Psicopatologia

CONEXIÓN ENTRE GENES Y COMPORTAMIENTO

Por Plinio el Insurrecto

La teoría biológica del desarrollo dice que los genes y el entorno determinan el desarrollo de todas las características observables en los organismos incluyendo por supuesto los patrones de comportamiento. Así, las diferencias genéticas entre los individuos pueden generar diferencias en su desarrollo en función del entorno, lo cual eventualmente conducirá a diferencias en los atributos observables de los individuos, incluyendo sus comportamientos.

Sin embargo, la conexión entre la información genética y el desarrollo está bastante lejos de ser directa. La acción de los genes tiene lugar a nivel molecular mientras que el comportamiento (al menos en los animales pluricelulares) es producto de un sistema nervioso, de los músculos, de las glándulas que producen hormonas, etc., con lo que cada una de las partes fundamentales del comportamiento son resultado de cientos o miles de genes interactuando con multitud de elementos diferentes del entorno.

Entender que esta pasando al nivel más próximo (nivel molecular) del desarrollo, es un rompecabezas que esta en manos de genéticos y biólogos del desarrollo, quienes todavía están muy lejos de colocar correctamente todas las piezas de una sola especie entre las millones que pueblan el planeta. Aunque ya se conoce por ejemplo cual es la secuencia genética del ADN humano, este descubrimiento no nos dice nada a cerca de cómo se produce el proceso del desarrollo. Conocer la secuencia de bases que forma un gen no es lo mismo que conocer cual es la función de ese gen en cualquiera de la inmensa cantidad de entornos potenciales. Por lo tanto, y hasta el momento, ningún genético puede decirnos con certeza cual será el aspecto de una persona, como se comportará o cuanto tiempo vivirá examinando únicamente su secuencia completa de ADN.

Afortunadamente los biólogos evolutivos no necesitan tener en la mano todos los detalles del desarrollo para formular y testar hipótesis evolutivas. La evolución del comportamiento por selección natural requiere que los individuos se comporten entre sí de forma diferente por causa de las diferencias heredables que existen entre ellos, y que las consecuencias de esas diferencias en comportamiento, afecten a la probabilidad de reproducirse exitosamente. En otras palabras, si los individuos que llevan el alelo A1 desarrollan proteínas involucradas en mecanismos básicos que indirectamente permiten tener más descendencia exitosa (que sobreviva) que los individuos que portan el alelo A2, al cabo de suficientes generaciones de selección natural, la mayoría de los individuos de la población portarán el alelo A1 en sus cuerpos y tendrán esos mecanismos básicos que en última instancia están involucrados en que un particular tipo de comportamiento sea más común que si los individuos poseyeran el alelo A2 en sus células. La selección natural afecta a las frecuencias de alelos que influyen en el desarrollo de los patrones de comportamiento. Exactamente de la misma forma que la selección afecta a la proliferación o desaparición de los alelos involucrados en el desarrollo de, por ejemplo, las proteínas sanguíneas. Por tanto, si tenemos que la característica X se da con mayor frecuencia en la especie Q por que es más adaptativa que la característica alternativa Y, cualquiera que sea el alelo que subyace tras la característica X, se hallará en mayor frecuencia que las formas alternativas del gen. Desdichadamente, la historia exacta de los cambios en las frecuencias de las diferentes formas alternativas de los genes se desconoce al detalle.

Desde la perspectiva evolutiva se puede simplemente asumir que el comportamiento es el producto de episodios previos de selección natural, no importa cuantos genes estén involucrados, ni como de compleja e intrincada sea la conexión entre comportamiento y genes; el objetivo está en conocer el propósito evolutivo del comportamiento, no en conocer cuales son las fuerzas o mecanismos más directos y básicos de los genes

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