Paradigma
JOSUEDD22 de Septiembre de 2012
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Paradigma Emergente
El premio Nobel Hya Prigogine afirmó que “estamos en un momento apasionante de la historia, tal vez en un punto decisivo de giro”, que Fritjof Capra llama “el Punto Crucial” y que se caracteriza por el surgimiento de una nueva visión de la ciencia que se resiste a encajar en el esquema newtoniano, excesivamente mecanicista. De alguna manera hemos pasado de un “paradigma de relojería” en donde todo estaba mecánicamente predeterminado, fijo y lineal, a uno mucho más abierto, flexible, holístico y ecológico que exige de todos “una transformación fundamental de nuestros pensamientos, de nuestras percepciones y de nuestros valores. Este pensamiento del paradigma emergente lleva consigo un cambio de la mentalidad occidental y consiguientemente una profunda modificación de la mayoría de las relaciones sociales, así como de las formas de organización.- Un cambio que como asegura F. Capra “va mucho más allá de las medidas superficiales de reajustes económicos y políticos tomados en consideración por los dirigentes actuales”.
Joost Kuitenbrouwer sintetiza así lo que debe significar el nacimiento de esta nueva conciencia: “Los descubrimientos de la teoría cuántica y de la relatividad, es decir, de la nueva física, que señalan que no hay objetividad y que somos nosotros mismos, por la calidad y modo de nuestra percepción, quienes generamos y creamos la realidad tal y como ella se desenvuelve, implican una ruptura epistemológica radical con la percepción mecanicista anterior. No podemos interpretar, entender el mundo, hablar del mundo, sin examinarnos, sin llegar a entendernos a nosotros mismos... Es esta conciencia la que nos obliga a examinar dentro de nosotros mismos las fuentes de la violencia y a descubrir estilos de vida cualitativamente distintos. Hay una creciente conciencia, independiente de posiciones políticas e ideológicas, de que existe una relación concreta existencial mutua entre nosotros, nuestras maneras de ser y la calidad del mundo en que vivimos”.
La profundidad de los cambios globales que con tanta rapidez se suceden en esta década; la acumulación tecnológica basada en la intensidad del conocimiento; la automatización y robotización de la producción; la transnacionalización del comercio; la revolución de la informática, de la biotecnología y de las telecomunicaciones ponen de manifiesto que la historia de la humanidad ha entrado en una etapa sin precedentes y con imprevisibles repercusiones para las sociedades en el siglo XXI.
Este nuevo escenario mundial que implica la pérdida del paradigma que presidía nuestro accionar hasta el momento, significa por lo mismo un espacio inédito que requiere de nuevas respuestas en todos los órdenes, político, económico, ecológico, cultural y muy en especial en el educativo.
Debemos asumir el paradigma emergente:
El destino de la humanidad depende de la capacidad que tengamos de asumir el desafío frente a “los nuevos modos de ser, de sentir, de pensar, de valorar, de actuar, de rezar”, que necesariamente con llevan, según Leonardo Boff, “nuevos valores, nuevos sueños y nuevos comportamientos asumidos por un número cada vez mayor de personas y comunidades”.
El cambio de paradigma supone un modo nítidamente nuevo de enfocar antiguos problemas. No podemos solucionar los problemas actuales con las soluciones de ayer porque eso estaría indicando nuestra incongruencia y, tal vez, nuestra testarudez y nuestra falta de ética con nosotros mismos y con los demás.
Como se ha repetido muy gráficamente con Mc Luhan:
“nuestra forma de pensar es linealizada y secuencial. Nos comportamos como si estuviéramos mirando el futuro por un espejo retrovisor. Nos negamos a mirarlo de frente. Por inercia o rigidez nos resistimos a saltar al nuevo escenario”.
Como que para vencer esa resistencia es necesario saber conjugar armónicamente nuestra intuición y nuestra razón. Edgar Morin nos invita a rescatar nuestra cotidianidad poética. “Vivir poéticamente es vivir para vivir”; y añade: “sin dejar de ser prosaico vivamos poéticamente”.
Para la superación del pasado es interesante considerar que el presente, de hecho, ya es pasado y lo que percibimos como futuro, de hecho, ya es presente.
“Los poetas, artistas y escritores de ciencia-ficción no son pronosticadores del futuro sino reporteros sensibles de las implicaciones del presente. Debemos soñar el futuro viviendo intensa y prácticamente el presente. Pero tengamos confianza porque en esta “embarcada” no estamos solos. Hay muchos conspirando en el paradigma emergente, promoviendo una nueva educación” [Nueva Etica. Francisco Gutiérrez].
Visualicemos cinco implicaciones inherentes al nuevo paradigma que nos presentan algunos de los autores y autoras más conocidos por sus aportes en este caminar científico.
Necesidad de abrir caminos nuevos:
“Hoy vivimos una encrucijada histórica que algunos consideran como una “bifurcación catastrófica”: Ante esta situación se nos plantea un dilema; o seguimos los viejos caminos o abrimos caminos nuevos. En el viejo caminar seremos conducidos por el poder institucional de la ideología de las ciencias y las religiones. En el caminar por nuevos caminos, el poder proviene de la dinámica de las interacciones. Nos encontramos en el punto de tensión máxima entre dos culturas:
• una mecánica, individualista y egocéntrica: cultura de la inmutabilidad y de la institucionalización.
• Otra fluida, autoorganizada, interactuante y con muchas formas de conocer y actuar.
Necesitamos pasar de una mentalidad mecanicista, gobernada por estructuras hechas y normativas impuestas, a una dimensión de procesos autoorganizados”.1
Seamos protagonistas de nuevas formas culturales:
“Mientras sobreviene la transformación, la cultura en decadencia se niega a cambiar, aferrándose cada vez más a sus anticuadas ideas; las instituciones sociales dominantes, por su parte, se niegan a ceder el papel protagonista a las nuevas fuerzas culturales. Pero inevitablemente decaerán y se desintegrarán, mientras la nueva cultura continuará ascendiendo, y a la larga asumirá el papel protagonista. Al acercarse el punto crucial, la comprensión de que cambios evolutivos de esta magnitud no pueden evitarse con actividades políticas a corto plazo nos da una mayor esperanza para el futuro”. [Fritjof Capra]
Necesidad de abrirse a la comprensión de la naturaleza:
“Las enormes perturbaciones de la sociedad contemporánea forzarán a una transformación hacia un sistema nuevo, más coherente. Un renovado amor por la naturaleza y por cada persona, una comprensión de la unidad espiritual del universo parecen emerger con esa nueva visión del mundo. Avizoro un mundo donde haya lugar para una persona mas completa e integral. Esta es, al menos, mi más profunda esperanza”. [Carl Rojers]
Necesitamos un nuevo tipo de diálogo:
“En el que de verdad seamos capaces de escucharnos mutuamente. El reto al que hoy se enfrenta la humanidad es único. Para afrontarlo hace falta una gran oleada creativa, que incluya una nueva visión de la humanidad, la cultura y la sociedad.
Algo semejante debió ocurrir en el Renacimiento, pero el estallido de energías humanas que hoy necesitamos habrá de ser aún más profundo y extenso”. [David Bohm]
“Como señaló George Leonard, lo único que podemos decir con certeza del futuro es que nos sorprenderá, por mucho que nos esforcemos en imaginarlo. Al igual que la crisálida ignora a la mariposa, los europeos del siglo XII no habrían imaginado el Renacimiento, ni los romanos, la Edad Media. Pero hoy nuestra encrucijada es más compleja que en cualquier otra época; nunca se jugó tanto en tan poco tiempo, nunca hubo tantas posibilidades ni tantos seres humanos a los que pudieran afectar. El futuro, en cualquier caso escapa a las predicciones de los ordenadores, y quizá sólo puede ser oteado – sin detalle – por nuestro ojo intuitivo”. [Del libro Nueva Conciencia (Integral)]
El nuevo paradigma pide una educación diferente:
Una reforma educativa no programática sino paradigmática:
“El problema crucial de nuestro tiempo es la necesidad de afrontar estos desafíos desde un nuevo tipo de educación... Se trata de una reforma, no programática, sino paradigmática, que concierne a nuestra aptitud para organizar el conocimiento: conocer lo humano no es sustraerlo del universo sino situarlo en él... Paradógicamente, en la actualidad son las ciencias humanas las que aportan la contribución más débil al estudio de la condición humana... Debemos interrogar al ser humano desde su doble naturaleza; biológica y cultural. Unos pensadores científicos han ocupado el lugar que dejó vacío una filosofía acurrucada sobre sí misma y que cesó de reflexionar sobre los conocimientos aportados por las ciencias.
Por eso que la educación necesita ser repensada no solo desde “la iluminación que le prestan las ciencias humanas, la reflexión filosófica, sino que hemos de dar un especial énfasis a las ciencias naturales renovadas y reestructuradas que son la cosmología, las ciencias de la Tierra, la ecología, la biología molecular porque son las que permiten insertar y situar la condición humana en el cosmos, en la Tierra, en la vida”. [Edgar Morin. La Mente bien Ordenada]
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