Pedagogia

“Memorias del Futuro”

"Una cosa es que uno se dice maestro y otra cosa es que es maestro. Uno siempre necesita alguien que da unos pasos adelante, que con su fantasía artística o con su ilusión, puede ser también, hace algo que otros no han hecho y lo hace muy bien y si no es egoísta lo enseña a los demás, como lo hace y por qué lo hace y como se estudia eso para llegar hacerlo bien y no aparentemente bien” Ljerko Spiller (Ministerio de Educación, 2007)

"Un buen maestro aquel que sabe adaptarse a lo que es ese chico, cada uno, porque para todos no se es igual, con cada uno se actúa de una forma diferente. Esta aquel que necesita una palabra fuerte en un momento y esta aquel que una palabra fuerte lo destruye” Ida D´anna de Bustios (Ministerio de Educación, 2007)

"Lo incalculable es el encuentro con el otro.

Lo que escapa a todo cálculo, para que exista el acto educativo

tiene que haber intencion, vinculo

y promesa de transformación del ser"

Un trabajador de la educación, es un trasmisor de cultura, pero también es aquel que esta con los chicos en el aula y les enseña lo que sabe, el que usa tiempo fuera de la escuela para planificar sus clases. ¿Qué es ser maestro? entonces, “Un modificador de almas” diría Hugo Di Taranto (Ministerio de Educación, 2007). Es tener la capacidad de influenciar en los demás, como un artesano de almas, que interviene en la vida de otros sujetos, he imperceptiblemente deja su huella moldeando con saberes la esencia de ese otro, como plantea Antelo “No hay educación sin unos seres que influyen en otros (…). Para que haya una educación tiene que haber, entonces más que uno y para que haya una educación tiene que haber una especie de voluntad de influenciar, provocar impactar al otro. Una intencionalidad (..) ” (Antelo Estanislao, pág. 173), para que haya educación tiene que haber alguien que enseñe y también otro que aprende. Un maestro es mucho más que un trasmisor de saberes, es más que tener un titulo que avale tu formación, es volver sobre nuestro sentido histórico y construir al docente que quiero ser, buscarlo en los referentes que tuve como alumno para encontrarlo luego en aquellos espacios áulicos en que me desempeñe como maestro, como profesor, donde formulare y reformulare mis clases, planificaciones, con expectativas e ilusiones, sazonando mi receta, adecuándola a cada situación.

Ser maestro es educar y tener la plena conciencia que voy a causar una efecto en el otro, una influencia incalculable, a partir del encuentro con el otro y de diversos propósitos con el único fin de transmitir un saber, de trasmitirle esos conocimientos que he adquirido, pero también mis emociones y mi amor por lo que hago, “para enseñar usted tiene que amar lo que enseña (…) El profesor tiene que tener el entusiasmo por lo que

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