La Asertividad
Papachoris17 de Noviembre de 2012
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La asertividad
“Si hay algo que valga la pena hacer, vale la pena hacerlo aunque sea mediocremente”
G. K. Chesterton
Comúnmente escuchamos “vive, disfruta, aprovecha tu vida…” y es un buen deseo, solo que aunado a eso encontramos cientos de rectas, mandamientos y sugerencias de lo que debe ser y lo que no; la pregunta que surge es: ¿como?.
Un primer paso -como en todo- es decidir y definir que se desea, que se prefiere en la vida. Y aquí la duda si esto no coincide con lo escuchado que debe hacer, es correcto o bien visto por los demás. Es fácil responder “no lo sé” y postergar la respuesta -alguien la tomará por mi. La decisión es en ocasiones evitada pues pide responsabilizarse de ella. Aparentemente quién no sabe, no está obligado a hacer y es cómodo, pero hay precio. “Los indecisos tienen tres clases de dificultades: las que han tenido, las que tienen y las que esperan tener” (John Pierpont). Esto no significa que tomar decisiones no implique dificultades -al contrario- solo que sabe diferente resolver una sobre lo que deseo y me interesa; en comparación con la impuesta. Hablamos de ser pasivos y solo receptivos en la vida; esperando. El otro extremo es la agresividad. Como conocemos, existen personas que parecieran -o buscan parecer- estar por encima de todo y de todos; operando el entorno de forma tal, que las demás son vistas y utilizadas como piezas de ajedrez, como engranes de una máquina; colocándolas y exigiéndoles una función determinada en busca de su objetivo, a cambio de no hacerlas sentir mal. Es aquí donde el arte de la manipulación obsequia sus frutos. Regularmente los agresivos son ex-pasivos. Personas que sufrieron acoso, menosprecio, desilusión o temor; y descubrieron que para ellos, la mejor defensa era el ataque. Por supuesto que no sin un precio; evitación de los demás, poca intimidad en las relaciones, afecto condicionado y hasta soledad. Son quienes aseguran que “el fin justifica los medios”.
Entonces ¿cual sería el equilibrio, lo bueno para mi y aceptable para ti?. A eso llamamos “asertividad”. Se deriva del latín assertum, afirmar. Significa la afirmación de la personalidad; confianza en sí mismo, determinación, seguridad y vitalidad; principios de justicia y equidad. Es defender en pensamiento y acto los derechos propios sin agredir ni ser agredido. La persona asertiva se ha atrevido a expresar en el momento adecuado -sin poner en riesgo su integridad física y moral- sus deseos de una manera amable, abierta y directa, negociando su cumplimiento. Sabe que tiene derecho a sus creencias y opiniones; sin los extremos de los sumisos que ceden, ni los quejumbrosos que exigen y acusan. No tiene siempre la razón pero expresa sus opiniones y puntos de vista, equivocarse también es un derecho. Presentan además notable reducción de ansiedad y miedo, promotores del estrés y enfermedades propias de nuestros días. Trabajar en si mismo es amarse, y como dijera Oscar Wilde: “Amarse a uno mismo es el inicio de una novela que dura toda la vida”.
Jorge Papachoris Corrales
papachoris@hotmail.com
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