Los Dias Del Venado
felposo1 de Octubre de 2012
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SILENCIOS EN LA PAREJA
Para referirnos al tema es necesario hacer un pequeño rodeo acerca del valor que adquiere la palabra en el ser humano.Es precisamente su existencia la que nos asegura esa condición de humanidad que nos diferencia de las otras especies animales.
La ausencia de una respuesta instintiva natural y adecuada tiene su contrapartida en el surgimiento del lenguaje que mediatiza la necesidad ,atemperando las urgencias del cuerpo y las pasiones.Es la emergencia del lenguaje la que asegura tanto la tranformación del instinto en deseo , ampliando los circuitos de una satisfacción que por esencia será siempre incompleta , como esos atributos esencialmente humanos que son el pensamiento y la comunicación.
Si el encuentro instintivo con el otro está perdido es la mediación de la palabra lo que permite esa aproximación .No se trata de que la sexualidad,la unión de los cuerpos desaparece,sino que ella se subordina a un mundo imaginario y simbolico que encuentra ese placer bajo diferentes formas.Cada pareja encontrará sus modos de encuentro y sin duda la comunicación no es un tema menor.Ella arma el lazo con ese otro que siempre tiene un costado de ajenidad .El otro es un prójimo que está próximo pero no es parte de uno mismo por eso la necesidad de comunicación que apela a la función mediadora de una palabra. Sin embargo debemos tener presente dos cosas :no solo que esa palabra nunca podrá decir todo sino que el malentendido es una parte esencial de la misma con lo cual ,también en este terreno, el ser humano debe aceptar una vez más la incompletud.
La dificultad en la comunicación constituye un motivo de consulta frecuente en los espacios terapéuticos de pareja.Pero,como en todo fenómeno humano,el criterio de la generalidad no puede aplicarse porque el silencio cobra distinto valor en cada caso.
Si partimos de la premisa de que todo no puede ser dicho y de que el malentendido es inherente a la comunicación ,hay algo del silencio que debe ser soportado.No podemos apropiarnos totalmente de la intimidad de ese otro que es nuestra pareja .Muchas consultas tienen su eje en esta pretensión de control absoluto ,hay que rescatar ahí el beneficio de un enigma que sostiene el interés por el otro y que motiva su búsqueda.
Otros silencios surgen como efectos de situaciones que no pueden ser develadas ,por ejemplo la infidelidad.A veces ese silencio responde a un ocultamiento que se subordina a la corriente amorosa y su fin es proteger al otro de la vivencia de desamor.
En otros casos el silencio, con o sin motivo concreto ,se subordina a la hostilidad,en general son silencios que se acompañan de situaciones de descalificación y degradación del otro al lugar de objeto ,instrumento para satisfacer las propias necesidades.El silencio no es el único indicador de un lazo vacilante :
E dice :Quien te crees que sos ,no existo,no se nada de vos,no me contas nada pero cuando llegas a la cama querés que yo esté lista para hacer el amor ¿que amor?
A veces el silencio es producto de un pacto inconciente entre los dos miembros de la pareja.Hablar de lo que pasa implica el riesgo del derrumbe de un estado de cosas que parece brindar seguridad .En estos casos la aproximación a que algo se devele genera el abandono del espacio terapéutico.
A veces el silencio se va instalando gradualmente , subordinado al agobio de un quehacer cotidiano ,como un muro que aísla a los miembros de la pareja y los arroja a una soledad apenas compartida donde cada uno, encerrado en sus propias obligaciones , descuida ese lazo amoroso que requiere de un trabajo constante.Retornar sobre lo andado no siempre es fácil pero es indispensable para recuperar ese encuentro con el otro que nos hace más humanos.
Sin duda cuando la alteración en la comunicación se nos presenta como síntoma es siempre amenazante , tanto
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