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1ª Carta de Pedro Esquema de Lectura y reflexión personal


Enviado por   •  20 de Abril de 2016  •  Síntesis  •  2.509 Palabras (11 Páginas)  •  883 Visitas

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PRIMERA CARTA DE PEDRO

Esquema de Lectura y reflexión personal

A.- 1. Comprobar la estructura de la carta según los textos cristológicos: 1Pe 2,21-25; 3,18-22 ambos son un ejemplo de lo que es “el primitivo credo cristiano”. Atención a subrayar los rasgos que lo harían más claro en el contexto bautismal.

El núcleo doctrinal de la carta descansa sobre dos textos cristológicos (1 Pe 2, 21-25 y 3, 18-22) que constituyen una especie de primitivo credo cristiano. Desde esta profesión de fe se entiende perfectamente por qué el creyente: debe esperar confiado la salvación (1 Pe 1, 3-12; 3, 5-15; 5, 10-11); debe llevar una vida santa en cualquier situación o estado social (1 Pe 1, 13-16; 2, 11-12; 3, 1-12); no debe acobardarse ante el sufrimiento o las dificultades de cualquier tipo (1 Pe 3, 13-17; 4, 12-19).  El dato significativo de que el tema de la pasión de Cristo aparezca en las principales secciones de la carta, sugiere que precisamente ese tema puede constituir su clave doctrinal. El autor insiste en que la pasión de Cristo no desemboca en la muerte como última palabra, sino en la vida (1 Pe 3, 18) y es por tanto fuente de una esperanza segura, gozosa, activa, conquistadora, inmensa y trascendente. Esto está relacionado con el bautismo cristiano en el sentido de que es un renacer a la nueva vida dada por Cristo mediante su pasión y muerte.

2. Esperanza de la salvación 1,3-12 el tema es la herencia incorruptible y el renacer a una esperanza viva, que requiere la autenticidad de la fe.

La carta comienza con una alabanza a Dios, en la forma clásica de la “bendición judía, que reengendró a los destinatarios  (bautismo) a una esperanza viva que no puede ser turbada por sufrimiento alguno. Esta nueva vida obsequiada por Dios tiene su fundamento en la resurrección de Jesús de entre los muertos (1,3) y conlleva una herencia incorruptible (1,4-5) (salvación final). Por eso, a pesar de los sufrimientos presentes, deben alegrarse (1,6-9). La salvación anunciada aparece como culminación de una larga historia revelada y anunciada por los profetas (1,10-12).

La salvación provoca actitudes positivas en el creyente: seguridad, gozo, confianza, amor y maravilla. Esta sección es básica para toda la carta. El pasaje introduce los conceptos del pueblo elegido por Dios, la maravilla de la salvación, la esperanza segura y la dinámica de las pruebas en la vida del creyente. Se divide en tres secciones. En 1:3-5, Pedro adora a Dios porque el renacimiento en la familia de Dios trae una esperanza segura. Los versículos 6-9 muestran que esta seguridad trae gozo y amor al Señor aún en medio de las pruebas. 1:10-12 es un apéndice que ensalza la maravilla del Salvador tan especial que aún los profetas y ángeles deseaban entender lo que iba a pasar.

Desde la experiencia del bautismo brota este himno de alabanza, que canta la fe cristiana ante la acción de Dios en Cristo para la salvación del hombre. Se menciona la resurrección de Cristo como causa y origen del nuevo nacimiento, esta regeneración crea la esperanza en la vida eterna; esta esperanza procura la alegría en medio de las dificultades y persecuciones. Las tribulaciones son un medio de purificación; el amor y la fe en Cristo; el hallarse insertos en la historia de la salvación, iniciada ya en el AT y consumada en Cristo bajo la acción del Espíritu.

3. En 3, 1-12-17 aplicado a la vida familiar y en 5, 1-11 a la vida comunitaria.

La exhortación dirigida a los cónyuges tiene como punto de partida la mentalidad antigua, según la cual la mujer era “propiedad” de su marido. Esto llevaba frecuentemente al marido a ejercer una especie de tiranía doméstica. El autor, en contrapartida, habla de las obligaciones del esposo para con ella (algo impensable) y destaca la dignidad de la mujer ante Dios. El código doméstico se termina con una exhortación general, en la que se exhorta sobre todo a las virtudes que han de reinar en el interior de la comunidad, aunque sin olvidar la relación de esta con el mundo hostil del exterior, un problema que nuestro autor llevaba muy en el corazón.

En 5,1-11 hay una exhortación a presbíteros, jóvenes y fieles en general. La primera recomendación es la de apacentar como pastores. Desde el AT el pastor se aplica con frecuencia a Yahvé, desarrollando todos los detalles de la vida pastoril, “va delante”. Si a esto añadimos las expresiones frecuentes de Cristo (Mt 9,36): “Y al ver a la gente, se compadecía de ella, porque estaban cansados y decaídos como ovejas sin pastor”, (Lc 15,4-7), (Jn 10); podemos hacernos idea de todo el complejo de cuidados y preocupaciones que San Pedro exige de los presbíteros, apartados de todo mero legalismo.

Preocupación por los jóvenes, que siempre han sido inclinados a la independencia, y por tanto más necesitada de consejo. A todos se les exhorta a revestirse de humildad.

B. 1. Pero la vida de la fe y su objetivo que es la salvación, exigen una vida Santa (cf. 1,13-25: obediencia a la verdad y renuncia a cualquier tipo de ídolo.

Esta esperanza de una salvación cierta otorgada en la resurrección de Jesús tiene consecuencias para la vida humana, implica una respuesta. Pero la respuesta no está presentada simplemente como “exigencia a cumplir” sino también como reconocimiento del don de salvación en el marco del propio pasado, caracterizado por la ignorancia y la realidad de una “vida vacía”. La santidad de Dios aparece declarada en toda la Biblia, es inalterable; Él no es afectado por normas morales cambiantes. La meta es que vivamos de forma santa: "Sed santos, porque yo soy santo". La búsqueda del éxito, la riqueza, el elogio público son metas equivocadas.

Las metas basadas en ganancias terrenales nos desilusionarán, vivir de forma santa nos trae recompensas eternas y nos identifica como hijos de Dios.

Pedro nos invita a que veamos a Jesús como un ejemplo de vida santa ya que Jesús sufrió y no pagó amenazando, fue maldecido y no respondió de la misma manera, estamos llamados a seguir sus pasos. La gracia llena el vacío, enfocarse en la santidad de Dios produce convicción de pecado. Nosotros no podemos llenar el vacío entre los pecadores y Dios, no se trata de hacer esfuerzos humanos, sólo la Gracia puede hacerlo. La vida santa es el resultado de la presencia del Espíritu Santo en nosotros.

2. Las virtudes requeridas al renacido por el bautismo y la palabra,  dejar a un lado la malicia y la hipocresía 2,1-3 y positivamente en el servicio a Dios y el testimonio ante los hombres (= sacerdocio de todo cristiano) sobre la base firme de Jesucristo, “piedra viva”, sobre la         que se edifica el “sacerdocio consagrado”. ¿Qué rasgos propone del sacerdocio común?

Para Pedro el sacerdocio común es propio de todos los bautizados e incorporados a Cristo. Estos versículos son una exhortación al crecimiento en lo recibido tras el bautismo, tener ansia de la Palabra de Dios. Los niños quieren crecer y ser como sus padres o hermanos mayores. Cuando nacemos de nuevo somos niños espirituales que necesitan el alimento idóneo para crecer y que metafóricamente queda representado por la leche en el versículo 2. Cuando vemos la necesidad en la Palabra empezamos a sentirnos nutridos en Cristo,  aumentamos nuestro apetito espiritual y empezamos a madurar. Así, el cristiano debe desear fervientemente alimentarse de la Palabra de Dios para crecer en la salvación porque ya ha comprobado lo bueno que es el señor.

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