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Personalidad


Enviado por   •  12 de Agosto de 2014  •  4.113 Palabras (17 Páginas)  •  180 Visitas

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Teorías conductistas de la personalidad

Según este modelo, la personalidad se expresa por la conducta y la conducta depende del ambiente. La conducta se entiende en sentido restrictivo de conducta observable y está sujeta en su adquisición y modificación a las leyes del aprendizaje. Es un error buscar las explicaciones de la conducta en el interior del organismo (estados internos, rasgos), las variables relevantes para estudiar la conducta están en su medio ambiente.

Para los autores conductistas la personalidad es producto de la historia, exclusiva, de reforzamiento de cada individuo, está formada por un conjunto de hábitos que se muestran más o menos estables y permanentes y que provocan respuestas similares ante una agrupación de estímulos determinados.

Por tanto, según esta teoría la personalidad se puede cambiar. Los cambios se logran cambiando el ambiente, valiéndose del refuerzo. Las variables de la personalidad (los hábitos) son etiquetas que se ponen a la persona en función de la conducta que expresa.

Aunque la personalidad humana puede ser muy modificable según los conductistas, no deja de ser pasiva ya que viene determinada por el ambiente. La persona sigue siendo modelada principalmente por fuerzas que escapan a su control.

Teoría socio cognitiva de la personalidad

Para los teóricos cognitivos, las diferencias de personalidad surgen de las diversas formas en que los individuos representan mentalmente la información. Los procesos cognitivos internos influyen en la conducta, tanto como la observación de las conductas ajenas y del entorno en el que se desarrolla la conducta.

Bandura, uno de los teóricos más destacados de la actualidad en esta área, ha desarrollando la teoría socio-cognitiva. Según ésta, los determinantes externos de la conducta (como las recompensas y los castigos) y los determinantes internos (como las creencias, pensamientos y expectativas) forman parte de un sistema de influencias que interactúan afectando a la conducta.

Así, las teorías del aprendizaje cognitivo-social sostienen que las personas organizan internamente sus expectativas y valores para guiar su conducta. Este conjunto de estándares personales es único para cada uno de nosotros y surge de la historia de nuestra vida.

Según Bandura, las personas se valen de símbolos y previsiones para decidir cómo actuar. Cuando se enfrentan a un nuevo problema, imaginan posibles resultados y consideran la probabilidad de cada uno. A continuación, fijan y desarrollan estrategias para lograrlos. Esta noción difiere bastante de la de condicionamiento mediante recompensa y castigo aunque, obviamente, las experiencias pasadas del individuo con recompensas y castigos influyen en sus decisiones sobre conductas futuras.

¿Cómo se desarrollan estas fuentes de control internas y personales?. Las personas aprenden comportarse observando la conducta ajena o leyendo u oyendo algo sobre ella. No es necesario llevar realmente a cabo las conductas observadas; basta con observar si dichas conductas han sido recompensadas o castigadas, y almacenar dicha información en la memoria. Cuando surgen nuevas situaciones, se puede actuar en función de las expectativas acumuladas sobre la base de la observación dé modelos.

Nuestra conducta es el producto de la interacción de:

Factores cognitivos. Cómo pensamos acerca de una situación y cómo vemos nuestra conducta en esa situación. Pensamiento, percepción selectiva, motivación, afectos, estrategias, autoconcepto, autoeficacia.

Factores conductuales. Sistemas de respuesta gobernados por principios de aprendizaje. Comprenden los aprendizajes y las experiencias previas (que incluyen el reforzamiento, castigo y modelamiento)

Factores ambientales. El ambiente exterior inmediato.

Según Bandura, las personas se organizan ellas mismas, son proactivas, reflexivas y autorreguladoras, no simples organismos reactivos moldeados y dominados por los sucesos externos. También destaca la importante función de la planificación hacia adelante, puntualizando que nos fijamos metas, prevemos las consecuencias probables de las acciones futuras, seleccionamos y creamos cursos de acción que produzcan los resultados deseados y eviten los negativos.

Teorías de los rasgos

Según estas teorías, las personas difieren de acuerdo al grado en que poseen ciertos rasgos de personalidad que pueden ser inferidos de su comportamiento y que utilizamos para describirlas, como la dependencia, ansiedad, agresividad y sociabilidad.

Los rasgos son características definitorias del individuo que son relativamente estables y generales, es decir, un rasgo es una disposición a comportarse de manera estable en diversas circunstancias. Hay personas mentirosas, habladoras, valientes, etcétera.

El grado en que un rasgo está presente en cada persona se sitúa en un continuo que va desde la afirmación plena en un extremo hasta su término opuesto en el otro. Durante el siglo pasado se realizaron varios intentos de reducir los rasgos individuales de la personalidad a un número limitado de categorías o tipos. Gordon Allport señaló que podrían utilizarse miles de palabras para describirlos. Raymond Cattell identificó 16 rasgos básicos aplicando el método estadístico del análisis factorial.

Modelo de Eysenck

Una de las tipologías que más han influido ha sido la de Eysenck que, aunque era conductista y consideraba los hábitos aprendidos como algo fundamental, opinaba que las diferencias de personalidad eran hereditarias. Su modelo reduce la personalidad a tres dimensiones heredables y con base fisiológica, pretende determinar las causas biológicas que están en el origen de estas dimensiones y confirmarlas experimentalmente.

Estas tres dimensiones son:

Estabilidad emocional- inestabilidad o neuroticismo. Se refiere a cómo controla el individuo sus emociones, la estabilidad emocional que expresa en el transcurso del tiempo. Los sujetos que pertenecen al extremo del continuo Estabilidad Emocional, presentan estabilidad emocional, se excitan con dificultad, son calmados y despreocupados. En el extremo opuesto, los rasgos predominantes son: baja tolerancia al estrés, sugestionabilidad, falta de persistencia, lentitud en pensamiento y acción, poca sociabilidad y tendencia a reprimir hechos desagradables.

Introversión-extroversión. Refleja el grado en que una persona es sociable y participativa en su relación con los demás.

Psicoticismo. Este factor fue añadido posteriormente. Las características más importantes

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