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Psicologia Social En Casas De Migrantes


Enviado por   •  4 de Marzo de 2015  •  2.091 Palabras (9 Páginas)  •  173 Visitas

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Introducción

La casa del inmigrante son organizaciones encargadas de dar albergue a personas inmigrantes de diversos países o regiones. Apoyan a las personas en momentos difíciles, a sostenerse con alimento y casa donde pasar la noche, se apoya el tema migratorio desde los enfoques de derechos humanos, género, desarrollo sustentable e interculturalidad, con el fin de mejorar la condición de la población migrante alojando al migrante y a su familia. Algunos de los objetivos es conformar una agenda estratégica transnacional de emigración incluyente de las diversas expresiones ciudadanas y de las áreas de trabajo de la Iglesia, donde inmigrantes algunas veces apoyan en trabajos dentro de la Iglesia.

Algunas casas de inmigrantes en las Iglesias, están administradas por misioneros que atienden el fenómeno migratorio en su región, estas instituciones han sido creadas gracias a la iniciativa y el apoyo de muchas personas de muy buena voluntad e instituciones sensibles al sufrimiento o inseguridad de las personas que tienen que migrar por diversos motivos, dentro y fuera del país. Buscan asistir a migrantes de otros países o deportados que son víctimas de un sistema discriminatorio, que migran en busca de condiciones de vida digna. La Iglesia no trata de fomentar la migración, solo trata de proteger y ayudar al más necesitado y ser modelo de Jesús.Estas casas del inmigrante también buscan crear una red que se encargue de vigilar su paso por nuestros países a fin de protegerlos de la trata de blancas, tráfico de órganos, polleros, maras y autoridades corruptas, y si son detenidos por agentes de migración, vigilar que respeten sus derechos humanos.

La migración propiamente dicha, es decir, la que da lugar a la calificación de las personas como emigrantes o inmigrantes, es aquella en la cual el traslado se realiza de un país a otro, o de una región a otra suficientemente distinta y distante, por un tiempo suficientemente prolongado como para que implique vivir en otro país, y desarrollar en él las actividades de la vida cotidiana.(Calvo, 1997)

Se refiere al sentimiento de soledad basado en la vivencia de incomplitud que deriva del fracaso de integración personal plena. A esto se agrega la convicción del sujeto de que ciertas partes disociadas y proyectadas del self no se recuperarán jamás. Ello contribuye a que el individuo no se sienta en completa posesión de sí mismo, ni pueda sentirse perteneciendo a ninguna persona o grupo. La posibilidad de desarrollar un sentimiento de "pertenencia" parece ser un requisito indispensable para integrarse exitosamente en un país nuevo, así como para mantener el sentimiento de la propia identidad, tal como hemos desarrollado en otra obra Enfrentarse a esta nueva situación fragiliza a los individuos, creando en ellos una profunda sensación de soledad y vulnerabilidad. La forma en que cada individuo afronta esta situación es tan particular como los individuos mismos, no obstante, el buscar espacios de socialización en donde sea posible redefinir su posición ante la sociedad en un contexto valorizante se convierte en una necesidad apremiante.(Leon Grinberg,Rebeca Grinberg, 1980)

Centroamérica es una región golpeada por torbellinos políticos, sociales y naturales que hasta ahora han impedido que la población pueda desarrollar sus capacidades y lograr una calidad de vida propicia. Es lamentable que la violencia y el sufrimiento de la que buscan escapar los migrantes centroamericanos se reproduzca en México; aun así, ellos van a seguir viniendo.

La recopilación de datos significó visitas de campo en los municipios de Monterrey, Guadalupe, Escobedo, San Nicolás de los Garza y García, Nuevo León, municipios que sirven al paso del tren que proviene de la Cd. de México y se dirige a Nuevo Laredo, y que es el medio principal que utilizan los migrantes para llegar a Nuevo León. La intervención en estos lugares implicó además identificar a los actores sociales que participan directa o indirectamente de las vicisitudes de los migrantes en tránsito por Nuevo León.(Guillen, 2012)

Puntos Importantes según investigaciones

Causas: Las recurrentes crisis económicas sexenales, la aguda crisis rural, la fallida reconversión industrial a nivel microeconómico la causa principal de la migración de México a Estados Unidos se genera por motivos laborales por ser parte de una nueva cultura o seguir a sus familiares

Consecuencias negativas de lamigración: falta de mano de obra joven y adulta en México desintegración de las familias, abandono de tierras desplomo demográfico (pueblos fantasma), disminución en la matrícula escolar

Consecuencias positivas: Remesas anuales son una gran fuentes de aporto económico, permite el desarrollo de infraestructura que el estado no les había otorgado

El aspecto social más afectado: El desplomo demográfico los migrantes abandonan sus familias, tierras, hogares, la disminución de matrícula escolar, pues a veces se tienen que cerrar las escuelas por no reunir el número suficiente de alumnos para mantener una escuela

Discriminación: A menudo los migrantes son objeto de discriminación en el ámbito de la vivienda, la educación, la salud, el trabajo y la seguridad social. La Declaración de Durban señaló que la xenofobia contra los no nacionales, en particular los migrantes, constituye una de las causa principales del racismo contemporáneo

Beneficios según los migrantes: Comprar una casa, un terreno, un auto, poner un negocio son algunas metas que varios jóvenes de las comunidades han alcanzado a los 20 años.

Medidas para disminuir lamigración: seria cambiar el modelo económico del país, las políticas clientelares, hacer a todos en México ciudadanos con las mismas condiciones que los demás.(Angel, 2002)

El proceso de integración y la redefinición identitaria

El debate sobre la integración de los inmigrantes a las sociedades receptoras pasa inevitablemente, de manera implícita o explícita, por la cuestión del proceso de redefinición de identidades, pues el “problema de la “integración” implica la discusión sobre el lugar que se otorgará –o se negará- a la diferencia cultural en el espacio público (Wieviorka, Ohana, 2001; Kymlicka, 1995; Touraine, 1997).

Es ésta una de las razones por las que resulta interesante analizar la forma en que los migrantes redefinen su identidad, tanto en relación con las sociedades receptoras, como con los lugares de origen: los suyos, ahora distantes. En ambos casos, el proceso de redefinición identitaria implica la negociación de la relación con los otros y la consecuente delimitación del lugar que el individuo podrá ocupar en una y otra sociedad de referencia.

En el caso de los mexicanos que emigran a los Estados Unidos, la referencia a lo religioso constituye un importante eje en torno al cual las identidades individuales y colectivas se redefinen (Odgers, 2002). En particular, ciertas prácticas de la religiosidad popular adquieren un nuevo carácter al ser reutilizadas como mecanismos de redefinición de las identidades, tanto en los Estados Unidos como en las comunidades de origen.

Espacios de socialización y práctica religiosa

La migración México-Estados Unidos es un proceso complejo que se ha extendido durante décadas, y difícilmente puede ser descrito en conjunto. A lo largo del tiempo se han diversificado los lugares de origen y destino, cambian las motivaciones y las condiciones del viaje, al igual que la legislación migratoria y laboral, así como el contexto político y socio-cultural al que arriban. Por ello, el “perfil” del migrante es sumamente heterogéneo, pues va desde la migración indígena hasta la migración de profesionistas altamente calificados, desde los cruces clandestinos de la frontera atravesando el desierto, hasta los desplazamientos por avión y con permiso de residencia en los Estados Unidos, desde quienes forman parte de una larga tradición migratoria que ha involucrado ya a varias generaciones, hasta quienes se aventuran por vez primera sin tener una idea clara de lo que encontrarán “del otro lado”.

Inmigración según la doctrina de la iglesia:la persona y los derechos humanos básicos

En medio del actual y altamente emocional debate sobre la inmigración, la posición de la Iglesia católica en torno a este tema ha sido frecuentemente citada para criticarla o para alabarla.

En todo caso, de una u otra forma, la verdad sobre lo que la Iglesia enseña sobre el tema de la inmigración no es difícil de comprender y se basa en principios elementales de la Doctrina Social de la Iglesia. Lo que es difícil, es aplicar esta doctrina con rectitud de intención, con objetividad, sin fobias ni intereses de grupo; es decir, con el deseo auténtico de la búsqueda del bien común.

Toda la Doctrina Social de la Iglesia descansa sobre una columna fundamental: el derecho inalienable de la dignidad del ser humano que le es conferido por Dios y que no es “regalo” de ningún estado ni fruto de ningún consenso. Los derechos humanos son inherentes al hombre, y la ley, las sociedades y los estados sólo pueden reconocerlos, respetarlos y protegerlos. El estado no tiene el derecho ni de crearlos ni de suprimirlos.(Gomez, 2006)

Es verdad que existen muchos ángulos que hacen compleja la discusión en torno al tema de la inmigración: desde la grave responsabilidad social y política de las naciones de donde provienen la mayoría de los inmigrantes, hasta el reconocimiento del posible riesgo de seguridad que implica la porosidad de las fronteras. Sin embargo, la inmigración es un tema que está en Estados Unidos para quedarse y requiere que respondamos a él con racionalidad, justicia y eficacia.

En realidad, lo que busca la Iglesia es que los fieles laicos, y todos los hombres de buena voluntad, comprendan que estos dos derechos son subsidiarios — es decir, están unidos y están subordinado y que cuando se habla de inmigración, se trata de personas concretas que son nuestros hermanos y hermanas.

Como se ha podido observar a partir de las experiencias arriba expuestas, son muy diversos los ámbitos en los cuales las prácticas religiosas están presentes en el proceso de socialización y en la estructuración de la relación que los migrantes establecen entre sí, con la comunidad de origen, y con la sociedad receptora. Las prácticas religiosas inciden en el proceso de socialización de los migrantes, y simultáneamente la migración transforma las prácticas religiosas y el sentido atribuido a la religiosidad popular.

Hay sin embargo un elemento de este panorama que nos parece particularmente problemático por las consecuencias que puede tener en la capacidad de participación y subjetivación de los individuos. Se trata de la forma como se construye la distancia que va del individuo a la comunidad, y del individuo a la sociedad amplia.

Como se mostró anteriormente, la integración eficaz de los migrantes a la comunidad religiosa, a pesar de su gran valor en la resolución de problemas inmediatos, no necesariamente constituye una etapa o fase en el proceso de integración a la sociedad amplia. Si bien en algunos casos los individuos han logrado movilizarse y participar activamente en un esfuerzo por incidir en su entorno, en muchos otros casos la integración a la comunidad religiosa ha implicado la disolución del individuo en el interior de la comunidad y su aislamiento de otros espacios de socialización, frenando eventualmente el proceso de integración y por consiguiente, limitando su participación plena en la sociedad destinada.

Surge entonces la necesidad de preguntarse hasta qué punto y por qué razones la socialización a través de las comunidades religiosas proporciona un apoyo eficaz en el proceso de integración de los migrantes, y hasta qué punto por el contrario dicho proceso puede derivar en la dependencia y la alienación del individuo mediante la hiper-integración a una comunidad particular. Si bien es claro que ambos casos son posibles en todas y cada una de las diversas denominaciones, nos parece importante tratar de discernir cuáles son los factores que impulsan hacia uno u otro extremo. El nivel de compromiso que exige cada comunidad a los individuos que la conforman, el rigor de la ética religiosa que norma su conducta y la estructura organizacional de las instituciones religiosas son sin duda algunos de los elementos que influyen en la estructuración de la relación del individuo con la comunidad y con la sociedad amplia, pero distan de ser elementos explicativos. La doble distancia se construye también de diferente manera en función de la diferente relación que cada comunidad establece implícita o explícitamente con otros referentes identitarios, como el lugar de origen, el grupo de edad, el género o la etnia.

Por otra parte resulta cada vez más claro que para analizar el proceso de integración de los migrantes se hace indispensable considerar el proceso de redefinición identitaria, tanto en los lugares de destino como en las comunidades de origen. La redefinición de vínculos con las comunidades de origen es también una necesidad de quienes se desplazan. En ese sentido las prácticas religiosas han permitido crear y recrear nexos y estrategias de comunicación. Pero más allá de sus efectos, positivos o negativos en el proceso de integración de los nuevos migrantes, es claro que la práctica religiosa juega un importante papel que convendrá seguir analizando.

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