Reflexiones
adrianat13 de Julio de 2011
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La libreta de calificaciones
Por Pablo Gimenez
Era viernes, 19 hs., llegué puntual a la escuela de mi hijo.
- No olviden venir a la reunión, es importante -, fue lo que la maestra escribió en el cuaderno de mi hijo.
¡Pues qué cree la maestra!, ¿cree que podemos disponer de tiempo a la hora que ella diga?. Si supiera qué importante era la reunión que tenía a las 19 hs., de aquí dependía un buen negocio y… ¡Tuve que cancelarla!.
Ahí estábamos todos, papás y mamás. La maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar.
No recuerdo qué dijo, mi mente estaba pensando cómo resolver lo de ese negocio, probablemente podríamos comprar una nueva televisión con el dinero que recibiría.
¡Juan Rodríguez!… escuché a lo lejos.
- ¿No está el papá de Juan? – dijo la maestra.
Sí, si ¡aquí estoy!, contesté pasando a recibir la libreta de mi hijo.
Regresé a mi silla y me dispuse a verla.
¿Para esto vine?, ¿qué es esto?.
La libreta estaba llena de 6 y 6.
Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndolas para que ninguna persona viera las feas calificaciones de mi hijo.
De regreso a casa aumentó mi enojo, a la vez que pensaba… ¡sie le doy todo!, ¡nada le falta!.
¡Ahora sí que me va a escuchar!…
Estacioné mi auto, entré a acasa y grité:
¡Vení para acá Juan!.
Juan estaba en su dormitorio y corrió a abrazarme.
- ¡Päpi!.
¡Qué papi ni que nada!, + lo retiré de mi y le grité hasta cansarme.
¡¡¡ Y volvé a tu cuarto!!! + Terminé.
Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.
Mi esposa no dijo nada, solo movió la cabeza negativamente y se fue…
Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa me entregó otra vez la libreta de calificaciones de Juan y me dijo: Leela despacio y después tomá una decisión.
La libreta decía así:
LIBRETA DE CALIFICACIONES PARA EL PAPÁ
Tiempo que dedica a su hijo:
En conversar 5
En jugar 6
En ayudarlo a hacer la tarea 5
En salir de paseo en familia 6
En abrazarlo y besarlo 6
En ver la televisión con el 5
Él me había puesto 6 y 5 a mí.
Yo me hubiese calificado con menos de 5…
Me levanté y corrí a la habitación de mi hijo, lo abracé y lloré… quería regresar el tiempo atrás, pero era imposible…
Juan abrió sus ojos, aún estaban hinchados por las lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo:
¡Te quiero papi!
Cerró sus ojos y se durmió.
Que duro es ver nuestros errores como padres desde esta perspectiva…
Démosle el valor a lo que realmente es de valor para nosotros… nuestra familia.
(autor desconocido)
Madres malas
Por Pablo Gimenez
Un día, cuando mis hijos estén crecidos lo suficiente para entender la lógica que motiva a los padres y a las madres, yo habré de decirles:
“Los amé lo suficiente como para haberles preguntado a dónde van, con quién van y a que hora regresarán.”
Los amé lo suficiente como para no haber quedado callado y hacerles saber, aunque no les gustara, que aquel nuevo amigo no era buena compañía.
Los amé lo suficiente para hacerles pagar las golosinas que tomaron del supermercado o las revistas que sacaron al kiosquero.
Los amé lo suficiente como para haber permanecido de pié, junto a ustedes, dos horas, mientras limpiaban su cuarto, cuando yo podía haberlo hecho en 15 minutos.
Los amé lo suficiente como para dejarles ver además del amor que sentía por ustedes, la decepción y también las lágrimas en mis ojos.
Los amé demasiado como para dejarlos asumir la responsabilidad de sus
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