toda una vida bajo el yugo, pueden comenzar a ser asertivos ahora, dado que de todos modos lo serán en algún momento.

El precio de la asertividad es al principio una considerable incomodidad, y solo mas tarde será satisfacción.

El conseguir lo que se quiere rara vez se logra sin riesgo o sin sufrimiento. Crecer es doloroso, y si usted no tiene estomago para eso, quedará bajo el control de los demás, lo que es también una elección dolorosa. Ese es el problema; rompa las amarras de su libertad y usted encontrará cierta resistencia; acepte las amarras a su libertad, y eso será peor. Aquellas personas que esperan obtener su independencia sin lucha van a quedar decepcionadas. Una persona entre miles acepta una petición de cambio con gracia o con facilidad; la mayoría de las personas oponen una tremenda resistencia al pedírselas, o al forzarlas a que modifiquen su conducta. Lo que usted considera justo es fácilmente considerado injusto por la persona de la cual se espera que cambie.

Cuando una madre está harta de las impertinencias de su hija y la regaña por llegar tarde, la respuesta esperada es un empeoramiento de la relación. Luego de un acto asertivo, las cosas se ponen peor antes de ponerse mejor. La única vez que no sucede esto es cuando la persona a quien se le pide que cambie es tan comprensiva y madura que reconoce enseguida lo justo de la petición. El hecho de que la relación se deteriora al principio no es prueba de que el acto asertivo fue un serio error, o que es mejor que el demandante se retire. A veces, el crecimiento y el cambio no son posibles sin lucha y sufrimiento.

Las personas que van a la huelga, que declaran una guerra o que defienden sus derechos, si están cansados de que otros rijan sus vidas quizás no consigan el amor que quieren, pero obtendrán respeto; y del respeto puede crecer el amor, sin él no es muy probable que surja el amor o que persista.

La gente tiene una obligación consigo misma y con los demás de estar razonablemente autocentrada.

Las personas rara vez buscan su bienestar, son como aquellas personas

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