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La Depresion


Enviado por   •  13 de Abril de 2015  •  2.054 Palabras (9 Páginas)  •  282 Visitas

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Dicho todo esto, la Falacia del día es la siguiente: es peligroso beber agua destilada, porque puede causar daños a tu organismo o incluso matarte. Existen diversas versiones con información adicional sobre la razón, y gravedades varias del peligro:

… porque tus células pueden absorber agua hasta reventar.

… porque es muy ácida debido al dióxido de carbono que se disuelve en ella desde el aire.

… porque no te proporciona las sales minerales que tu cuerpo necesita.

Recuerdo mirar el matraz de agua destilada del laboratorio de química de la facultad y pensar en lo aparentemente inocua que era pero, al mismo tiempo, qué peligrosa. Sin embargo, los terribles peligros del agua destilada no tienen ningún sentido. ¿El agua destilada puede matarte? Mentira.

El agua destilada es H2O, sin nada más. La diferencia con el agua que solemos beber normalmente, por supuesto, es que la segunda tiene cosas disueltas: sales minerales (sobre todo cloruro de sodio, es decir, sal común), cloro (en el agua de la mayoría de los grifos), sales de flúor (en los lugares en los que se fluoriza), etc.

Antes de entrar de lleno en el argumento falaz en sí, un pequeño recordatorio (o explicación, si no lo habías oído antes) de unos cuantos términos que suelen aparecer en este asunto:

Cuando se ponen en contacto dos disoluciones a través de una membrana permeable al agua, el agua puede pasar de uno a otro lado de la pared por un proceso denominado ósmosis. Por ejemplo, si a un lado de la membrana hay agua con una gran concentración de sales, pero al otro hay agua con una pequeña concentración, el agua tiende a pasar a través de la membrana para tratar de igualar las concentraciones, del lado con menor concentración al de mayor concentración.

Nuestros fluidos corporales tienen una determinada concentración de sales minerales, y una disolución de esa misma concentración se denomina isotónica. Si la disolución tiene mayor concentración, se llama hipertónica y, si tiene menos, hipotónica. De modo que una disolución isotónica, en contacto con otra hipotónica a través de una membrana permeable al agua pero no a las sales minerales, hará que el agua pase del lado “hipotónico” al “isotónico” para igualar las concentraciones.

Bien, uno de los supuestos peligros del agua destilada es el siguiente: El agua destilada es una disolución muy hipotónica, ya que no tiene sales disueltas, mientras que nuestros fluidos corporales sí. De modo que nuestras células pueden empezar a absorber agua de la disolución hipotónica para tratar de igualar la concentración hasta que, al final, se llenan tanto de agua que revientan y puedes morir.

De hecho, la “explicación” que suele darse (que es bastante intuitiva pero totalmente engañosa) es la siguiente: en un extremo está el agua destilada, sin nada de sal, y en el otro el agua de mar, con mucha sal. Si pones en contacto tus células con agua de mar, muy hipertónica, las células pierden agua y se “secan”. Si las pones en contacto con agua destilada, muy hipotónica, las células ganan agua y se “hinchan”. Ambos efectos son peligrosos. Lo ideal, dicen entonces, es beber agua “normal”, en el medio de ambos extremos, que tiene la cantidad adecuada de sales.

Y ahí está la clave de la cuestión: ¿Cuál es la concentración de sales del agua “normal”? ¿Está realmente en algún punto medio en el rango de concentraciones posibles del agua? ¿Cómo de hipotónica es cada una de ellas comparadas con nuestro organismo? ¿Cómo son de diferentes el agua destilada y el agua “normal”?

Bien, la concentración de sales en nuestro interior es bastante grande: no tan grande como la del agua de mar (que es de unos 33 gramos por litro), pero somos relativamente “salados”: más o menos unos 9 gramos por cada litro. Efectivamente, el agua de mar es una disolución hipertónica (tiene 24 gramos más de sales por cada litro que el plasma sanguíneo). El agua destilada es una disolución muy hipotónica, pues su concentración ideal es de 0 gramos por litro, es decir, tenemos 9 gramos por litro más de concentración. Hasta aquí, todo correcto.

Pero es que el agua que bebemos también es una disolución extremadamente hipotónica. Por ejemplo, un agua mineral de mineralización muy débil, como Bezoya (si no vives en España no la conocerás, pero habrá otras similares donde vives), tiene una concentración máxima de sales de 50 miligramos por cada litro. Sí, has leído bien: 0,05 gramos por cada litro de agua.

Dicho de otra manera, el agua destilada tiene un defecto de concentración respecto a nuestro organismo de 9 gramos/litro. El agua Bezoya tiene un defecto de concentración de 8,95 gramos/litro. Las personas que beben Bezoya deberían caer fulminadas como pájaros, sus células reventando como ciruelas maduras según le pegan un buen trago a la botella. Sin embargo, esto no pasa. Nuestro cuerpo no es tan vulnerable: casi cualquier líquido que bebemos es muy hipotónico, y si eso fuera suficiente para matarnos, estaríamos todos muertos.

Pero incluso para aguas con más mineralización, la concentración sigue siendo muy pequeña comparada con la de nuestro cuerpo: un agua del grifo con más de 1 gramo por litro suele saber a rayos y centellas (especialmente si contiene mucho calcio). Una gran cantidad de aguas minerales del mercado tiene menos de 0,5 gramos por cada litro de agua: un defecto de 8,5 gramos/litro respecto a una concentración isotónica, frente al defecto de 9 gramos/litro del agua destilada.

Aquí está una de las dos claves de la Falacia: El agua que bebemos no es destilada pero, comparada con el interior de nuestro organismo, es casi destilada. La diferencia no es, ni de lejos, tan grande como los argumentos sobre los peligros del agua destilada quieren hacer parecer.

La segunda clave de la Falacia, por supuesto, es que nuestras células no se ponen en contacto directo con agua destilada. El agua entra en nuestro torrente sanguíneo tras pasar por el aparato digestivo y ser absorbida por las paredes del estómago y el intestino, y se mezcla con la sangre que tiene unos 9 gramos/litro de sales disueltas. De manera que tus células no van a “reventar” por beber agua destilada.

Pero,

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