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Suicidio en adolescentes. Identificación de Potencial Suicida en Adolescentes de 13 a 19 Años

giulianapallasTrabajo29 de Octubre de 2015

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SUICIDIO EN ADOLESCENTES

Universidad: Universidad Abierta Interamericana

Facultad: Facultad de Psicología y Relaciones Humanas

Carrera: Lic. En Psicología

Nombre de la materia: Clínica de niños y adolescentes

Docente a cargo: Stella Giardina

Alumnos: Pallás Giuliana, Pegazzano Lucía, Bello Belén, Fernandez Denise y Reumann Sofía

Sede: Lomas

Turno: mañana

Fecha de entrega: 25 de Junio de 2015


SUICIDIO EN ADOLESCENTES

El suicidio ocupa un lugar entre las primeras 10 causas de muerte en las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud. Se considera que cada día se suicidan en el mundo al menos 1110 personas y lo intentan cientos de miles, independientemente de la geografía, cultura, etnia, religión, posición socioeconómica, etcétera. Cualquier sujeto puede, en determinado momento de su existencia, sentir que la vida no tiene sentido por diversas causas, como la enfermedad física o mental, la pérdida de una relación valiosa, un embarazo oculto o no deseado, la soledad, las dificultades cotidianas en personalidades poco tolerantes, lo que convierte el suicidio en la mejor y única opción para ellos. Los comportamientos suicidas en adolescentes constituyen un serio problema de salud en los países desarrollados. En éstos, el suicidio es la segunda causa de muerte en población joven, después de los accidentes de circulación. Por otro lado, todo un conjunto de factores constituyen serias dificultades en el manejo asistencial de estos adolescentes.

Los suicidios y las tentativas de suicidio constituyen un problema grave de salud pública que comprende cuestiones características de la adolescencia. En efecto, cuestiones como el pasaje al acto, la impulsividad, el problema de la muerte, la depresión, el ataque al propio cuerpo y al marco familiar, son inherentes a este período de la vida denominado adolescencia; concepto que hay que interpretar no sólo en clave neurobiológica sino, y esto es quizá más relevante, en clave psicosocial. Esto es así en la medida en que la adolescencia, a diferencia de la pubertad, no es ajena al marco histórico y social en el que se desarrolla. La adolescencia pone en tela de juicio lo social y amenaza con crear un conflicto de generaciones. La problemática del suicidio y del intento de suicidio en la población adolescente no es tampoco ajena a la crisis que acompaña, de manera indefectible, a este período de la vida de todo sujeto. Esta crisis debe entenderse bajo dos aspectos. En primer lugar, la crisis del adolescente comporta el momento en el que habrá de decidir su futuro, y ello en diversas áreas de la vida: laboral, formativa, afectiva, etc. En segundo lugar, la crisis de la adolescencia supone el momento en el que la neurosis más o menos latente del sujeto se declara con cierta violencia o cierta urgencia.

Esto, además, puede complicarse en aquellos sujetos con una estructura psicótica que puede haber permanecido silenciosa durante la infancia pero mostrarse con toda crudeza a partir de la pubertad. Momento de elegir, momento de urgencia, ambas circunstancias colocan al adolescente ante una nueva situación que le obligan a poner en marcha todo un conjunto de mecanismos defensivos. Sin embargo, esos mecanismos no siempre se dan o bien resultan insuficientes para resolver la crisis de manera satisfactoria. El suicidio y el intento de suicidio constituyen las manifestaciones dramáticas del fracaso del sujeto adolescente al enfrentarse con ese nuevo mundo. En otras ocasiones, el momento de la adolescencia comporta la puesta en marcha, el inicio de un trastorno mental grave, por ejemplo, una psicosis esquizofrénica.

Finalmente, conviene resaltar que la idea de la muerte forma parte de la adolescencia; es consustancial al trabajo de subjetivación que lleva al sujeto a pensarse como tal, diferente de los demás, y a pensar acerca de sus pensamientos, es decir, acerca del sentido de los mismos. Esta elaboración ocupa a muchos adolescentes y les lleva, más tarde o más temprano, a preguntarse sobre el sentido de la vida. El enfrentamiento con la muerte se vincula con las pérdidas que supone la metamorfosis sexual: pérdida de la imagen de sí mismo, pérdida de la imagen de niño ideal, pérdida de los padres como sustento del ideal del yo infantil. La muerte, por tanto, es algo que ocupa el pensamiento de los adolescentes, sin embargo, no todos piensan en morir ni en suicidarse. Es aquí donde incidirán los factores individuales y sociales, factores que se deben interpretar, en preciso decirlo, en términos de facilitadores, pero no determinantes.

Identificación de Potencial Suicida en Adolescentes de 13 a 19 Años

El suicidio es reconocido, mundialmente, como un grave problema de salud pública. Aproximadamente un millón de óbitos por suicidio son registrados todos los años y este fenómeno se encuentra entre las 10 principales causas de muerte en el mundo.

Numero que va ascendiendo existen proyecciones que este número ascienda a aproximadamente un millón y medio, en el mundo, en el año de 2020, lo que correspondería a un suicidio cada 20 segundos y una tentativa de suicidio cada uno o dos segundos.

Las tentativas de suicidio son de 10 a 20 veces más frecuentes que el suicidio.

En la mayoría de los países el suicidio se encuentra entre las tres principales causas de muerte para las personas del sexo masculino y femenino con edades entre 15 a 34 años y es la sexta causa de incapacidad para las personas entre 15 a 44 años.

Informaciones como las mencionadas inquietan y evidencian la necesidad de pensar en cómo prevenir estas muertes.

La identificación de sujetos que no presentan ningún diagnóstico estructurado y que se encuentran sin ninguna atención especializada, debe ser foco de investigadores y clínicos, cumpliendo así con la tarea de comprender y actuar antes que el acto fatal suceda.

Es evidente que existe dificultad para identificar sujetos en riesgo de suicidio, la anticipación de un pronóstico de este posible acto todavía es muy difícil.

la Organización Mundial de la Salud (WHO, 2006), consiste justamente en identificar sujetos que están en riesgo y que a él son vulnerables, así como entender las circunstancias que influenciaron su comportamiento autodestructivo pudiéndose entonces estructurar intervenciones eficaces.

Frente a esto se puede pensar en un potencial suicida, o sea, un conjunto de aspectos que, cuando se dan en forma combinada, pueden llevar a una progresión y a un gradiente de severidad, que podrá culminar en el extremo del suicidio consumado.

1 .Ideación suicida es el primer punto a ser considerado en esta propuesta por ser uno de los predictores para el riesgo suicida y por estar en uno de los polos del posible continuo que puede llevar al acto de matarse .Ideas y manifestaciones de la intención de querer morir de acuerdo con lo expuesto por algunos autores, son un grado inicial de propósitos o intenciones de autodestrucción. Estas pueden estar acompañadas del deseo de muerte como una solución para un dolor insoportable o algo insoluble y que pensando en una secuencia de gravedad, pueden pasar a declaraciones expresas de morir (por comportamientos o de forma verbal) y amenazas, sin, a pesar de eso, concretizar cualquier acto.

2 .depresión > personas que se suicidan tienen un trastorno mental asociado y que entre estos trastornos, la depresión, perturbaciones de personalidad, esquizofrenia y abusos de substancia, están entre los principales factores de riesgo. Más de 150 millones de personas sufren de depresión en algún momento de la existencia y entre los gravemente deprimidos, 15 % se suicidan

3 .Por último, la desesperanza es un constructo que también debe ser tenido en consideración cuando se habla de un posible potencial suicida. La desesperanza se caracteriza por actitudes y expectativas negativas del individuo frente a su vida y al futuro (Beck y Steer, 1993). Se relaciona principalmente con la depresión y es un elemento-clave para la comprensión de la conducta suicida (Beck, Weissman, Lester y Trexler, 1974; Brown y cols., 2000; Glanz, Haas y Sweeney, 1995).

La adolescencia por si sola ya es un período propicio a comportamientos agresivos. Es una fase de cambios en todos los niveles: sociales, familiares, físicos y afectivos. Estos cambios, incluso normales, hacen que el joven experimente, muchas veces, niveles crecientes de ansiedad y angustia aumentando el riesgo de la ocurrencia de problemas emocionales, entre los cuales, los síntomas depresivos y la ideación suicida, parecen estar entre los más preocupantes.

Estudio

La muestra fue constituida por 391 adolescentes, del sexo masculino (N=161; 41,2%) y del sexo femenino (N=230; 58,8%), localizados por conveniencia en escuelas públicas y privadas de la ciudad de Porto Alegre.El Inventario de Depresión de Beck–II (BDI–II) es un instrumento que tiene como objetivo medir la intensidad o el nivel de gravedad de la depresión en pacientes psiquiátricos y población general.Está compuesto por 21 ítems, para cada uno de ellos hay cuatro afirmativas de respuesta entre las cuales el sujeto elije la más aplicable a sí mismo, para describir cómo se estuvo sintiendo en las “dos últimas semanas, incluyendo el día de hoy”

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