Ser o no ser: un estudio acerca del autismo

Ser o no ser: un estudio acerca del autismo

El texto parte aclarando que los niños autistas se encuentran entre el limbo de “ser” y “no ser”. Y se propone el estudio de cómo este sentido se vio amenazado en la infancia.

La autora plantea que todos los niños que ella atendió en su consultorio lograron un importante grado del manejo emocional y cognitivo, alcanzando la adaptación de una vida social común. Esos resultados fueron comprobables por tanto, ya no es correcto decir que el autismo infantil no tiene solución, mientras se aplique una apropiada psicoterapia.

Afirma que la característica que diferencia a las personas con autismo de otros pacientes es que evitan el contacto con otras personas. Tienen casi nula conciencia de que tienen un cuerpo, protegiéndose con un “caparazón” que al ser penetrado deja ver que están traumatizados. Esto debido a que no reaccionaron bien al percatarse de la separación física con la madre en el periodo de lactancia.

Con respecto al caso de Colin, el cual tenía conductas controladoras repetitivas, Tustin interpretó que eran a modo de defensa contra la ruptura de la conexión que tenía con su mamá cuando era bebe y lo amamantaba. Cuando se dio cuenta de esa separación con la mamá, sintió que había perdido un pedazo de su cuerpo y por tanto, se siente desvalido y sin control de una parte que le daba su sentido de “ser”.

Otro caso en niños autistas es el sentimiento de flotar, como una especie de reacción de pánico al concientizar la separación antes planteada, están tan asustados con el “no ser” que esto les ayudaría a evitar de cierta forma esta situación. Con la terapia los niños pueden poner los pies en la tierra, con todo lo que eso implica.

La autora también habla sobre los objetos autistas y las figuras autistas, los primeros son aquellos que son utilizados como sensaciones, que lo que realizan los objetos (dureza, girabilidad, etc) se vuelve parte del cuerpo del niño. Y las figuras se basan en la impresión táctil que dan sobre la superficie del cuerpo. Ambos protegen la aceptación del “no ser” pero interfieren con el desarrollo psicológico normal.

A tustin le preocupan los medios toscos de romper con este “cascarón” que encapsula el trauma, ya que no solo se necesita una psicoterapia firme, sino que también debe ser cálida y comprendiendo lo que es y lo que no es, el autismo. En base a esta definición del autismo, la autora dice que los niños autistas se sienten envueltos por sus propias sensaciones corporales, lo que crea la ilusión de un cascarón que les impide tener conciencia de su cuerpo y su entorno. Además, les impide la identificación proyectiva, la empatía y la imaginación. Algunos pacientes autistas parecen sentirse como una cosa inanimada y no como seres humanos.

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