Percepción interpersonal

Percepción interpersonal.

Se trate de la interacción de un maestro con un alumno, de un vendedor con un cliente, de un psicoterapeuta con un paciente o de un ejecutivo con un trabajador, la conducta resultante depende para su eficacia, de la percepción que una persona tiene de la otra.

Las relaciones interpersonales comienzan con la percepción de la otra persona, con un conocimiento y una evaluación de sus atributos, de sus intenciones y de sus probables reacciones a nuestras acciones.

Las expectaciones con respeto a las acciones de los otros o se confirman, abriendo con ello la vía a la interpretación social, o se ven defraudadas, lo que conduce a  tensión y a desconcierto. Las experiencias de este último tipo estimulan un esfuerzo para ser más realistas en la evaluación de otras personas, con una consecuente mejoría en la exactitud del juicio. Las experiencias de este tipo forman parte del aprendizaje mediante el cual la gente llega a conocer y a comprender las características y motivaciones de otras personas.

La percepción interpersonal implica, en general, los mismos principios que la percepción, pero la pregunta relativa de cómo una persona llega a comprender o a entender a otra no puede responderse completamente mediante la referencia a los principios básicos de la percepción de objetos.

Los aspectos importantes de la persona, en cuanto objeto de percepción, no se encuentran necesariamente en los objetos inanimados. La percepción interpersonal está más influenciada por procesos subjetivos: actitudes, emociones, deseos, intenciones y sentimientos.

El modo como se interpreta la intención subyacente al comportamiento de otra persona, por ejemplo, determina a menudo la reacción a tal comportamiento.

Los juicios que se hacen sobre una persona están afectados por una evaluación del grado en que tal persona parece ser total o parcialmente responsable de sus actos.

El simple hecho de que haya una similar dad fundamental entre el que percibe y el percibido, puesto que los dos son humanos, hace de la percepción interpersonal un fenómeno único.

EL CAMPO DE LA PERCEPCION INTERPERSONAL

El terreno de la percepción interpersonal puede clasificarse en dos áreas fundamentales. La percepción de la persona es el modo en que se forman impresiones, opiniones o sentimientos acerca de otras personas. Esta área se ha interesado tradicionalmente en problemas tales como el descubrimiento de rasgos percibidos y el modo en que dichos rasgos están relacionados unos con otros y la exactitud con la que una persona percibe una emoción o reacción de otra persona.

La frase “percepción de la persona” implica que el juez o sujeto que percibe puede existir independientemente de u fuera del mundo de la persona juzgada.

Así la persona puede juzgar al otro sobre la base de las informaciones contenidas en una fotografía, una película o una muestra de su caligrafía. No necesita sostener una interacción con la otra persona para hacer juicio.

La percepción social es más general que la percepción de la persona, pues implica la percepción de los procesos sociales. Los objetos de la percepción social son las relaciones de la persona con los demás, incluyendo su precepción de los grupos e instituciones sociales. El centro de la percepción social es el proceso real perceptivo ―el modo en que se lleva a cabo la definición de una situación social o de otra persona.

La situación de enjuiciamiento es aquella en la que se da una doble interacción entre dos personas, en la que cada una hace de juez de la otra, como sucede ordinariamente en la vida real. La situación de enjuiciamiento interesa al psicólogo social porque el modo como dos personas perciben y definen una situación y se definen entre sí, es un determinante importante de la conducta que tendrán y de las interacciones que sostendrán en una situación.

En la percepción social de los objetos son las relaciones sociales de la persona con los demás. La persona puede, y a menudo, hace cambiar a otra persona por el solo hecho del juicio mismo. “A través de su propia presencia y de su propia conducta en la situación perceptiva del otro, el sujeto que percibe puede alterar las características perceptivas de la persona que está tratando de “juzgar”.

El proceso perceptivo puede considerarse como una parte de una necesidad más general de “dar sentido” a la experiencia; puesto que la experiencia es variada, constantemente cambiante y a menudo impredecible, hay algo de dinámico y de cambiante en la percepción social.

LA HABILIDAD DE JUZGAR A LA GENTE.

Un problema tradicional en el terreno de la percepción de la persona es el problema de la existencia de un rasgo general de habilidad para juzgar a los demás.

Algunas de las respuestas a este problema son confusas a causa de la falta de un criterio, aceptado de la generalidad, que deba tener la habilidad para ser calificada como rasgo.

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