La reflexión psicológica

UNIVERSIDAD

PEDAGÓGICA

NACIONAL.

SUBCENTRO TELOLOAPAN LE-94 C.C.T 12C

Materia: Salud y Educación Física.

Maestra: Petra Vargas Martínez.

Alumno: Francisco Javier Rodríguez Montes.

Grupo: 706.

Semestre: 7º.

Trabajo: Lecturas pag 94 Prefacio, pág 95 El Acto y el Efecto, Pág 99 Introducción, y pág. 101 Introducción.

Fecha de entrega: Teloloapan gro. a 11 de Enero año 2014.

Prefacio

(Informe)

La reflexión psicológica hace de la introspección (acto reflexivo interior) el primer dato de la toma de conciencia. Ese momento de introspección se constituye en un acto con un enorme poder que se extiende a toda la vida de la mente.

Para la psicología conductista una buena parte de las conductas son inconscien-tes. La toma de conciencia exige la intervención de actividades especiales y es tan importante que en ocasiones tiene la capacidad de modificar algunas de ellas.

En realidad la toma de conciencia más que una ‘toma’ es un acto que se incorpora a un ámbito anterior de la conciencia; es una acción que se convierte en un modo de concientización. Se trata de una verdadera construcción al interior de la propia conciencia. No se trata de construir la conciencia en su totalidad sino de organizarla en niveles y éstos integrados unos con otros.

Esta obra trata sobre la toma de conciencia desde la perspectiva de la conducta, aunque sus resultados se hayan aplicado también a la causalidad tema estudiado desde la Epistemología Genética

Es importante señalar la relación existente entre toma de conciencia y causalidad puesto que ambas se implican y se necesitan mutuamente, puesto que si la cau-salidad nace de una acción propia, la toma de conciencia depende, en buena medida, de dicha acción, incluso la puede modificar.

En la teoría de Piaget el niño descubre las causas a través de la relación con los objetos y, en un primer momento, atribuye a los objetos actividades análogas a las suya. A diferencia de la teoría de Maine de Biran, que adjudica una intencionalidad, aunque sea incipiente, a la acción en relación con el objeto, para Piaget la forma psicológica inicial de una causalidad constituye un proceso fundamentalmente inconsciente y, por tanto, sin intuición inmediata. La conciencia se va adquiriendo conforme se relaciona la acción con el objeto de la acción, en una interacción que incluso puede ser modificatoria de la misma acción en su relación con el objeto.

Importa examinar la conceptualización del sujeto referida a las acciones del niño y su ‘inteligencia práctica’, es decir, saber cuál es la conciencia que el niño tiene de sus propias acciones, especialmente cuál es la regulación que advierte entre su acción la conciencia de esa acción.

Importa, así mismo, saber si la causalidad entre su acción y el objeto es más o menos clara que las relaciones causales entre los objetos. Y esto es importante tanto para la psicología como para la epistemología.

El Acto y el Efecto.

(Conclusión)

La hipótesis inicial de afirmar la capacidad del niño en etapas inferiores del desarrollo para aprender, sentir y vivir en un mundo en principio ajeno e él, se hace correlativa con los elementos de adaptabilidad y desarrollo que tiene el sujeto desde la más temprana infancia como una característica biológica, y los componentes emocionales que surgirán a través de la vivencia y comprensión de las experiencias, lo que permitiría, en teoría, desarrollar nuevas estrategias y conductas de dominio de la realidad en relación, principalmente, a los ámbitos emocional y cognoscitivo.

Para ello encontramos distintos elementos y factores que intervendrán en el proceso de cambio y desarrollo y contribuirán en la formación de componentes fundamentales para la supervivencia y la adaptación del niño a partir de las primeras etapas de su desarrollo y fortaleciendo las posteriores.

La

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