Locuras Histericas
violegc28 de Febrero de 2013
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FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UBA / SECRETARÍA DE INVESTIGACIONES / ANUARIO DE INVESTIGACIONES / VOLUMEN XV
VERSIONES PSICOANALÍTICAS DE LA HISTERIA
PSYCOANALITICAL VERSIONS OF HYSTERIA
Mazzuca, Roberto1; Canónico, Eduardo2; Esseiva, María de los Ángeles3; Mazzuca, Santiago4
RESUMEN
Tomando como punto de partida las diferencias entre las diversas conceptualizaciones psicoanalíticas de la histeria, el trabajo delimita lo esencial de la elaboración freudiana en relación con esta categoría clínica, para destacar a continuación las diferencias con el modo en que la define Lacan. Si bien éste retoma muchos de los conceptos formulados por Freud sobre la histeria, su perspectiva difiere sensiblemente en este tema respec- to de la del padre del psicoanálisis.
Palabras clave:
Histeria - Conversión - Identificación viril - Identificación Histérica - Deseo insatisfecho - Goce de la privación
ABSTRACT
Taking as a starting point the distinctions between di- verse psychoanalytical conceptions of hysteria, this pa- per develops the essence of Freudian elaboration on this clinical category; in order to highlight the differences with the way Lacan defines it. Despite Lacan recuper- ates lots of Freudian concepts around hysteria; his point of view sensibly differs on this matter from psychoanaly- sis father’s.
Key words:
Hysteria - Conversion - virile identification - Hysterical identification - Unsatisfied desire - Enjoyment from pri- vation
1 Lic. en Psicología. Prof. en Filosofía. Profesor Consulto, UBA. Ex Profesor Titular de la segunda Cátedra de Psicopatología, Facultad de Psicología, UBA. Director del proyecto UBACyT 2004-2007 “La estructura del nudo borromeo en la caracterización de la histeria en el último período de la obra de J. Lacan (1974-1981)”.
2 Lic. en Psicología. JTP en la Cátedra II de Psicopatología, Facultad de Psicología, UBA. Investigador de Apoyo en los Proyectos UBA- CyT P034 y P091.
3 Lic. en Psicología, ATP de la Cátedra II de Psicopatología, Facultad de Psicología, UBA. Investigadora de Apoyo en el Proyecto UBACyT P091.
4 Lic. en Psicología. ATP de la Cátedra II de Psicopatología, Facultad de Psicología, UBA. Investigador Formado en los Proyectos P034 y P091.
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VERSIONES PSICOANALÍTICAS DE LA HISTERIA
PSYCOANALITICAL VERSIONS OF HYSTERIA
Mazzuca, Roberto; Canónico, Eduardo; Esseiva, María de los Ángeles; Mazzuca, Santiago
INTRODUCCIÓN
Este artículo, como es característico de las publicacio- nes del Anuario, corresponde a una investigación en curso. Su contenido reúne resultados parciales del pro- yecto UBACyT P091 (32) y del trabajo preparatorio del proyecto P036 (33) que destacan diferencias significati- vas en el modo de conceptualizar la histeria en las dis- tintas orientaciones psicoanalíticas. El artículo se ocupa fundamentalmente de delimitar estas diferencias en las elaboraciones teóricas y clínicas de Freud y Lacan. En consecuencia, la expresión utilizada en su título, “ver- siones” de la histeria, hace referencia, no a las distintas formas clínicas en que se puede presentar fenoménica- mente esa categoría, sino a la diversidad de concepcio- nes con que se ha intentado formular su naturaleza y modos de operar.
La histeria es una de las categorías clínicas más anti- guas; hay referencias a ella en papiros egipcios del año dos mil A.C. Sin embargo, a lo largo de los milenios el modo de concebirla fue cambiando profundamente. Es ampliamente conocido que en un inicio fue entendida como una enfermedad del útero (ύστέρα), de donde proviene su nombre, y considerada por lo tanto propia del sexo femenino. No sólo su nominación sigue vigen- te, sino que esta concepción opera todavía de algún modo en la actualidad bajo la forma de prejuicio en la creencia muy generalizada de que involucra sólo a las mujeres. Recién en las primeras décadas del siglo XVII, época que asistió a un fuerte desarrollo de las investiga- ciones sobre el sistema nervioso, la histeria fue puesta en relación con perturbaciones de dicho sistema y, de este modo, su naturaleza fue concebida como una en- fermedad del cerebro. Transcurrieron casi tres siglos hasta que Freud, al introducir una nueva psicopatología aún antes de la invención del psicoanálisis y de la for- mulación del inconsciente, la ubicara en relación con el registro anímico y postulara la naturaleza psíquica de sus síntomas.
A lo largo de esta secuencia de transformaciones, no sólo cambió el modo de entender la histeria teóricamente sino también su misma categoría clínica, ampliándose el conjunto de síntomas que la componen. Inicialmente se la identificaba con los ataques histéricos. Recién con la emergencia de la incipiente psiquiatría se agregó una multitud de síntomas somáticos, menos pasajeros que las crisis. No obstante, ya antes había sido asociada con perturbaciones de la mentalidad y concebida como locu- ra histérica. Aquí también la psiquiatría cumplió una mi- sión civilizadora arrancando los fenómenos de posesión del campo de la religión para ubicarlos en el de la cien- cia: Ya en las últimas décadas del siglo XVI los médicos se atrevieron a desafiar a la Inquisición sosteniendo que las pretendidas brujas y posesas eran en realidad enfer- mas mentales (28, p. 216).
Es menos conocida, en cambio -o por lo menos se la destaca con menor frecuencia-, la diversidad de con-
cepciones sobre la histeria dentro del psicoanálisis mis- mo. Pilar inicial y fundamental en la elaboración freudia- na, la histeria tiene un lugar muy marginal en la orientación kleiniana. No sólo porque el núcleo de esta concepción toma como referencia categorías de las psicosis: esquizofrenia, paranoia y melancolía (fases esquizo-paranoide y depresiva), sino porque aun en su novedosa manera de entender la neurosis infantil, la concibe sobre todo compuesta por síntomas fóbicos y obsesivos (8). La histeria se destaca en ese contexto por su casi ausencia. Lacan, por el contrario, la devuelve al centro de la escena, y también en este tema promueve un retorno a los conceptos freudianos. Probablemente por esta razón, por lo general pasan desapercibidas algu- nas diferencias significativas entre su conceptualización de la histeria y la del padre del psicoanálisis. Este artí- culo tiene como objetivo destacarlas. Para ello delimita y caracteriza de manera sucinta las contribuciones fun- damentales de ambos psicoanalistas en relación con la histeria.
I. LA HISTERIA EN LA ELABORACIÓN FREUDIANA
Freud es uno de los pioneros y principales integrantes del movimiento llamado psicopatológico, el cual se de- sarrolló en las primeras décadas del siglo XX. Este mo- vimiento reemplaza el paradigma de la psiquiatría clási- ca, representada eminentemente por E. Kraepelin, y se caracteriza por introducir como eje de sus elaboracio- nes teóricas los “mecanismos de formación del síntoma” (27). De esta manera, con pocos años de diferencia, Sérieux y Capgràs distinguen el delirio de reivindicación basándolo en una modalidad de construcción del delirio distintiva en relación con la que caracteriza el desarrollo del delirio de interpretación; Clérambault aborda la psi- cosis alucinatoria crónica a partir del mecanismo de automatismo mental; un poco más tarde, Bleuler aborda las psicosis por medio de lo que denominó “mecanis- mos freudianos” (1). Antes de todos ellos, Freud em- prendía la construcción sistemática de una psicopatolo- gía tomando como eje el mecanismo de formación de los síntomas, al que llamó en primer término “mecanis- mo de la defensa” (antecedente del concepto freudiano de “represión”). En esta elaboración, la histeria resulta caracterizada por Freud fundamentalmente por una mo- dalidad específica de este mecanismo, modalidad que se define por el concepto de “conversión”: proceso por el cual la magnitud de estímulo de la representación in- tolerable resulta transformada en excitación somática (2). Esta concepción de la histeria, esbozada muy tem- pranamente en su obra, queda plasmada en los textos de la primera psicopatología freudiana (2, 3) y permane- ce vigente a lo largo de toda la producción de Freud. Todas sus elaboraciones posteriores (como la conside- ración de las fantasías entre el trauma y el síntoma, la pulsión como precondición para la solicitación somática que suscita la conversión, la organización de la sexuali-
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dad en torno del complejo de Edipo y la castración, etc.) se incorporan a esta concepción inicial y la enriquecen, pero nunca la rectifican.
Conviene también destacar que, aunque no excluye las otras formas clínicas, esta concepción del mecanismo formador de síntomas pone el acento en la llamada “pe- queña histeria”, es decir, la que se caracteriza principal- mente por los síntomas corporales, dejando en un se- gundo plano las grandes histerias caracterizadas por ataques agudos, que habían sido objeto del estudio de Freud en sus elaboraciones iniciales. En cuanto a la otra forma clínica, la de las locuras histéricas, a medida que avanza en su elaboración, tienden a ser considera- das como formando parte del grupo de las esquizofre- nias, especialmente en el último Freud, que sigue en este punto el influjo de la concepción bleuleriana (28, p. 232-5). De este modo, mientras en 1906 el delirio histé- rico forma parte sin duda de la neurosis histérica (6), esta referencia explícita no vuelve a aparecer en la pos- terior obra de Freud.
En el registro de la etiología, se puede delimitar una segunda referencia
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