Normal

“Hola, ¿cómo estás? – Normal”.

Sí bien el título de esta composición puede sonar extraño o insólito, es un título que en esa forma tan simple de ser escrito lleva consigo un tema que es conversado muchas veces por gran cantidad de personas, más allá del saludo, nos concentramos en la respuesta, gris, indiferente, desabrida y sí me preguntan, hasta estúpida, pero cómo buen ser humano, la estupidez la encuentro tan fascinante como irritante, y me he tomado unos minutos de mi tiempo para reflexionar y tratar de entender este síntoma de “normalidad” que expresa gran parte de las personas con las que he llegado a conversar. Lo que desarrollaré a continuación no es más que mi sencillo punto de vista y mi reflexión acerca del estatus “Normal” y, quizá, desarrollando el tema encuentre la respuesta de cómo se genera este estatus sentimental.

A lo largo de mi joven existencia, me he encontrado con personas fascinantes, inteligentes, idiotas y estúpidas, pero a pesar de que las califico con diferentes adjetivos, al hablar, conversar en persona o por mensajerías instantáneas por medio de teléfonos o internet, he encontrado extrañamente algo que los une y que tienen en común. Lo que todas estas personas únicas y especiales dentro de su particular forma de ser, tienen en común -aparte de ser humanos- es este extraño desganado, displicente e impertérrito estatus anímico de “Normal”, y lo primero que pienso exactamente en el momento póstumo de escuchar esta apática respuesta es ¿Qué es “Normal”? ¿Qué se supone que significa eso? Lo único “normal” que conozco en mi corta vida es el ciclo de lavado que tienen algunas lavadoras que tienen la opción de un lavado “normal”.

Decidida a buscar un significado para esta palabra, este calificativo frío y desdeñado, busqué diversas fuentes conceptuales para esta palabra, y me quedé con una en particular que citaré a continuación: “Es la cualidad o condición de normal (que se ajusta a las normas o que se halla en su estado natural). En un sentido general, la normalidad hace referencia a aquel o aquello que se ajusta a valores medios”… “Que se ajusta a valores medios” ¡VAYA ESTUPIDEZ! Qué sin sentido es “ajustarse a los valores medios” no se supone que cada ser viviente posee un mundo interno –metafóricamente hablando- no se supone la vida trata de tomar decisiones, nadie debería hablar de los grises cuando se le pregunta por blancos o negros.

Además de lo anteriormente mencionado, es un pena que como seres pensantes y razonables, el ser humano, por naturaleza sea tan egoísta y ciego, para pensar que no está bien, yo puedo entender que existen días malos que nos hacen sentirnos mal, hay acciones y momentos que nos duelen y afectan a nuestro estado de ánimo, pero estos momentos, estas circunstancias, no deberían nublarnos de lo demás en nuestras vidas, amigos, familiares, un hogar, una cocina llena de comida, una cobija que nos cubra del frío, esos son motivos para celebrar que estamos bien, muy bien diría yo. No se puede ser tan egoísta y pensar que nuestro mundo se derrumba solo por un momento de malestar personal, nos encerramos en ese malestar y nos escondemos de lo que está frente a nuestros ojos, ignoramos la verdad, de que aún seguimos vivos y todo está bien y siempre estará bien.

Al igual que a mí, usted señor, señora, chico o chica que me estás leyendo, espero que le sirvan de reflexión estas humildes palabras, que te dicen que a lo mejor hoy piensas que estás mal, pero, detente, mira a tu alrededor y piensa ¿de verdad estoy mal? Allá afuera hay personas que están peor que tú y de seguro aún sonríen y no contestan “normal” cuando se les pregunta ¿cómo están? Nunca te sientas normal, no lo eres, eres particular y único, eso nos hace seres humanos, nuestras decisiones y personalidades.

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