Sobre la Agresion

David Romano Barrientos

La convivencia en grupos es un elemento con el cual se vive desde la infancia, pero no por convivir en ellos significa que haya pertenencia. Esto es algo que se desarrolla poco a poco y que se refleja en dinámicas de trabajo en grupo. Desde simples juegos como puede ser desarrollada a nivel pre-escolar, hasta ambientes laborales ya en la etapa adulta de la vida; la forma de cómo involucrarse en ellos, lograr resultados o simplemente ser una persona afín con diversos grupos es algo que influye en la esencia del individuo. En este ensayo reflexivo, se tratara de las repercusiones de la pérdida del individuo al trabajar en grupo y un enfoque personal al respecto.

        El ser humano desde que nace forma parte de un grupo, la familia, este grupo tiene diversas dinámicas ya establecidas que vienen a ser alteradas usualmente con la llegada del recién nacido. Conforme el ser humano avanza en su crecimiento se ve involucrado en nuevos grupos, el familiar se expande a tíos, primos, y demás familiares; siendo este el primer grupo de trabajo en el cual desenvolverse y a un nivel rudimentario como sería el del juego y la satisfacción que emane del mismo. Pero incluso a estos niveles se establecen ciertos puntos para que el grupo trabaje en conjunto, puede ser que estableciendo roles o simplemente áreas de juego. Es desde este momento donde se puede ir formando el carácter con el que se participara en los grupos de trabajo que se formen en lo sucesivo, puede ser que uno opte por el papel de espectador y seguidor o bien por tomar las riendas del juego y establecer quien hará que papel o al final quien se llevará el balón.

        A estos niveles el establecimiento de roles se establece en mayor medida por el número de seguidores que por otras razones más validas, aunque esta razón también se puede dar en grupos de trabajo más grandes y llenos de adultos, muchas veces los lideres solo son respaldados por el número de seguidores que por meritos propios, siendo este un grupo donde se pierde la “esencia del ser” y se transforma a solo un elemento de la mezcla establecida en la dinámica, ya sea para un bien mayor como puede ser la reacción ante una casualidad de la naturaleza, o como mayormente suele suceder, para convertirse en una turba furiosa y sin voz mas que la del que los dirige, ejemplos como los mencionados por Mullen, Chapman y Salas1 dentro de su artículo. Otro de estos ejemplos es el caso que nos presenta la película “El Señor de las moscas”.

En esta película tenemos un ejemplo claro de de perdida del ser y la transformación del individuo solo un elemento de acción, ya sea para cazar o para amedrentar a aquellos que piensen diferente al grupo, con esta pérdida vienen también elementos que afectan a nivel individual a cada elemento, ya sea a nivel corporal al recibir castigos o adornos corporales; o también mentales como remordimientos después de las acciones llevadas a cabo en forma grupal.

¿Cómo evitar esta pérdida del ser dentro del grupo? Desde mi punto de vista el factor mas importante es la correcta delegación de puestos y actividades para los integrantes, incluso la mínima aportación de un ser si es valorada correctamente puede funcionar para el bien grupal y para el bien individual.

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