Senectud y mitos de la vejez.
CienvenTrabajo10 de Febrero de 2024
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Caso de duelo
Hola, soy Gloria, una mujer de 37 años de edad. Acabo de enviudar hace dos meses, ya que mi marido José Ángel, de 39 años, falleció víctima de Cáncer en el pulmón. Él nunca fumó pero gracias a que en su familia, su madre y su padre, siempre lo expusieron desde niño al humo del cigarro, hoy ya no se encuentra con nosotros.
Nos conocimos cuando yo tenía 23 años y él, 25 años. Duramos dos años de novios y no lo pensamos más. Éramos el uno para el otro. Nos amábamos intensamente. A los cinco años de casados tuvimos a nuestro primer hijo, Carlos, quien ahora está por cumplir 7 años. Fuimos muy felices con su llegada. De hecho, durante todos estos años juntos, fui muy feliz. Mi Ángel, como yo lo llamaba, fue el hombre más bueno del mundo. Cuatro años después de la llegada de Carlos, llegó Dany, mi pequeña que está por cumplir tres años. Escribo todo esto porque ya no puedo más. No sé a quién recurrir, siento que me voy a morir de dolor. No puedo creer que mi Ángel se haya ido. Me siento llena de rabia y de dolor, siento que la vida ya no tiene sentido y que lo único que me hace levantarme de la cama es por mis hijos, a quienes veo profundamente tristes preguntándome dónde está su padre.
Aunque siento que todo lo hago como si fuera un robot. Me siento cansada, sin ánimo de nada, no me puedo concentrar y no puedo dejar de pensar en él. Hay momentos donde me siento profundamente enojada con todo el mundo, no soporto que me digan que me tranquilice, que todo va a pasar. ¡Cómo va a pasar! Por Dios, qué nadie se da cuenta que jamás lo volveré a ver, no puedo tocarlo, no puedo sentirlo, ¡ya no lo escucho! nadie me entiende, cómo se puede seguir viviendo con un dolor así.
Vivo en casa de mis suegros y solo deseo largarme de aquí. Sé que son ellos los culpables y no deseo tener trato con ellos. No quiero que toquen a mis hijos. Maldita enfermedad, por qué no me llevaste a mí, por lo menos no sentiría este dolor. No sé qué hacer de verdad, cómo continúo viviendo. Sé que tengo que salir a trabajar porque mis hijos y yo dependemos ahora de lo que yo pueda ganar. Sé que a nadie le importa mi dolor, todo mundo lleva su vida normal. Mis suegros lloran, pero sé que es por remordimiento, y yo estoy enojada con la vida, me quitó al amor de mi vida, mi compañero, mi amor ¡no es justo! ¡no es justo!
Reflexión:
La perdida de José Ángel es una tristeza inmensa que parece llenar todo el espacio en su vida. La rabia, el dolor y la confusión, son respuestas naturales ante una pérdida tan significativa. La enfermedad que le arrebató la vida es injusta y ha dejado un profundo vacío en su corazón. Su experiencia de duelo es única y valida, y es importante permitirte sentir y expresar todas las emociones.
Análisis:
Gloria escribe su sentir porque ya no puede más y porque no sabe a quién recurrir, siente que se va a morir. Gloria es una mujer de 37 años el cual perdió a su esposo José Ángel, de 39 años, víctima del Cáncer en el pulmón. Ella comenta que él nunca fumó, pero culpa a la familia de José, qué siempre lo expusieron desde niño al humo del cigarro. Escribe que su marido y ella eran el uno para el otro.
Gloria no puede creer que su esposo ya se haya ido. Ella se encuentra en un proceso de negación, por momentos no puede creer que ya no este su apoyo, su compañero, y también se encuentra en el proceso de la rabia y el dolor, siente que su vida ya no tiene sentido.
Gloria esta en la etapa de la IRA, del ENOJO en buscar culpables (en este caso los familiares de su esposo).
Ella comenta que jamás lo volverá a ver, no podrá tocarlo, no puede sentirlo y no puede escucharlo. Tiene un concepto de la muerte es el paso final de la existencia humana.
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