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Trastorno Negativista Desafiante.


Enviado por   •  27 de Mayo de 2018  •  Documentos de Investigación  •  4.206 Palabras (17 Páginas)  •  217 Visitas

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Teorías y Sistemas de psicología I

PS-1072

 

Profesora:

Alicia Sandoval Poveda

Asistente:

Ana Cruz Acevedo

 

Estudiantes:

 

Fainier Calvo Chavarría, B21260

Kimberly Fonseca Pimentel, B83029

Jovany Guarín Hernández,  B83571

Iveth Madrigal Monge, B84527

Tiffany Mogrovejo Olivas, B84966

María José Mora Molina, B85252

Tiffany Murillo Morales, B85523

 

I ciclo, 2018 

 

Tema: Trastorno Negativista Desafiante en el sistema educativo

     La  presente  investigación parte desde la perspectiva cognitivo-conductual para abordar el trastorno negativista desafiante en el sistema educativo, de modo que se comprenda lo que se realiza en el campo desde dicha  teoría.

     El trabajo estará dividido en apartados con la finalidad de una mayor comprensión del tema en cuestión. Primeramente se realiza un acercamiento a la conceptualización del Trastorno Negativista Desafiante y  sus características, después se abordan las técnicas usadas y el abordaje cognitivo conductual. Finalmente se presentan los resultados a nivel general permitiendo conocer la eficacia de la intervención y de las estrategias utilizadas.

    En primer lugar, es importante definir lo que se comprende por Trastorno Negativista Desafiante (TND), en donde se plantea que este implica un patrón recurrente de conducta negativista, desobediente y hostil dirigida hacia las figuras de autoridad (Rizo, 2014, p.3).

         Según Barkley y Benton, citados en Seña (2017), el  Trastorno Negativista Desafiante refiere a,

Aquel comportamiento en que el niño exhibe resistencia física o verbal para la realización de alguna actividad, lanza cosas o las rompe, interrumpe conversaciones, molesta a los compañeros y puede presentar agresión física contra los padres, profesores u otros adultos. Diferencia a este tipo de conducta de aquella identificada como “no complaciente” o “desobediente”, la cual es una forma pasiva de comportamiento para evitar acatar las órdenes o reglas (p.8).

        Genise (2014) propone que las personas con TND poseen un patrón recurrente de comportamiento negativista, desafiante, desobediente y hostil, dirigido a figuras de autoridad, que persiste por lo menos durante seis meses.

Ahora bien, respecto a las causas del trastorno, las y los autores coinciden en que su desarrollo no responde a un único factor etiológico sino que aparece en el contexto de un modelo en el que intervienen factores de riesgo y factores protectores. Ante ello, se plantea que  a lo largo del desarrollo del niño se van acumulando distintos factores de riesgo que, en ausencia de factores protectores suficientes, conllevan un riesgo muy alto de que aparezcan los trastornos de conducta.

Aunado a ello, Essau citado en Genise (2016) propone que en resumen hay seis categorías de factores familiares que conllevan el TND los cuales son la carga genética, la psicopatología parental, la interacción padre – hijo, la separación, divorcio y peleas maritales, el  orden de nacimiento y tamaño familiar y las desventajas socioeconómicas.

 En esa misma línea Seña (2017) indica que los y las niñas con este trastorno exhiben a los adultos un patrón de  conductas recurrentes negativistas, de argumentación, de oposición y desafío, por tanto la desobediencia, las conductas vengativas y la hostilidad hacia las figuras de autoridad generan problemas en la  funcionalidad social, familiar y académica.

Rizo (2014) manifiesta que la conducta de oposición puede tomar diferentes formas, desde la pasividad extrema (no obedecer sistemáticamente mostrándose pasivo o inactivo) a sus formas más activas, es decir, verbalizaciones negativas, insultos, hostilidad o resistencia física con agresividad hacia las figuras de autoridad, ya sean los propios padres, maestros o educadores.

Por otra parte, Ramírez (2015), plantea que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad  (TDAH) es un trastorno caracterizado por una alta comorbilidad; en donde el término hace referencia a la presencia en la misma persona de dos o más trastornos psicopatológicos diferentes, de modo que para ella el TDAH  está estrechamente vinculado al trastorno negativista desafiante.

En la misma línea se encuentran Beltrán, Benítez, Parada y Reyes (2016), quienes en su trabajo final de graduación hacen referencia a la relación que tiene el TND con el Trastorno de Déficit Atencional con Hiperactividad (TDAH), y a la necesidad que existe de que en el ambiente escolar las y los docentes se puedan capacitar para ampliar su capacidad de percepción y manejar más y mejores herramientas en el uso de las estrategias que faciliten el trabajo con dichos estudiantes.

Ante lo mencionado, Seña (2017) indica  que el TND es un tipo de trastorno por déficit de atención y comportamiento perturbador y que existen muchas circunstancias que pueden producir conductas disruptivas y para Genise (2014), el TND es considerado dentro de la constelación de trastornos de conducta perturbadora.

Por otra parte, es importante abordar sobre las características del trastorno negativista desafiante. Para ello, Genise (2014) plantea que la principal es negarse activamente a cumplir las demandas o normas de los adultos, llevar a cabo deliberadamente actos que molestarán a otras personas, acusar a otros por sus propios errores o problemas de comportamiento, sentirse fácilmente molesto por otros y mostrarse iracundos y resentidos.

Uno de los primeros indicios sobre los que se puede discernir la presencia de TND está en los comportamiento donde prevalecen un constante rechazo y desafío hacia las figuras de autoridad, no solo en el ámbito familiar (progenitores o adultos a cargo) sino también en el escenario educativo con maestros, maestras y personas encargadas de la institución.

Tras lo expuesto, se cae en el pensamiento instantáneo de “la culpa es de los padres” frase que genera por consiguiente de culpabilidad, frustración  y preocupación pues en realidad se está en presencia de un trastorno y se debe comprender y actuar sobre este.

         Es difícil estructurar las más notorias características del TND, en cuanto a su relevancia, en primer lugar se nota que las edades relativas comprenden etapas tempranas de la infancia que normalmente se consolidan alrededor de los ocho años, pero que también se podrían desarrollar o incrementar en la pubertad e inclusive en la vida adulta, por eso es importante tener en cuenta que los niños, en muchos casos, experimentan desde temprana edad problemas y conflictos con otros a lo largo de su ciclo evolutivo.

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