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Elogio a la locura


Enviado por   •  11 de Febrero de 2013  •  Ensayos  •  1.168 Palabras (5 Páginas)  •  447 Visitas

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ELOGIO A LA LOCURA

Que se diga de mí todo lo que se quiera (ya sé que la Locura es detractada continuamente

incluso por los más locos), sin embargo soy yo y solamente yo quien, por mis influjos

divinos, esparzo la alegría sobre los dioses y los hombres.

En efecto, desde que me he presentado ante esta numerosa asamblea, desde que

me he dispuesto a hablar, ¿no se refleja en vuestros rostros una vivacidad y alegría

inusitadas? ¿No se ha desarrugado vuestro entrecejo? Y las carcajadas que se han

escuchado por todas partes, ¿no reflejaban el contento que embargaba vuestros corazones

Y el placer que os ha causado mi presencia? Al contemplaros ahora me parece estar viendo

A los dioses de Homero embriagados de néctar y “nepentes”. Antes os veía tristes e

Inquietos como gente que acabase de salir del antro de Trofonio. Igual que el astro rey

disipa con sus primeros rayos matinales las tinieblas que cubrían el horizonte o cuando la

Primavera trae consigo las juguetonas bandadas de suaves céfiros: todo cambia de pronto

Sobre la tierra, un colorido más brillante embellece los objetos, la naturaleza rejuvenecida

Ofrece a nuestros ojos un espectáculo más agradable y placentero. Así ha producido mi

Presencia en vosotros esa feliz transformación en vuestras fisonomías. Lo que los grandes

Oradores obtienen a duras penas con sus largos y estudiados discursos, lo he conseguido

Yo con mi sola presencia en un instante. En cuanto me habéis visto, vuestras inquietudes

Han desaparecido como por encanto.

Ahora vais a saber por qué me presento hoy ante vosotros con este extravagante

Atuendo, si es que seguís escuchándome. No creáis sin embargo, que os voy a exigir la

Atención que dispensáis ordinariamente a vuestros predicadores. Nada de eso.

Escuchadme del mismo modo que lo hacéis con los bufones, comediantes, titiriteros y

charlatanes en las plazas públicas o como nuestro amigo Midas escuchó en otros tiempos

La música del dios Pan. Tengo el deseo de hacer un poco el sofista con vosotros. No hablaré

Por consiguiente como esos pedantes que atiborran actualmente las cabezas de los niños

Con un sinfín de enrevesadas tonterías y que les enseñan a discutir con más obstinación

Que las mujeres; en lugar de eso, imitaré a los antiguos que para evitar el apelativo de

Sabios, muy desacreditado en aquellos tiempos, prefirieron llamarse sofistas, dedicándose

A rendir elogios a los dioses y los héroes. Voy pues a dedicar un elogio; no será el de

Hércules ni el de Solón; será el mío, es decir “El Elogio de la Locura”.

Sabréis en primer lugar que me tienen sin cuidado esos sabios que cuando alguien

Se alaba a sí mismo le tachan de engreído e impertinente. Que le traten de loco, pase, pero

Que confiesen al menos que actuando así se comportan de una forma por completo acorde

Con esta cualidad. En efecto, ¿hay nada más natural que ver a la Locura exaltar sus propios

Méritos y cantar sus alabanzas? ¿Quién mejor que yo para describirme a mí misma? A no

Ser que alguien pretenda conocerme mejor

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