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La mejor Filosofia de la psicologia humana segun Descartes, Locke y Hume


Enviado por   •  5 de Junio de 2017  •  Trabajos  •  3.398 Palabras (14 Páginas)  •  216 Visitas

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1-      René Descartes (1596-1650) depositaba su certeza en la existencia de sí mismo (sustancia finita). Al momento de pensar, él aseguraba que estaba existiendo, pero a su vez, toda sustancia finita necesita una sustancia infinita, en éste caso Dios, quien  existe en sí mismo y por sí mismo, no necesita ninguna otra cosa para existir. Dios es ese ser infinito y perfecto (eterno, inmutable, independiente, omnisciente, y por lo cual yo mismo y todas las demás cosas que existen hemos sido creados y producidos). Por lo tanto, Descartes dudaba de todo menos de dos cosas: de su propia existencia y de Dios. Para explicar su existencia planteaba un dualismo, una unión entre alma y cuerpo, estableciendo que el cuerpo necesita del alma para existir, pero el alma puede existir por si sola sin necesidad del cuerpo como “envase”.
    En efecto, podemos dudar de todo, pero no podemos dudar de que dudemos, y, como dudar es pensar, no podemos dudar de que pensemos. La existencia del pensamiento es un concepto claro y evidente que sirve como punto de partida. De nuestra existencia y la existencia de Dios se desprende que el mundo existe. Si este mismo no existiera, Dios nos estaría engañando, ya que nos haría creer que estamos en un mundo que no existe, y Dios, al ser perfecto, no puede mentir ni engañar, porque esas acciones son imperfecciones.
    Descartes quiere demostrar que la existencia de Dios no es solo una idea de nuestro pensamiento, sino una realidad autentica e indudable. Descartes (1641) afirma:

      Ahora bien, es cosa manifiesta, en virtud de la luz natural, que debe haber por
      lo menos tanta realidad en la causa eficiente y total como en su efecto: pues
      ¿de dónde puede sacar el efecto su realidad, si no es de la causa? ¿Y cómo
      podría esa causa comunicársela, si no la tuviera ella misma? (p.21).

    Esto quiere decir que la causa de la idea debe poseer una perfección real que sea proporcional a la perfección de la propia idea, a mayor realidad objetiva de una idea,  mayor realidad formal debe tener el objeto que la haya causado. Descartes cataloga todas las ideas que encuentra en sí mismo: hombres, animales, sustancias, atributos; y examina si el mismo podría ser la causa de todas sus ideas. En sí mismo puede encontrar el fundamento adecuado para dar cuenta de casi todas las ideas, pero la idea de un ser absoluto no se puede explicar a partir de las facultades del propio sujeto. Es un hecho que tenemos la idea de un ser perfecto e infinito (Dios); pero esta idea no es accidental. La idea de un ser perfecto no proviene de la nada, pero tampoco de nosotros mismos. No es exterior ya que no fue captada por los sentidos, ni tampoco fabricada por el pensamiento, pues es imperfecto, como nos lo demuestran los errores y la misma duda, y lo perfecto no puede proceder de lo imperfecto. Por lo que esta idea debe ser innata, nació con nosotros pero no procese de nosotros, nos indica que fue puesta en el pensamiento por una realidad exterior que sí posee tal perfección, es decir, por Dios. Por lo tanto, Dios existe. Muchos filósofos consideran que la idea de infinito proviene, por negación de los límites, de la idea de lo finito, Descartes invierte esta relación afirmando que la noción de finitud, presupone la idea de infinitud.

    Y no debo imaginar que concibo el infinito mediante una verdadera idea,
    sino sólo por la negación de lo que es finito […] porque por el contrario
    veo manifiestamente que hay más realidad en la sustancia infinita que en
    la sustancia finita y que, además, en cierto modo tengo en mí la noción de
    lo infinito antes que de lo finito, es decir, de Dios, antes que de mí
    mismo. (Descartes, 1641, p.24)

     La conclusión de esta primer justificación sobre de la existencia de Dios sería, que aunque tengamos la idea de ser yo una sustancia, no podríamos tener la idea de una sustancia infinita (Dios), siendo yo finito, si no la hubiera puesta en mi un sustancia infinita.

     Por otro lado también tenemos los argumentos basados en la imperfección y dependencia del ser. Prueba parte de la contingencia como seres finitos. Descartes habla de la contingencia de su ser porque no se ha creado a sí mismo, parte de la base de la causa de nuestra existencia como tal, si Dios no nos ha creado, ¿Quién lo ha hecho?
    La fragilidad de mi existencia es tal que en cualquier momento podría dejar de existir. Soy consciente de mi imperfección, tengo limitaciones, ya sea por mi ignorancia o por el hecho de dudar. Si fuese absolutamente perfecto y la causa de mi propio ser, me habría creado como sabio, no como imperfecto. En el supuesto caso de que yo fuese causa de la realidad objetiva de la perfección, mi realidad formal debería ser proporcional a esa idea, ya que como mencionamos anteriormente, a mayor realidad objetiva de una idea, mayor realidad formal debe tener el objeto que la haya causado. Aquel que niega a Dios, se considera un productor de sí mismo. En tal caso yo podría obtener la perfección que idealizo y deseo (pero que, evidentemente, no poseo), sin necesidad de una sustancia infinita, ya que yo fui la fuente de la idea de perfección. Por lo tanto, si poseo la idea de perfección, y no poseo la perfección que pudiera ser la causa de tal idea, esto nuevamente nos lleva a decir que la idea fue puesta en mí por Dios. Es un hecho que soy una realidad contingente, mi existencia depende de la existencia de otro ser que no sea contingente como yo, que exista por sí mismo y no por causa de otro. Si no puedo existir en un tiempo infinito; y mis padres son solo la causa de mis atributos físicos, solo queda Dios como causa de mi existencia y ocupa el lugar de esa figura infinita.

    Finalmente Descartes formula un tercer argumento, la prueba ontológica. Argumenta que no es posible negar la idea de Dios sin admitir al mismo tiempo su existencia.
 Si me abstengo de emitir un juicio sobre algo por no concebirlo claramente, no me engaño. Pero al negar o afirmar tal cosa, no empleo como es debido mi juicio, y al afirmar lo que no es cierto, es evidente que sí me engaño. Formar una idea o concepto en la mente acerca de Dios es casi lo mismo que concebir que exista realmente. Descartes considera la existencia como una propiedad, ya que puede ser atribuida a una cosa (la evidencia de esta prueba es la misma que la que tenemos de que dos es un número par o tres un número impar). La existencia necesaria es considerada una perfección aún mayor. El hecho de existir hace de algo más perfecto que el existir meramente en el pensamiento, o que la mera posibilidad de existir. La existencia necesaria y eterna está en la idea de un ser absolutamente perfecto; por lo que Dios existe y está comprendida el ser absolutamente perfecto, lo concebimos como un ser omnisciente, omnipotente y perfecto; infinito. Descartes también señala que esto no ocurre con ninguna otra entidad distinta a Dios. En él, y solo en él, se encuentra la existencia necesaria. Tales atributos son tan grandes y eminentes que cuanto más atentamente los considera menos se convence de que la idea que posee pueda tener su origen en sí mismo Luego, tal ser perfecto no solo es una idea del cogito, sino una realidad existente fuera de él.

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