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Psicologia Profunda


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2012  •  347 Palabras (2 Páginas)  •  430 Visitas

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El poderío del ello expresa el verdadero propósito vital del individuo y satisfacer las necesidades que han traído con ello. No es licito adjudicar al ello el propósito de mantenerse vivo y de para protegerse mediante el miedo contra los peligros, debe buscar la forma de satisfacción más favorable y exenta de peligros. El superyó puede valer nuevas necesidades, su función principal reside en restringir las satisfacciones.

Instintos a las fuerzas que suponemos actuando tras las tenciones de necesidades del ello, representando las exigencias somáticas planteadas a la vida psíquica. Los instintos pueden cambiar su fin, por desplazamiento y también pueden sustituirse mutuamente, pasando la energía de uno a otro. Existiendo dos instintos fundamentales el eros, el cual tiene por fin constituir y conservar unidades cada vez mayores, es decir, tiende a unir, y el instinto de destrucción, persigue la disolución de las vinculaciones, la aniquilación, por lo cual tiende el nombre de instinto de muerte. La proporción en que se mezclan los instintos tienen decisivas consecuencias. Una mayor dosis de agresión sexual convierte a su amante en asesino perverso. La libido se encuentra entre el yo y el ello, sirviendo para neutralizar las tendencias destructivas que existen. Al establecerse el superyó consideramos proporciones del instinto de agresión, las cuales son fijadas en el interior y actúan allí autodestructivamente; una parte de la autodestrucción subiste siempre en el interior, hasta que concluye por matar al individuo, quizás no antes de que su libido se haya agotado o fijado inconvenientemente. El individuo muere por sus conflictos internos.

Las vicisitudes de la libido en el ello y el superyó, en el que se originan la deposición de la reserva de la libido, llamándolo narcisismo absoluto primario, subsistiendo en el yo para y recargando las representaciones objétales con libido, es decir libido objetal. Solo en el estado del completo enamoramiento, el contingente principal de la libido es trasferido al objeto, s decir, el objeto ocupa en cierta manera la plaza del yo. Las principales regiones somáticas de que parte la libido se califican de zonas erógenas, contribuyendo a la excitación sexual.

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