MARIA MONTESSORI

María Montessori nació el 31 de agosto de 1870 en Chiaravalle, provincia de Ancona, Italia se destacó desde muy joven por su vocación científica. En esa época la mujer lo más que podía aspirar era a ser maestra, provenía de una familia acomodada, su padre era militar y aun cuando era muy estricto reconocía el derecho de la mujer a cierta educación.

La visión transformadora de sus padres que no concordaba con las ideas de esa época orilló a la familia a trasladarse a Roma para apoyarla en sus estudios, cuando ella solo contaba con 16 años. Allí ingreso a la universidad de medicina y fue la primer mujer graduada en esa rama en 1896. También se destacó como miembro de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Roma. Más tarde, estudió Antropología y obtuvo un doctorado en Filosofía, época en la que asiste a uno de los primeros cursos de psicología experimental. Indudablemente el ambiente de represión que existía en el gobierno de Mussolini, tuvo mucho que ver con la visión que tenía sobre la educación que debería impartirse, que estuviera basada en la libertad y autonomía del individuo.

Montessori obtuvo influencia de los médicos franceses Itard y Seguin para la elaboración de su método. Pues ellos desarrollaron un modelo para ayudar a niños sordomudos. Con las observaciones que realizó en “la casa de los niños” partiendo de la realidad pudo darse cuenta que la verdadera educación se define en base al desarrollo de los sentidos y que el conocimiento se construye a partir de lo que existe en el ambiente. Esas conclusiones la llevaron a crear su propio método. Donde expresa la importancia que ejerce la naturaleza en el niño.

Montessori fue precursora de la coeducación, pues ella incluía en las salas a niños de diferentes edades, argumentando que los niños aprenden a su propio ritmo y de acuerdo al desarrollo de potencialidades individuales. Otro aspecto en su vida es que ideas positivistas que predominaban en esa época, no minaron su espiritualidad Montessori era profundamente religiosa y en su método hace la sugerencia de implementar espacios que induzcan al niño a profesar la religión,

Ella expresaba que “el niño no es un cuerpo animado, sino un alma encarnada que ha tomado posesión de la carne y se dirige a una meta”.

Montessori abolió los premios y castigos “el niño debe trabajar para desarrollarse y formarse sin la ayuda de promesas y amenazas. De ese modo se hace mas consiente de sí mismo, más seguro de su comportamiento, evitando la excitación o la molestia provocada por el temor” (Yaglys, 1992, p. 68). Es muy común que todavía en la actualidad se den ese tipo de prácticas por parte de docentes que no tienen la preparación adecuada, donde para inducir al niño para que realicen alguna actividad, lo hagan por medio del condicionamiento, afectando su autonomía y la libre expresión.

El juego es visto para Montessori como una actividad que perfecciona y moldea el espíritu del niño, por ello recalca la importancia de recrear ambientes con las proporciones de tamaño y peso de acuerdo a ellos. El método proporciona condiciones favorables para el desarrollo moral, psíquico e intelectual de los niños, claro que también es necesaria la participación de los padres, pues no podemos excluir como un aspecto importante, puesto que en cualquier centro educativo a donde asistan nuestros hijos por mas reconocido y prestigioso que sea, si los principios no tienen continuidad en el hogar, es posible que no lleguen a representar la misión

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