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San Agustín


Enviado por   •  17 de Mayo de 2013  •  Ensayos  •  557 Palabras (3 Páginas)  •  372 Visitas

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San Agustín (354-430).- Escribió en una época particularmente agitada desde el punto de vista político: La época en que los “bárbaros” irrumpen el Imperio romano de Occidente (ocupación de Roma por el visigodo Alarico, en 410). El derrumbe de esta ciudad, que durante tantos siglos había subyugado el mundo, originó innegablemente, una asonada profunda de las conciencias. Los filósofos se preguntaron a sí mismos e innumerables de ellos exhortaron causas religiosas. Cuantiosos ensayistas paganos enunciaron la idea de que Roma había fenecido porque había dejado el culto de las divinidades tutelares y había abierto su espíritu a una nueva fe (el cristianismo). San Agustín para reconocer a esta tesis, escribió, entre 412 y 426, “La ciudad de Dios”: Que es una oposición entre el mundo pagano, descrito ideológicamente y sociológicamente, y el mundo cristiano. Además, opone la ciudad de los hombres, gobernada por los apetitos materiales, la violencia y el egoísmo y la ciudad de los ángeles que es “el amor a Dios llevado hasta el desprecio de uno mismo”.

La consideración de San Agustín es ante todo como filósofo y como religioso, especialmente en la crisis final del mundo antiguo: es como dice Ortega y Gasset, la única mente de la época que sabe de la intimidad propia de la persona moderna. El que se llame con asiduidad a San Agustín el gestor del hombre moderno y el primer europeo, tiene su raíz en esta visión única que lo estacionó en el límite de dos épocas y a la vez en el decidido comienzo de una de ellas.

Santo Tomás de Aquino (1225-1274).- Parejo a San Agustín, Santo Tomás se inquieta más de evidenciar el cristianismo que de fundamentar la Sociología o la Ciencia Política. En conjunto, sus ideas sociales están despojadas de Aristóteles (Teoría de una moral natural).

En síntesis, el Estado tomista sería una especie de Estado teocrático moderado, que toleraría un poder temporal con la condición expresa de que estuviera sometido al poder espiritual. El problema de la oposición entre lo espiritual y lo temporal quedará reflejado en la gran lucha medioeval entre el Sacerdocio (el Papado) y el Imperio (de Alemania).

Para Santo Tomás la ley es un precepto de la razón en orden al Bien Común difundida por aquel que tiene el pulcro de la comunidad.

Concurren, según Santo Tomás tres especies de leyes: "eterna", "natural" y "humana".

La "ley eterna o divina" es la razón general del gobierno y de la ordenación de todas las cosas, existente en la mente divina.

"La "ley natural" es la participación de la ley eterna en los seres racionales. Es común a todos los pueblos, imborrable en el corazón del hombre, inmutable en sus primeros principios, pero variable

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