Neurolinguistica

CHUPARSE EL DEDO

La succión del pulgar es un fenómeno muy frecuente, se calcula que alrededor del 80% de los niños se chupan por cierto tiempo el pulgar. El 30 al 45% lo siguen haciendo en la edad preescolar y del 5 al 20% lo siguen haciendo después de los 6 años.

2. Se ha dicho que al igual que otras conductas esta es aprendida, chuparse el dedo además es una conducta que reduce el estrés y calma al niño, usualmente se presenta cuando el niño esta durmiendo, esta cansado, aburrido, frustrado, descontento, tiene hambre o se siente inseguro.

3. Esta conducta suele tener algunas consecuencias negativas en el desarrollo del niño, le dificulta su socialización, puede intoxicarse o adquirir una infección, además de que le puede provocar algunos problemas dentales o callos en la manos..

4. El objetivo del tratamiento es prevenir complicaciones dentales, evitar el deterior de sus relaciones sociales y disminuir la frecuencia de la conducta.

5. En general no se necesita intervenir antes de los cuatro años.

6. Al realizar una intervención es necesario identificar la situaciones que generan estrés y ayudar a reducirlas, de la misma manera es importante enseñar habilidades sociales en la infancia.

7. Se debe evitar castigar la conducta del niño pues accidentalmente puede reforzase esta respuesta con atención.

8. Se pueden realizar recordatorios amables y registros en los que se registren los progresos

9. Es importante elogiar cuando se realice otra conducta diferente al succionar el dedo

10. Se deben utilizar recompensa a la conducta alternativa.

11. Se puede utilizar la saciedad pidiendo al niño que obligatoriamente succione el pulgar por sesiones de 10-20 minutos, de tal manera que pierda su valor reforzante.

12. También se puede aplicar la técnica de costo por respuesta, en este caso si se chupa el dedo mientras ve la T.V. esta se apaga hasta que el niño retire la mano de su boca.

13. Se pueden utilizar en casos mas graves sustancias de sabor amargo (que se expende en farmacias sin receta) se aplica al pulgar cada mañana, cada noche y cada vez que se ve al niño chuparse el dedo. Si se deja de chupar después de una semana, se suprime la aplicación de la mañana. Pasada otra semana, se suprime la aplicación de la tarde. Y al cabo de otra semana se termina con la aplicación de la noche. Si de nuevo vuelve a chuparse el dedo, se repite el proceso. Esta estrategia es especialmente eficaz cuando los niños quieren dejarlo, pero se introducen el pulgar en la boca sin darse cuenta. De hecho, debe subrayarse que el líquido sirve como recordatorio para que el niño deje de chuparse el dedo, no como castigo.

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