Intervención Cognitivo-conductual De Un Caso De Trastorno Negativista Desafiante En Un Niño
edhd820 de Septiembre de 2014
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Resumen.
Se presenta el estudio de caso de un niño de 11 años de edad con trastorno negativista desafiante. Los síntomas observados son rabietas, episodios injustificables e incontrolables de enojo, discusiones desafiantes con las figuras de autoridad, principalmente hacia la madre; agresiones físicas y verbales que vienen acompañadas de sentimientos de rencor y venganza hacia sus compañeros de clase y hermanos; destrucción de cosas ajenas y quebrantamiento de reglas en el ámbito escolar y familiar.
Se realizó una evaluación mediante historia clínica, entrevistas, registros conductuales ACC (antecedente, conducta y consecuente) y la aplicación de la Child Behavior Checklist (CBCL; Achenbach & Rescorla, 2001). Se seleccionó un tratamiento cognitivo conductual, utilizando técnicas de economía de fichas, relajación progresiva, reestructuración cognitiva, entrenamiento en habilidades sociales, autoinstrucciones y solución de problemas. Los resultados muestran una disminución de conductas disruptivas y agresivas; mejoría en las relaciones personales con la madre y compañeros, cumplimiento de reglas y mejora académica.
Palabras clave: Trastorno Negativista Desafiante, enojo, conducta disruptiva, terapia cognitivo-conductual.
El Trastorno Negativista Desafiante (TND) se encuentra dentro de la categoría de los trastornos externalizados o de la conducta perturbadora. Se define por un patrón recurrente de comportamiento negativista, con rabietas, sentimientos de enojo y resentimiento, que causa un deterioro clínicamente significativo, manifestado por un comportamiento desobediente y hostil dirigido a las figuras de autoridad (padres, maestros, tutores o cuidadores), que debe presentarse de forma continua (APA, 2004).
El TND cuenta con una incidencia que fluctúa entre el 2 y el 16%, variando de acuerdo con la naturaleza de la población estudiada y de los métodos de evaluación (Vásquez, Feria, Palacios y De la Peña, 2010)
La etiología del comportamiento manifiesto en el TND no es única y aislada, se encuentra delimitada por diversas implicaciones, Barkley (1999) propone un modelo de cuatro factores de la conducta negativista que explica la aparición de este patrón perturbador: (1) las prácticas de crianza ejercidas por los cuidadores; (2) características individuales del niño o adolescente que incluyen rasgos temperamentales y de personalidad; (3) características individuales de los padres; y (4) factores contextuales internos y externos cómo vivir con una madre soltera, los problemas maritales, aspectos socioeconómicos y ambiente escolar hostil.
Una de las características de este padecimiento es que tiene repercusión en el medio ambiente y afectan no sólo al sujeto sino a quienes lo rodean, por lo tanto, es importante abordarlos desde una perspectiva dimensional.
La terapia cognitivo-conductual ha aportado técnicas y estrategias que han demostrado ser empíricamente efectivas debido a que proporcionan habilidades al paciente para poder reestructurar conductas, cogniciones y emociones que afecten su desarrollo personal (Olivares, 2005), por lo tanto, el tratamiento tiene un mejor resultado en combinación con la intervención familiar que consiste en el entrenamiento a padres simultáneo con la intervención individualizada, (Hernández-Guzmán, 2010).
DESCRIPCIÓN DEL CASO.
Identificación del Paciente.
El paciente AAP es un niño de 11 años de edad que cursa el 6° grado de educación primaria en una institución pública. Es miembro de una familia funcional con carencias de comunicación y agresión verbal por parte de la madre y consentimientos por parte del padre, tiene un estatus socioeconómico medio alto y es el mayor de tres hermanos. Presenta conductas negativistas desafiantes y disruptivas en el ámbito escolar y familiar, no controla su enojo y presenta sentimientos de rencor y venganza, además de que dice no querer a su madre.
Motivo de consulta.
La madre lo trae al servicio de atención psicológica en la Clínica Multidisciplinaria de la UNAM FES ZARAGOZA debido a que mostraba conductas de irritabilidad y enojo injustificables, incurre a las rabietas y suele ser vengativo con las personas (compañeros, hermanos, mamá) que lo regañan o hacen alguna cosa que a él no le parece correcta. Desafía la autoridad de su madre y de su profesora, no obedece y discute a menudo por todo, además de que trabaja en la escuela cuando quiere, no cumple con sus tareas y eso lo ocasiona un bajo rendimiento académico.
Historia del problema.
AAP es un niño que no tuvo ninguna complicación prenatal, perinatal y posnatal, sin embargo, desde que nació fue un niño que no se podía dormir por periodos largos, a su madre se le dificultaba que estuviera tranquilo, ya que cualquier ruido lo despertaba y comenzaba a llorar, por lo que en ocasiones, frustraba a su madre y lo dejaba llorando.
Cuando fue creciendo se mostraba enojado y no convivía con cualquier niño de su escuela, además de que no expresa sus sentimientos, casi no sonríe. Siempre le ha gustado la obscuridad, las cosas y lugares silenciosos, y el frío.
La profesora menciona que es un niño inteligente (cuestión constatada durante su intervención) pero que no trabaja, no cumple con sus tareas y se pelea muy seguido a golpes con sus compañeros.
La madre menciona que AAP se molestó mucho cuando nació su hermana, pues quería que fuera varón y al ver que fue niña, padeció una crisis de enojo y rencor hacía su madre, por no haberle dado un hermano.
AAP reporta que no quiere a su madre, porque es muy enojona y lo reprende a gritos y groserías, además de que cuando tenía 6 años, su mamá, quien no le gustan los animales, le quitó su perro para dárselo a una amiga que posteriormente lo mataría, lo cual le causó mucho dolor y rencor dado que su madre le mintió y él tuvo que enterarse tras escucharla hablar por teléfono.
Mantiene una relación excelente con su padre, quien lo consciente demasiado y pelea muy a menudo con sus hermanos, en especial con su hermana, a quien suele insultar y hacer llorar con verbalizaciones atemorizantes.
Evaluación y Diagnóstico.
Se utilizó historia clínica, entrevistas y registros observacionales y registros conductuales ACC, éstos últimos sirvieron para sentar el pretest y para evaluar de manera continua toda la intervención. Se aplicó la Child Behavior Checklist (CBCL) donde puntuó en rango clínico en la subescala de retraído/depresivo, conducta disruptiva/quebrantamiento de reglas y conducta agresiva; se omitió algún indicador relevante de la línea de retraimiento depresivo,
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