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PSICOLOGÍA SOCIAL DEL CONOCIMIENTO Y LAS EMOCIONES.

jhonsoncarperEnsayo23 de Noviembre de 2015

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PSICOLOGÍA SOCIAL DEL CONOCIMIENTO Y LAS EMOCIONES.

PRIMER ENSAYO:

Para dar comienzo al presente ensayo hemos de tener en cuenta que la psicología social no debe ser enmarcada o limitada en un único ámbito u objeto de estudio, sino que dicha ciencia puede ser expandida a diferentes ámbitos de estudio, de la misma forma que puede interactuar con otras ciencias. Aunque existió un extenso debate sobre la forma de entender el objeto de estudio u campo de acción de una determinada ciencia, en concreto de la psicología social.

Existen dos modos de pensar cual él es objeto de una ciencia; por un lado, ver como se diferencia el objeto de estudio de otras ciencias (delimitación territorial del campo de acción) y por otro lado, la interacción de dicha ciencia con diferentes disciplinas (el campo de acción se amplia, interactúa y se interrelacione con otras disciplinas). Varios autores en su constante intento de delimitar la psicología social han aplicado diferentes definiciones de esta ciencia, pero siempre en torno a unos determinados parámetros basados en la articulación entre lo social y lo individual mediante interacciones y representaciones intra e intergrupos. Pero el problema es que la articulación entre sociedad e individuo varía según el marco teórico, al igual que el concepto de interacción que lo fundamenta. Por ello, se entiende que es la definición y la aplicación de un marco teórico lo que determina la forma de entender el modelo-sujeto y el punto de vista de abordar el problema.

En la concepción del objeto de estudio de la psicología social se paso de la concepción dominante basada en la existencia de una razón absoluta y conocimiento universal en diferentes ámbitos, a una posición que apoyaba la pluralidad de la racionalidad, valorando la existencia diferentes puntos de vista, y por consiguiente, diferentes psicologías sociales, de forma, que todas ellas gozan de legitimad científica (sin necesidad de que una domine a la otra). La forma de abordar el objeto de la psicología social produce un determinado modelo-sujeto, lo cual genera una forma de subjetividad, es decir, se pueden cambiar las normas, y establecer otros tipo de subjetividades en función del punto de vista.

El paso de una concepción a otra se encuentra plasmado en la historicidad de las emociones. La dicotomía razón/emoción fue avalada por la postura que abogada por una razón absoluta y un conocimiento universal (que buscada la delimitación del campo de acción de la psicología social), pretendiendo establecer la supremacía de la razón considerada como ordenada y previsible, sobre la emoción que era entendida como desordenada e imprevisible. Dicha concepción es ilustrada por Almudena Hernando en lo que denomino “la fantasía de la individualidad” como el modo de ver el mundo y de explicarlo de manera dicotómica: razón/emoción, individuo/sociedad, sujeto/objeto, siendo dicha dicotomía el origen de la desigualdad de género (no solo es consecuencia estructurada, sino que a su vez es estructurante). Almudena Hernando considera que el sentimiento de pertenencia a un grupo es constituido mediante la conexión emocional entre sus miembros (siendo la única estrategia para poder sentir seguridad sobre su capacidad de permanencia) pero el mundo occidental constituyo un discurso social en el cual, el desarrollo de los mecanismos de la razón (conocimiento científico, control tecnológico, poder personal) implicaban la invisibilización de los mecanismos de la emoción (sentido de pertenecía al grupo). Por lo tanto, la importancia de la especialización de las mujeres en el sostenimiento de vínculos del grupo (siendo un mecanismo de seguridad imprescindible para los hombres), quedo reducida a medida que aumentaba el protagonismo de la razón como principal vía para obtener control y poder sobre el mundo.

Comprender como se ha constituido la fantasía de que la razón puede ser autónoma nos permitirá entender como se ha generado un orden social basado en la desigualdad de género, (denominado orden patriarcal) permitiendo liberar tanto a las mujeres como a los hombres (quienes reprimen y ocultan la dimensión emocional). A partir de Foucault observamos como la verdad está vinculada a los sistemas de poder de cada sociedad, ya que el poder se mantiene porque la sociedad considera verdaderos los principios que lo fundamentan. En el caso la sociedad occidental actual, la comunidad científica y las instituciones son quienes tienen poder de bautizar o catalogar algo como “verdad” (Adorno y Horkheimer), es decir, desentrañar el vínculo entre ciencia y lógica del poder, nos permitirá conocer como se ha producido la subordinación de emoción respecto a la razón (y de la mujer respecto al hombre).

La dicotomía razón/emoción tiene origen en la racionalidad científica dominante que sigue el modelo positivista del siglo XVIII, que entiende el comportamiento humano como mecanicista, computable, ordenado y previsible (como una maquina), dejando a un lado la dimensión emoción de lo humano y la complejidad de las interacciones. A medida que aumenta la complejidad económica de las sociedades, se desarrollaba la ciencia y la tecnología que constituían la base del discurso social dominante del siglo XVIII en la ilustración; donde la emoción se rechaza como un componente del comportamiento humano y se entendía la razón como único componente del comportamiento humano que garantizaba orden, emancipación y progreso. El predominio de la razón implica un carácter emancipador en la modernidad, lo que implica negar la identidad que nos constituye como sujeto (la interdependencia con el grupo).

Ante dicha concepción comienzan a surgir paradigmas alternativos que defienden que las características de un sistema surgen de la interacción compleja de sus partes, negando la posibilidad de separar objetos y sujetos en el análisis de su resultado, ya que su interacción y codeterminacion determina el resultado de ambos, lo cual es visible y apreciable en la cultura material. La sucesión de argumentos de distintos autores coinciden en que la clave del problema reside en la negación de la dimensión emocional como componente del comportamiento humano, ya que emoción y razón no pueden separarse; siendo la capacidad de empatía lo que permite evaluar la lógica racional que debe aplicare en cada situación para obtener más eficacia en los resultado. Esta idea fue defendida por autores como Adorno y Horkheimer, quienes concluyen que el desajuste entre los previsto por la ilustración y el desarrollo histórico es debido al tipo de razón utilizada; el objetivo de la Ilustración (emancipar, prevenir y liberar) solo era posible sustituyendo la razón kantiana puramente instrumental por la razón critica que tenía en cuenta la moralidad de los actos; o Habermas que también defendió que las sociedades occidentales modernas han llevado a cabo una comprensión de la racionalidad basada en aspectos cognitivos-instrumentales.

La dicotomía razón /emoción o la supresión de dicha dicotomía (considerando la emoción y la razón como dos monedas de la misma cara) tiene un origen histórico, el cual puede encontrarse orientado por diferentes enfoques. Para comenzar, nos centraremos en los enfoques organísmicos del estudio de las emociones:

La neuropsicología tiene en cuenta la implicación entre procesos afectivos y procesos cognitivos. Esto se encuentra relación con la contradicción emoción y razón que entiende la emoción como perturbadora de la razón (pero en realidad el control emocional no es lo contrario de la razón).

Para introducir el enfoque organísmico, hemos de hacer referencia a Ch. Darwin, siendo considerado como el principal antecedente de dicho enfoque organísmico. Ch. Darwin frente al debate de la biología plantea el carácter adaptativo, hereditario y funcional de las expresiones, centrándose en la función del organismo. Introduce un punto de vista funcionalista en el estudio de la vida, lo que implica un cambio en la perspectiva del tiempo y de la vida, ya que introduce el futuro y la adaptación como explicación de los procesos vitales; considerando que un proceso se rige por sus consecuencias y no por sus causas antecedentes. Esto es un cambio en el estudio de las emociones, debido a que su punto de vista (antiesencialista) entra en conflicto con otras ciencias de índole creacionista, ya que plantea que las variaciones existentes de la vida no se basan en un propósito, ni está marcada hacia un fin concreto, sino que las especies se adaptan según las consecuencias de sus acciones.

Ch. Darwin en su libro “La expresión de los animales y el hombre”, estudia de forma sistemática las emociones, centrándose en la expresión facial de las emociones. Plantea que ciertas expresiones faciales son heredadas y funcionales; las expresiones son restos aprendidos de situaciones vividas de larga continuidad que generaron sensaciones que derivan en conductas, y aunque cambie la situación la expresión se mantiene. Por ejemplo; la expresión o gesto de enseñar los dientes un animal, es el inicio del acto de morder, pero para Ch. Darwin este tipo de expresión facial ha dejado de tener utilidad (no requiere la agresión física de morder) y se convierte en un gesto emocional, expresando un estado de aversión, miedo o ira que se expresa mediante un gesto pero que no implica necesariamente una acción (concepto de actitud). Se hereda el gesto o expresión pero no la acción (morder) que conlleva el gesto (enseñar los dientes).

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