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TEST GESTALTICO VISOMOTOR PARA NIÑOS


Enviado por   •  20 de Enero de 2017  •  Documentos de Investigación  •  2.555 Palabras (11 Páginas)  •  358 Visitas

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TEST GESTALTICO VISOMOTOR PARA NIÑOS

Lauretta Bender realizo el test gestáltico visomotor en 1938, este consiste en nueve tarjetas, que una por vez se muestran para ser copiadas en una hoja blanca por el sujeto. Estos diseños se usaron por Wertheimer para demostrar los principios de la Gestalt, sin embargo Bender los adopto como el test visomotor. Se han realizado muchos sistemas de puntuación e interpretación; uno de ellos es el realizado por Koppitz, el cual tiene el objetivo de proveer diferentes modos de analizar los protocolos del Bender producidos por niños de 5 a 10 años, cualquiera que sea su inteligencia o el tipo de problemas que presentan para evaluar su madurez perceptual, posible lesión neurológica y ajuste emocional. Koppitz realizo una escala inicial de maduración en 1959, en sus investigaciones encontró que el desempeño en la escuela primaria está relacionado con 3 funciones básicas de la percepción visomotora. El niño tiene que lograr una maduración en las siguientes áreas para poder funcionar bien en la escuela:

  1. La capacidad de percibir el dibujo como un todo limitado y poder iniciar y detener la acción a voluntad
  2. La capacidad de percibir y copiar correctamente las líneas y figuras en cuanto a orientación y forma
  3. La capacidad de integrar partes en una sola Gestalt.

La escala de maduración consiste en 30 ítems de puntuación los cuales se computan como presentes o ausentes. Todos los puntos se suman; un puntaje alto indica un pobre desempeño, en tanto que un puntaje bajo refleja una buena actuación. Koppitz encontró que a los 9 años de edad la mayoría de los niños pueden realizar el Bender sin errores serios, por lo que para niños mayores de 8 años, el Bender solo puede detectar a aquellos con una percepción visomotora inmadura, mientras que en los menores de 7 años, el Bender es útil para identificar los niños inmaduros y los brillantes. Considero que el factor tiempo parecía tener alguna significación, y en 1960  Koppitz realizó un estudio en el que determinó que el tiempo promedio que necesitan los niños comprendidos entre los 5 y 9 años y medio para completar el Bender, es de 6 minutos y 30 segundos.
Se ha observado que el niño que necesita un tiempo excesivamente largo para copiar las figuras del Bender, o tiende a ser muy perfeccionista o está esforzándose mucho por compensar un problema en la percepción visomotora, o le suceden ambas cosas a la vez; por otro lado, los sujetos que terminan la prueba en un tiempo muy breve, son impulsivos y les falta la concentración adecuada y/o esfuerzo para realizar la tarea requerida satisfactoriamente. Un tiempo muy breve es asociado con un desempeño pobre en el Bender y bajo rendimiento escolar; se encuentra a menudo en niños con lesión neurológica.

El Bender solo sirve como test de medida de aptitud intelectual para niños de entre 5 y 10 años, ya que una vez que la percepción visomotora ha madurado el Bender ya no sirve para éste propósito.
En niños pequeños, la maduración de la percepción visomotora parece constituir una indicación de inteligencia, a menos que el niño tenga problemas específicos en la percepción visomotora o su área verbal es muy elevada y se desarrolla más lentamente en el área viso-perceptual. Para descartar estas posibilidades, la autora sugiere emplear el Bender en combinación con uno o dos test verbales breves; este tipo de combinación es útil en aquellos casos en que el niño posee una capacidad verbal sobresaliente que podría ser pasada por alto debido a un desempeño algo inmaduro en el Bender. Por otra parte, un niño con un Bender muy bueno, puede revelar problemas de lenguaje o puede desempeñarse muy pobremente en un test verbal. La autora considera que el Bender es un instrumento útil para evaluar la madurez para el aprendizaje, pero su eficacia aumenta cuando se le usa en combinación con otros test estandarizados de madurez para el aprendizaje.
El test Bender puede ayudar a detectar a los niños que es por sus potenciales, problemas afectivos y de aprendizaje, pueden necesitar una atención especial o más tiempo antes de empezar la escuela, para evitar así que surjan posteriormente dificultades serias, y puede ser de gran valor también en  la detección de niños de aptitudes excepcionales que se beneficiarían con un programa más acelerado y completo.

Estudios estadísticos hechos por Koppitz permiten afirmar que el rendimiento obtenido en el desempeño del Bender al comienzo del primer grado permite pronosticar el rendimiento del niño, en primero, segundo y tercer grado, manteniendo una alta correlación con el juicio del maestro sobre el rendimiento del alumno al término del primer grado.
Para pronosticar con mayor precisión como se desempeñaran a lo largo del año los niños con un Bender pobre, se necesitara una segunda aplicación del Bender, efectúa un análisis del tipo de errores que presenta el protocolo, o administrar una prueba suplementaria como la de la figura humana. Dado que la percepción visomotora experimenta una considerable maduración durante el jardín de niños, una única administración del Bender al comienzo de este grado no es suficiente para efectuar su pronóstico a menos que el niño tenga un desempeño en la prueba superior al promedio.

La atención de los detalles es particularmente importante para un buen rendimiento en lectura y aritmética. Las unidades aislables y las partes de la Gestalt parecen tener funciones similares a las de las letras y los números que un niño debe aprender no solo a percibir, sino también a integrar en palabras y sumas si quiere convertirse en un buen alumno.
Los problemas perceptuales pueden constituir el principal factor que contribuye a un bajo desempeño en la lectura, se ha encontrado que el Bender es muy útil para diagnosticar la etiología de las dificultades de los niños en lectura, y para planear el tratamiento adecuado.
Concretamente, en el Bender, los niños con problemas de lectura tienden a tener dificultades para discriminar entre punto y círculos, y entre curvas y ángulos. También muestran una mayor incidencia de rotación de los dibujos. Se deduce que la buena capacidad en la lectura se relaciona con una percepción correcta de la orientación y la forma de los dibujos. Los niños con problemas en aritmética tienden a tener dificultad en dibujar el número correcto de puntos y círculos en las figuras del Bender. También tienden a perseverar con más frecuencia. Sus protocolos revelan mayor grado de fallas en la integración de las partes de los dibujos de una Gestalt completa.
El rendimiento en aritmética parece estar estrechamente relacionado con la correcta percepción y reproducción del número de unidades de los diseños.

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