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La Etica Y El Administrador


Enviado por   •  10 de Agosto de 2011  •  1.444 Palabras (6 Páginas)  •  6.452 Visitas

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LA ÉTICA Y EL ADMINISTRADOR

La ética, implica el desarrollo propio, sin atentar contra el libre desenvolvimiento de los demás, es decir, es tratada en un plano subjetivo. La moral, que en ciertas ocasiones se confunde con la ética, va más vinculada a un conjunto de valores instituidos dentro de un grupo social, y que son aprehendidos por el individuo, quien actúa y juzga a partir de éstos.

Muchas veces, en el intento de vincular la ética al contexto de la administración, observamos en la práctica, éstos dos conceptos muy difíciles de unir, puesto que lo que uno implica, puede ser utilizado en contraposición a la aplicación del otro. Desafortunadamente gran cantidad de administradores, manejan una ideología tan lineal en su visión y el ejercicio de su profesión, que no permiten involucrarse más allá en lo tocante a las funciones que le son adjudicadas.

Teniendo ya diferenciado el concepto de la ética, podremos analizar que cientos de veces, los criterios que maneja un administrador, tales como la eficiencia, la eficacia, la productividad, y la rentabilidad, se quedan muy cortos en cuanto a la comprensión de este término, puesto que en la mayoría de los casos, solo pretenden por desarrollar el pequeño núcleo o negocio en el cual participan, sin tener en cuenta un contexto mucho más amplio en el que se hallan inmersos.

El ámbito empresarial. En cada decisión siempre deberá tomarse en cuenta la ética, ya sea que el tema sean negociaciones con nuestros proveedores, con nuestros colaboradores o con nuestros competidores, la ética siempre debe estar presente.

Hoy en día existen más organizaciones que luchan por una transparencia en las actividades basadas en códigos éticos y con el internet como herramienta de comunicación social, las empresas deben considerar la ética como valor indispensable antes de actuar. “Sin valores sólidos estamos acercándonos al desastre de nuestra organización”. Desafortunadamente hay quienes ponen por encima de la ética y los valores los resultados financieros, claro está que no se dan cuenta que la ética corporativa puede ser una fuente de ventajas competitivas, ya que por medio de ella se pueden atraer clientes potenciales y colaboradores de primer nivel.

• Al administrar una empresa de manera responsable debemos preguntarnos:

¿Me estoy dedicando la mayor parte del tiempo a apagar incendios o a ocultar deficiencias en mi administración?

Los administradores de empresas que se encuentran en decadencia, han perdido la visión global del negocio. Por otra parte, sus actividades están enfocadas en forma absurda a aplazar el inminente desastre. Los problemas realmente sustanciales se encuentran escondidos o no forman parte de sus prioridades y han sido eliminados de la conciencia mientras se dedican obsesivamente a buscar el mejor ángulo a la última mala noticia, y esconden astutamente, cualquier defecto corporativo. Esta caída inminente generalmente es acompañada de una racionalización con la que el líder simplemente busca ganar tiempo y hacer los arreglos importantes después o definitivamente no tiene la capacidad para hacerlos.

¿Somos demasiado ambiciosos?

Ocasionalmente no es sencillo aceptar que somos codiciosos. Todas las personas estamos consientes de lo arduo que debe ser nuestro trabajo para alcanzar el éxito; no obstante, la incansable competencia por el poder se vuelve el único fin de la organización. La problemática inicia cuando la ambición es el factor dominante de cualquier decisión, entonces sienten que tienen derecho a todo y lo quieren todo. Eso sucede fácilmente como consecuencia de la tendencia humana a no darle valor a las cosas que antes eran un estándar que nos llevaba rumbo al progreso y éxito de la empresa. El profesional con visión combate su ambición rembolsando algo a nuestra sociedad.

¿Será el momento para detenernos y analizar nuestra estrategia competitiva y hacer algo diferente o no hacer absolutamente nada?

Este es el cuestionamiento más difícil de responder y más aún en momentos en que creemos estar en la cima. Debemos considerar que desafortunadamente, muchos profesionales fracasan justo cuando todo parece estar marchando sobre ruedas, es entonces cuando debemos permitirnos un respiro y tomar el tiempo necesario para elaborar una reingeniería y cambiar el camino puede ser la mejor estrategia. El desastre es inminente cuando el líder de una organización comienza a tomar decisiones rápidas e intransigentes por no enfocarse en los problemas reales e internos, como consecuencia las decisiones toman vida propia.

Evaluemos nuestra conciencia y si identificamos una deficiencia ética en

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