Teoria Sexual De Freud

FREUD TOMO VII TRES ENSAYOS DE LA TEORIA SEXUAL,CAPITULO 2:LA SEXUALIDAD INFANTIL

Descuido de lo infantil: es la afirmación de que la pulsión sexual falta en la infancia y solo despierta en la pubertad. Es un error, y es por este error que tenemos ignorancia acerca de las bases de la vida sexual.

Muchos autores les prestan mas atención a la prehistoria del adulto pero de manera genética, se figan en lo heredado y no la prehistoria de la existencia individual que es la infancia.

Amnesia infantil: Es la amnesia que la mayoría de los seres humanos sufrimos de los primeros años de nuestra infancia, hasta el sexto u octavo año de vida. En estos años sabíamos exteriorizar dolor y alegría de una manera humana, mostrábamos amor, celos y otras pasiones que nos agitaba entonces con violencia, y aun pronunciábamos frases que los adultos registraron como buenas pruebas de penetración y d una incipiente capacidad de juicio.

Las mismas impresiones que hemos olvidado, sin embargo han dejado las mas profundas huellas en nuestra vida anímica y pasaron a ser determinantes para todo nuestro desarrollo. Esta amnesia consiste en un mero apartamiento de la conciencia (represión).

Se puede enlazar la amnesia infantil con la histeria. Esta ultima, que se haya al servicio de la represión, solo se vuelve explicable por la circunstancia de que el individuo ya posee un acervo de huellas mnémicas que se han sustraído a su asequibilidad consciente y que ahora mediante una ligazón asociativa, arrastran hacia si aquello lo cual actúan , desde la conciencia , las fuerzas repulsaras de la represión. Sin amnesia infantil no habría amnesia histérica

El periodo de latencia sexual de la infancia y sus rupturas: El neonato trae consigo mociones sexuales que después de desarrollarse durante un lapso, sufren una progresiva sofocación, esta puede ser quebrada por oleadas regulares de avance del desarrollo sexual o suspendida por peculiaridades individuales. Casi siempre hacia el tercer o cuarto año de vida el niño expresa su sexualidad de una forma asequible a la observación.

Las inhibiciones sexuales: Durante el periodo de latencia se edifican lo que mas tarde se presentara como inhibiciones en el camino de la pulsión sexual y angostaran su curso a la manera de unos diques (El asco, vergüenza) En el niño parece que estos establecimientos de los diques se da por la educación que sin duda contribuye mucho, pero este desarrollo es orgánico, fijado hereditariamente, y puede producirse sin ninguna ayuda de la educación.

Formación reactiva y sublimación: Las mociones sexuales infantiles que no han cesado ni siquiera en la latencia pero cuya energía es desviada del uso sexual y aplicada a otros fines. Mediante la sublimación ( que es la desviación de las fuerzas pulsionales sexuales de sus metas y su orientación hacia metas nuevas) se adquieren poderosos componentes para todos los logros culturales. Las mociones reactivas se tratan de que en ese momento el niño tiene mociones sexuales las cuales son perversas , partirían de zonas erógenas y se sustentarían en pulsiones que solo provocarían displacer. Por eso aparecen fuerzas contrarias, mociones reactivas ,que construyen la eficaz sofocación del displacer, con los diques psíquicos.

Rupturas del periodo de latencia: De tiempo en tiempo irrumpe un bloque de exteriorización sexual que se ha sustraído a la sublimación, o cierta practica sexual se conserva durante el periodo de latencia hasta el estallido reforzado de la pulsión sexual en la pubertad.

Las exteriorizaciones de la sexualidad infantil:

EL CHUPETEO: consiste en un contacto de succiono n la boca, los labios, repetido rítmicamente que no tiene como fin la nutrición. Una parte de los labio(zona erógena) , la lengua, un lugar de la piel que este al alcance, aunque sea un dedo gordo del pie, son tomados como objeto sobre el cual se ejecuta la acción de mamar. Una pulsión de prensión que emerge al mismo tiempo suele manifestarse mediante un simultaneo tironeo rítmico del lóbulo de la oreja y un apoderamiento de otra persona, con el mismo fin. No es raro que el mamar con fruición se combine con el frotamiento de ciertos lugares sensibles en el cuerpo. Por esta vía muchos niños pasan del chupeteo a la masturbación

Autoerotismo: La pulsión no esta dirigida a otra persona, se satisface en el cuerpo propio. Le resulta más comodo, porque así puede independizarse del mundo exterior que todavía no puede dominar, se procura una segunda zona erógena.

No todos los niños chupetean, solo aquellos que esta constitucionalmente reforzado el valor erógeno de los labios. Si esto persiste, tales niños de adultos serán grandes besadores, bebedores y fumadores. Pero si sobreviene la represión sentirán asco frente a la comida y producirán vómitos histéricos. Siendo la zona labial un campo de acción reciproca, la represión invadirá la pulsión de nutrición.

La meta sexual de la sexualidad infantil

Caracteres de las zonas erógenas: Es un sector de piel o mucosa en el que estimulaciones de cierta clase provocan una sensación placentera de determinada cualdiad. Necesitan del carácter rítmico.

Meta sexual infantil: consiste en producir la satisfacción mediante la estimulación apropiada de la zona erógena que se ha escogido. La necesidad de repetir la satisfacción se trasluce por dos cosas: Un peculiar sentimiento de tensión que posee mas bien el carácter de displacer y una sensación de estimulo o de picazón condicionada centralmente y proyectada a la zona erógena periférica. La meta sexual procuraría sustituir la sensación de estimulo proyecta sobre la zona erógena por que estimulo externo que la cancela al provocar la sensación de la satisfacción

Las exteriorizaciones sexuales masturbatorias

Activación de la zona anal: es apta por su posición para proporcionar un apuntalamiento de la sexualidad en otras funciones corporales. Se trata de retener las heces hasta que la acumulación de estas provoque fuertes contracciones musculares y al pasar por el ano pueden ejercer un poderoso estimulo sobre a mucosa. De esa manera tienen que producirse sensaciones voluptuosas junto a las dolorosas. Solo después de la fase de la infancia, tiene para el lactante todavía otros importantes significados, representa el primer regalo por el cual el puede expresar su obediencia exteriorizándolo y su desafío rehusándolo. Mas tarde cobra el sentido de hijo.

Activación de las zonas genitales: Entre las zonas erógenas del cuerpo infantil se encuentra una que no desempeña nada pero que luego esta destinada a grandes cosas en el futuro. En varones como en niñas se relaciona con la micción(glande, clítoris) y en los primeros esta dentro de un saco de mucosa, de manera que no puede faltarle estimulación por secreción que desde temprano son capaces de encender la excitación sexual. Las activaciones sexuales e esta zona erógena son sin duda el comienzo de la posterior vida sexual normal. La acción que elimina el estimulo y desencadena la satisfacción consiste en un contacto de frotación con la mano o en una prensión , sin duda prefigurada como un reflejo, ejercida por la mano o apretando los músculos. Tres fases de la masturbación infantil : 1 al periodo de latencia, 2 breve florecimiento de la practica sexual hacia el cuarto año de vida, y la 3al onanismo de la pubertad.

La segunda fase de la masturbación infantil: Después del periodo de latencia en algún momento de la niñez ,a los 4 años, la pulsión sexual suele despertar de nuevo esta zona genital y durar un lapso hasta que se una nueva sofocación la detiene o proseguir sin interrupción. Todos los detalles de esta segunda activación sexual infantil dejan tras si las mas profundas inconcientes huellas en la memoria de la persona.

Retorno de la masturbación de la lactancia: La excitación sexual del periodo de latencia retorna en los años de la niñez. Causas internas y externas son decisivas para la reaparición de la actividad sexual. Las externas , se sitúan las influencias de la seducción que trata prematuramente al niño como objeto sexual y en circunstancias que no puedo meno que provocarle fuerte impresiones les enseña a conocer la situación de las zonas genitales. Igualmente resulta evidente que no se requiere de la seducción para despertar la vida sexual del niño y que ese despertar puede producirse también en forma espontanea a partir de causas internas.

Disposición perversa polimorfa: bajo la influencia de la seducción el niño pueda convertirse en un perverso polimorfo, siendo descaminado a practicar todas las transgresiones posibles.

Pulsiones parciales: La pulsión de ver puede emerger en el niño como

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