Psicoanálisis
NKRG10 de Febrero de 2013
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INTRODUCCIÓN
El presente análisis se hará del libro titulado La tregua, de Mario Benedetti (1974). Tiene como objetivo explicar psicoanalíticamente la conducta de Martín Santomé, un hombre cuya vida había sido muy desdichada desde la muerte de su esposa, ya que sus hijos se alejaron de él y estaba a punto de jubilarse. Él comienza a escribir un diario un año antes de jubilarse, en el cual relata todo lo que siente y vive. Él no esperaba encontrarse de nuevo con el amor, y cuando pensó que ya lo tenía seguro, lo perdió. Esto lo hizo volver a sentirse desdichado y pensar que con todas estas experiencias, Dios le había dado una tregua.
El análisis se llevará a cabo en base a conceptos de los pilares del edificio psicoanalítico, la primera y segunda tópica, procesos y principios, tres ensayos para una teoría sexual, introducción al narcisismo, segunda teoría de las pulsiones y los mecanismos de defensa. Con esto, se pretende explicar el contenido de los sueños, conocer aspectos inconscientes del personaje, saber que conflictos tiene relacionados con su ello, yo y superyó; se podrá ubicar en que momento es utilizada la libido y cuando el personaje se deja llevar por una pulsión. Se tratará de explicar el concepto que tiene de sí el personaje y como elige a sus objetos.
Con estos conceptos, se desea demostrar que el psicoanálisis puede ser aplicado en un personaje creado y no solo en una persona real, además, se busca que el lector pueda entender parte de esta teoría, sobre todo aquellas personas que no tienen conocimiento alguno de ella.
Los pilares del edificio psicoanalítico
En la novela, cuando Martín Santomé siente interés por Avellaneda y la sueña, puede notarse claramente el contenido latente del sueño; éste es el conjunto de significaciones a las que conduce el análisis de una producción del inconsciente, especialmente el sueño. Una vez descifrado, el sueño no aparece ya como una narración formada por imágenes, si no como una organización de pensamientos, un discurso, expresando uno o varios deseos (Laplanche, 2004). Esto es, la expresión de los deseos sin ser interpretados o convertidos en sueño.
En cambio, cuando Martín Santomé relata el siguiente sueño con Avellaneda: “Ella estaba en el parque con un vestido liso, sin adornos ni cinturón y pegado al cuerpo. Me acerqué y le dije: «que rico olor al campo» y comencé a besarla hasta tener relaciones sexuales con ella”, puede notarse el contenido manifiesto: texto del sueño antes de haber sido sometido a la interpretación, texto constituido fundamentalmente por imágenes (Gómez, 2002). Esto es la interpretación del contenido latente pero en forma de imagen, dándole sentido al sueño.
Primera tópica
Dentro de la primera tópica, se habla acerca de la economía psíquica, dentro de la cual se halla el término catexis. Para Laplanche (2004), la catexis es un concepto económico que hace que cierta energía psíquica se halle unida a una representación o grupo de representaciones, una parte del cuerpo, un objeto, etcétera. Esto es depositar la libido en algo o alguien. Como ejemplo, Martín Santomé comienza a enamorarse de Avellaneda. Ahora buscaba agradarle y conquistarla, cuando antes depositaba su energía en el trabajo.
En esta tópica, es mencionado el primer punto de vista acerca de la estructura de la psique: consciente e inconsciente. Freud (1923) menciona que el consciente es en primer lugar, una expresión puramente descriptiva, que invoca la percepción más inmediata y segura. Es decir, lo que percibo, lo que mis sentidos captan, lo que puedo conocer. Un ejemplo de esto es cuando Martín Santomé platica como son sus hijos, como es su trabajo y como se siente, etcétera.
Inconsciente, es todo aquello que está reprimido en nosotros y no se puede llevar a la consciencia sino por terapia psicológica. Freud (1923) menciona que hay dos clases de inconsciente: lo latente, aunque susceptible de conciencia, y lo reprimido, que en sí y sin más es insusceptible de consciencia. Puede aplicarse este término cuando Martín Santomé, menciona que no recuerda que más sucedió en el momento que se entera de la muerte de Avellaneda.
Procesos y principios
Freud (1900) menciona que el proceso primario es el que aspira a la descarga de la excitación a fin de producir, con la magnitud de excitación así reunida, una identidad perceptiva (con la vivencia de satisfacción). Es decir, busca el placer interno descargando la energía sin tener algún orden. Martín Santomé vive esto cuando tiene relaciones sexuales con Avellaneda y relata que le gusta su cuerpo: sus caderas, sus piernas, y que sólo desea sentirla.
En cambio, el proceso secundario se caracteriza por la energía ligada. Frente a la movilidad de carga del sistema inconsciente, la energía discurre ahora de manera controlada, las representaciones son cargadas de modo más estable, como corresponde al pensamiento y al examen de la realidad (Gómez, 2002). Esto sucede cuando Martín Santomé piensa qué hacer cuando se jubile en lugar de tirarse al ocio. Debido a que en el proceso primario la energía está desordenada, no puede llegar a la consciencia y el proceso secundario le da orden a esta energía para que pueda llegar a ser consciente.
El día que Martín Santomé se acerca a Avellaneda mientras ella observa en la ventana y la abraza y comienza a besarla, sabía que podía tener relaciones sexuales con ella y satisfacer su necesidad. Esto se refiere al principio de placer, que busca satisfacción, habita en el ello y la energía fluye con libertad. El principio de placer tiende a la evacuación de la energía y sería característico del proceso primario (Gómez, 2002).
En cambio, el principio de realidad es llevado a cabo por nuestro yo (consciencia), ya que es el mediador del mundo exterior (realidad) y nos conecta con el presente (aquí y ahora). Esto sucede con Martín Santomé cuando se da cuenta que su hijo Esteban no le toma importancia a él, que su hijo Jaime es su preferido y que su hija Blanca es alegre. Gómez (2002) menciona que constituye una modificación del principio de placer. Desde un punto de vista tópico, el principio de realidad caracteriza el sistema preconsciente-consciente; desde un punto de vista económico, se basa en el funcionamiento controlado y ligado de la energía.
Cuando Martín Santomé se aleja por cuatro meses de sus amistades y deja de escribir en su diario con tal de no recordar a Avellaneda, vive lo que es llamado represión. Esto es todo aquello que el sujeto mantiene en el inconsciente por ser doloroso. Laplanche (2004) dice que es una operación por medio de la cual el sujeto intenta rechazar o mantener en el inconsciente representaciones (pensamientos, imágenes, recuerdos) ligados a una pulsión. La represión se produce en aquellos casos en que la satisfacción de una pulsión (susceptible de procurar por sí misma placer) ofrecería el peligro de provocar displacer en virtud de otras exigencias.
La represión tiene dos tipos: primaria y secundaria. La represión primaria consiste en que a la agencia representante psíquica de la pulsión se le deniega la admisión en lo consciente (Freud, 1914). Es todo aquello que no puede llegar a la consciencia. Martín Santomé vivió esto cuando se desmaya y olvida lo que sucedió en la oficina al recibir la noticia de la muerte de Avellaneda.
Opuesto a esto, después de algunos meses, Martín Santomé lee y escribe en su diario y vuelve al cuarto donde tenía sus encuentros con Avellaneda. Así, comienza a recordar todo aquello que había olvidado acerca de ella. Freud (1914) menciona que represión secundaria es aquello que recae sobre retoños psíquicos de la agencia representante reprimida o sobre unos itinerarios de pensamiento que, procedentes de alguna otra parte, han entrado en un vínculo asociativo con ella. Es decir, todo aquello que ligado a un recuerdo o situación que originó la represión, puede llegar a ser consciente.
Tres ensayos para una teoría sexual (1905)
Un concepto muy importante para el psicoanálisis es la libido. Laplanche (2004) la define como un substrato de las transformaciones de la pulsión sexual en cuanto al objeto (desplazamiento de la catexis), en cuanto al fin y en cuanto a la fuente de la excitación sexual. Es la energía sexual que utiliza una persona para depositarla en objetos o personas. Se muestra en la atracción sexual hacia Avellaneda por parte de Martín Santomé.
Esto va ligado a la pulsión, una fuerza o empuje que te lleva a realizar algo. Es el proceso dinámico consistente en un empuje (carga energética), factor de motilidad que hace tender al organismo hacia un fin (Laplanche, 2004). Esto sucede cuando Martín Santomé le dice a Avellaneda que si gusta tomar un café con él (pulsión: fuerza interior que lo llevo a externar su decisión).
Gómez (2002) menciona cuatro elementos definitorios de la pulsión: fuerza, fuente, meta y objeto. La fuerza se refiere al factor cuantitativo de la pulsión, a «la cantidad de exigencia de trabajo que representa». La fuente es el órgano en el que se produce la excitación o, más bien, el proceso físico-químico, somático, que se produce en cierta parte del cuerpo y se percibe como excitación. La meta es siempre la satisfacción, es decir, la supresión del estado de estimulación de la fuente de la pulsión. El
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