Obra De Teatro .l.
PutoliaCulia3 de Abril de 2014
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Personajes por orden de aparición
11 niñas y 3 niños
Candelas
D. Anselmo
Hortensia
Mª Luisa
Juan
Susana
Clarita
Cristóbal
Mª de la Encarnación
Dolores
Laura
Asunción
Celeste
Esperanza
Niño
Un kiosco de periódicos en un barrio cualquiera de Sevilla. Candelas, la kiosquera está abriendo el negocio y quitando el polvo mientras coloca los periódicos, las revistas, los tebeos y demás chismes de un kiosco .Mientras canturrea esta copla :
** LA ZARZAMORA **
(Pasodoble)
En el café de Levante entre palmas y alegrías,
cantaba la zarzamora;
se lo pusieron de mote porque dicen que tenía
los ojos como la mora.
Candelas.- Han visto Ustedes lo contenta que estoy por las mañanas, y tengo motivos pa estar alegre. Estoy alegre por este Kiosquito que ma concedío el Ayuntamiento, si señores. Yo soy viuda y cuando murió mi marío “que en gloria esté”, me quedé sin un real, porque Agapito era muy bueno, pero se lo gastaba to en la taberna, así que me dejó con una mano alante y otra atrás. No, no señores, no estoy contenta porque se me muriera mi Agapito, sino porque una ha batallao y batallao, hasta conseguir esto.. Ahora les cuento mientras coloco los cachivaches de mi kiosquito, que ya no sabe una donde ponerlos ¡Osú María y José!
Le hablo primero a un tratante, y olé,
y luego fue de un Marqués
que la lleno de brillantes, y olé,
de la cabeza a los pies.
Decía la gente que si era de hielo,
que si de los hombres se estaba burlando,
hasta que una noche, con rabia de celos,
a la zarzamora pillaron llorando.
¿Que tiene la zarzamora
que a todas horas
llora que llora por los rincones,
ella que siempre reía
y presumía de que partía los corazones?
De un querer hizo la prueba
y un cariño conoció
que la trae y que la lleva
por la calle del dolor.
Los flamencos del colmado
la vigilan a deshora
porque se han empestillado
en saber del querer desgraciado
que embrujo a la zarzamora.
Candelas.- Yo solita, yo solita me he conseguío, to lo que tengo, que es poca cosa, dicho sea de paso, pero a mí me basta y me sobra. Yo he ido de departamento en departamento, de negociao en negociao, de asistente sosial, en asistente sosial. Unos me han cerrao las puertas , otros me las han abierto de “par en par”, hasta que llegué a D. Pascual Miravalles Garsía (Recalcando el nombre) ; un santo., se lo digo yo. Consejal del Ayuntamiento de Sevilla, pero un Señor Consejal, no como los otros; éste sí se interesa por las clases humildes.
(Sigue canturreando La Zarzamora)
Cuando Sonaban las doce una copla de agonía
lloraba la zarzamora,
mas nadie daba razones ni el intríngulis sabía
de aquella pena traidora.
Pero una noche al levante, y olé,
fue a buscarla una mujer;
cuando la tuvo delante, y olé,
se dijeron no se que.
De aquello que hablaron ninguno ha sabido
mas la zarzamora lo dijo llorando
en una coplilla que pronto ha corrido
y que ya la gente la va publicando.
Candelas.- Allá que me presenté, yo sola en el despacho de D. Pascual; la secretaría no me quería dejar pasar naturalmente, y entre, lloriqueos, lágrimas y suspiros, se abrió aquella puerta, y allí estaba él: alto, moreno, bien paresío, elegante, simpático, cautivador , atento, gentil, bueno que les voy yo a desir a ustedes. Me pasó a su despacho , me colmó de atensiones y me escuchó como antes nadie me había escuchao. Yo naturalmente, le enseñé la foto de mi marío, le dije que era el hombre más bueno y honrao que había existido, que yo vivía estupendamente con él, que no me faltaba de na y que su muerte me había destrozao la vía... bueno , y ...la alcancía... y me eché a llorar, y lloré, y lloré y di un hipío, y otro y después otro. Hice que perdía el sentío y él solícito me dio a oler un frasco de sales aromáticas, y por fin entre unas cosas y otras, salí de allí con el permiso conseguío, y aquí está el resultao. ¡¡Qué el que no llora no mama!! Y yo solita. Si mi Agapito levantara la cabeza, que no me dejaba nunca tomar decisiones , y viera esto, se moriría otra vez del susto. Pues que se fastidie que esto es mío y sólo mío. (Candelas sigue canturreando “La Zarzamora”, mientras termina de colocar su kiosquito)
Lleva anillo de casado,
me vinieron a decir,
pero ya lo había besado
y era tarde para mi.
Que publiquen mi pecado
y el pesar que me devora
y que todos me den de lado
al saber del querer desgraciado
que embrujo a la zarzamora.
Candelas.- Verán Ustés, ya va pa sinco años que tengo este kiosco y ya me conozco la vía y milagros de toos los vesinos de este barrio; les puedo desir a la hora que viene ca uno al kiosco, cuales son sus ideas políticas, me se de memoria sus chascarrillos, se quien se lleva mal con quién, quien se casa, quién se separa, quién va a tener un niño, a quién han echao del trabajo, en fin, too. Pero yo siempre tengo una palabra bonita pa cada cual, una palabra de ánimo, de consuelo, de enhorabuena y ellos me lo agradesen ¿Qué trabajo cuesta eso? Y así mi negosio va viento en popa. Verán ahora a las nueve menos diez minutos vendrá D.Anselmo , un funsionario jubilao que to los días compra su periódico y una bolsita de alpiste pa las palomas. Miren por allí viene. Es puntual como el carillón de Córdoba.
D.Anselmo.- Buenos días Candelita, presiosa
Candelas.- Buenos días, D. Anselmo, ¿Lo mismo de siempre, verdá?
D.Anselmo.- Así es , Candelitas, dame mi ABC y la ración de alpiste, que mis palomas y mis pajaritos me estarán esperando como agua de Mayo y además con la buena mañana que hase , en el Parque de María Luisa se tiene que estar muy bien.
Candelas.- Pero abríguese D.Anselmo, que luse el sol, pero la mañana está fresquita y usté con su reuma no debe coger frío.
D.Anselmo.- ¡Ay hija! Y que lo digas , que cada vez tie uno peor las bisagras. Hoy me he levantao con un dolor de rodillas que ya, ya.
Candelas.- Ande, ande, no se queje que está usted todavía pa partir corasones , nadie le diría la edad que tiene.
D.Anselmo (Estirándose todo lo que puede) ¿De veras Candelita, tú crees que estoy todavía de buen ver?
Candelas.- Pues claro, D. Anselmo, pues claro , Vamos que yo porque le guardo el luto a mi marío, si no yo misma le diría algún piropo.
D.Anselmo.- ¡Qué guasona eres Candelitas! No, yo te lo digo porque hay una señora en el parque, que también le lleva comida a los pajarillos, que está de muy buen ver. Sólo tiene 75 años, es muy educada y ya me ha tirao alguna que otra indirecta: qué si vive sóla, que que mala es la soledad, que cómo vivo yo sólo sin una mujer que me atienda. Y yo, claro, me he hecho el distraido, pero he cogío la indirecta
Candelas.- ¡Pues adelante, D. Anselmo, no se lo piense que la vida es muy bonita
D. Anselmo.- Toma Candelas, 1,80, ¡Qué pases una buena mañana!
Candelas.- ¡Vaya Usted con Dios! D.Anselmo . Qué cándido , Mira va como un chaval de 20 años. No hay cosa más bonita que desirle una frase amable y cariñosa a los ansianos ¿Y que trabajo nos cuesta? (Sigue colocando cosas en el kiosco)
(Entran en escena Mª Luisa y Hortensia. Se paran a charlar delante del kiosco)
Mª Luisa: ... Y me dise el jardinero, con una grasia que no se pue aguantá : Otra vez cuado pases por este jardín, ¡Morena! avisa con tiempo a los rosales mujer, que se me mueren toas las rosas de envidia. Claro, que te voy a desí ; ver a aquel hombre chequetillo, desgarbao y sesentón, desir esas cosas tan bonitas a una mujer, solamente pasa aquí en este Sevilla de mi alma. Naturalmente yo me hise la estirá, pero me iba partiendo de risa.
Hortensia: (Riéndose) Es verdá, aquí los hombres tienen una grasia especial .El otro día iba yo por la calle Villegas a salir a la Plasa El Salvador y estaban sacando un camión de un garaje y le desía el ayudante al conductor : tira, tira ya, dale , dale hombre y como tardase un poco el conductor va y le dise : Hombre dale ya, que a este paso lo que le va a da es un infarto al camión .
Mª Luisa: (A carcajada limpia) Y un guasón el otro día en la calle Cabeza del Rey Don Pedro, a la verita La Alfalfa , uno que vende cupones de siegos y que ve mejor que tú y que yo. Pues verás: Pasaba un cheposo a su vera cantando el hombre mu contento, será una rosa, será un clavé y va el guasón de turno y le dise: y lo que llevas atrás compadre, ¿que es la maseta? No se pue aguantá la grasia de este pueblo.
Hortensia: (Riéndose a mandíbula batiente) Y lo optimista que somos. No nos entristese na, aquí hay poca gente con depresión. Pues yo no sé si sería el mismo que tu dises porque me lo encontré en la calle
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