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40 preguntas y objeciones difíciles con sus respuestas

FABIANC4 de Agosto de 2011

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40 Preguntas y Objeciones Difíciles con Sus Respuestas

“Al contrario, santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” (1 Pedro 3:15).

Responder preguntas y objeciones acerca del cristianismo puede tomar gran parte de su vida cristiana. La mayor parte de las preguntas pueden responderse fácilmente. Sin embargo, también las hay muy difíciles. Si usted no está preparado, podría perder una preciosa oportunidad de testimoniar. Es por esta causa que conviene pensar de antemano, estudiar los asuntos difíciles, y tratar de enfrentarlos por adelantado.

Con las respuestas que más abajo se proveen a algunas difíciles preguntas acerca del cristianismo y objeciones a la fe cristiana, usted podrá sentirse más confiado al dar testimonio. Si usted posee información (como la que se provee en este cuaderno) puede emplearla, combinarla de modos diferentes y, con un poco de práctica, sentirse suficientemente seguro para responder cualquier objeción que le salga al paso. Encontrará que cuanto más sepa, más lo empleará el Espíritu Santo, y le enseñará nuevas cosas además de las que ya haya aprendido.

He hecho una lista de cuarenta preguntas y objeciones, y luego dado respuestas posibles ordenadas “A”, “B”, “C”, etc. Recuerde que no son “las “respuestas correctas, sino simplemente respuestas posibles que le ayudarán a comenzar. Quizá sus propias respuestas sean mejores.

Cuando deba contestar a una pregunta de un incrédulo, tómese un instante para orar y permita que el Espíritu Santo obre en su corazón, confiando en El para que le otorgue la sabiduría cuando la necesite. Se sorprenderá de cuán bien y cuán frecuentemente El hará esto.

¡Confíe en Dios y adelante!

1. Yo no soy un pecador

1. ¿Estás diciendo que tú eres perfecto? Si lo eres, entonces eres la primera persona perfecta que tengo el gusto de conocer.

2. ¿Estás diciendo que jamás has quebrantado la Ley de Dios? ¿Nunca has mentido, engañado o hurtado? Si alguna vez, siquiera una, lo has hecho, entonces tú eres un pecador sea que lo reconozcas o no. Las leyes de Dios implican castigos; una ley sin consecuencias punitivas no es más que un lema. Como pecador, estás separado de Dios (Isaías 59:2). Sin embargo, Dios te ama lo suficiente como para no desear que tú permanezcas separado de Él. Por eso envió a Jesús (1 Juan 4:10) para pagar por los pecados en la cruz. Por tanto, el único camino de que tus pecados te sean perdonados es que confíes en Jesús y en el sacrificio que El realizó.

3. La Biblia dice que todos han pecado (Romanos 5:12). Esto te incluye a ti también.

2. ¿Qué es el pecado?

1. El pecado consiste en hacer lo que está mal, tanto como no hacer lo que está bien. Es quebrantar la Ley de Dios (1 Juan 3:4). En otras palabras, consiste en hacer lo contrario a la voluntad de Dios. Si Él dice, “No mientas” y tú mientes, entonces has pecado. Si Él dice, “No robes” y tú robas, has pecado. Y, según Dios, el pecado te separa de El (Isaías 59:2). Vea “pecado” en la página 69 y Ley y Evangelio, a partir de la página 29.

2. El pecado es una ofensa al carácter de Dios. Porque Dios no puede mentir, está mal que tú mientas. Porque Dios no puede robar, está mal que tú robes. Lo correcto y lo incorrecto son pues manifestaciones del carácter de Dios. Dios es santo; no puede pecar. El pecado le ofende personalmente porque son Sus leyes las que estás quebrantando. Si lo has ofendido, debes hallar un modo de “desofenderlo”. El problema es que no puedes. Sin embargo, El sí puede y lo ha hecho, ofreciendo a Su Hijo, Jesucristo, en la cruz como un sacrificio por el pecado.

3. Soy demasiado pecador

1. Nadie es demasiado pecador. El amor de Dios y el sacrificio de Jesús es capaz de limpiar el peor de todos los pecados. Aún Hitler podría haberse salvado si se hubiese entregado a Cristo. Tú has pecado, como todos los demás. Es simplemente que tus pecados te pertenecen a ti. No son tan grandes que Dios no los pueda quitar. El pecado no tiene poder alguno sobre Dios, sólo lo tiene sobre ti.

2. Permíteme preguntarte algo. ¿Piensas que el asesinato y el adulterio son pecados serios? ¿Sí? Bien, David, un personaje bíblico a quien Dios llamó “un hombre según Su propio corazón” (Hechos 13:22), fue asesino y adúltero. Él quiso incluso esconder de todos su pecado. Pero Dios conocía sus pecados y los expuso. David se arrepintió y se arrojó a la misericordia del Señor. Dios le perdonó y lo amó. Dios te ama y te perdonará si pones tu confianza en Jesús y le pides que te perdone de todos tus pecados (Romanos 10:9-10).

4. ¿Qué es la salvación?

1. La salvación es el perdón de los pecados. Sólo se logra a través de la fe en Jesús como Salvador. El murió en la cruz por los pecados, Si deseas la salvación, necesitas confiar en lo que Jesús hizo en la cruz. Sólo entonces puedes tener vida eterna y estar con Dios (vea también Salvación en la página 68).

2. La salvación es rescatar a una persona de la condenación. La condenación es el juicio sobre el pecador. Este juicio consiste en que Dios condena al pecador a un castigo eterno en el infierno. Este es el destino de cuantos rechazan la provisión de Dios para el perdón de los pecados. Si deseas la salvación, entonces necesitas reconocer que eres un pecador y pedirle a Jesús que te perdone. Él lo hará.

5. ¿Qué debo hacer para salvarme?

1. La salvación es un regalo gratuito de Dios (Romanos 6:23). Jesús cargó con el pecado en Su cuerpo (1 Pedro 2:24) y pagó la pena por quebrantar la Ley de Dios, pena que consiste en la muerte espiritual (separación eterna de Dios). Si deseas la salvación, debes admitir que eres un pecador y que deseas que Jesús te perdone tus pecados. Debes reconocer que no hay nada que puedas hacer para merecer el perdón. Ora y pídele a El que te perdone. Necesitas confiar en Jesús. Búscalo, Él te salvará.

2. El arrepentimiento es parte de la salvación. Una vez salvo, debes dejar de hacer aquellas cosas que disgustan a Dios. El vivirá en ti y te dará la capacidad y el deseo de resistir al pecado (1 Corintios 10:13). Cuando seas salvo, espera cambios para bien.

6. ¿Es el bautismo necesario para la salvación?

1. Vea la sección que trata de esto a partir de la página 159.

2. No. La fe en Jesús es suficiente para la salvación. No hay nada que tengas que hacer. Cristo ya lo ha hecho todo. Sin embargo, el bautismo es muy importante y todo creyente debe bautizarse. Si rehusases bautizarte luego de recibir la salvación, yo pondría en duda tu conversión.

3. Hay denominaciones cristianas que creen que el bautismo es necesario para la salvación. Los argumentos que emplean parecen superficialmente convincentes, pero cuando se los examina con cuidado, se halla que el bautismo ocurre después de la conversión y no es en modo alguno parte de ella. Toma, por ejemplo, Hechos 10:44-48. Mientras Pedro estaba dando testimonio, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban el mensaje… y se los oyó hablar en lenguas y exaltar a Dios. “Entonces respondió Pedro: – ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo lo mismo que nosotros?” (Hechos 10: 47)

1. Este pasaje demuestra que el bautismo ocurre después de la salvación. ¿Cómo sabemos que ellos ya eran salvos? Estaban hablando en lenguas, lo cual es un don de Dios para los creyentes (1 Corintios 14) y estaban exaltando a Dios. Los incrédulos no exaltan a Dios. Además, Pedro dijo que habían recibido el Espíritu Santo. Esto es sólo para cristianos (Romanos 8:9), y ocurrió antes del bautismo.

2. Otro texto aplicable a este asunto es 1 Corintios 1: 17. Pablo dice, “No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio…” El Evangelio es lo que salva, y éste se explica en 1 Corintios 15:1-4. El bautismo no es parte del Evangelio; es algo que el creyente hace después de recibir la salvación.

4. El bautismo es solamente un símbolo de aquello que salva; el símbolo mismo no es lo que salva.

7. Ya soy suficientemente bueno

1. ¿Cuán bueno debes ser para llegar al cielo? Dios es santo y exige santidad. La santidad es pureza. Aunque pienses que eres suficientemente bueno, basta un solo pecado para descalificarte para estar en la presencia de Dios. Nunca podrías ser lo suficientemente bueno. Es por eso que necesitas a Jesús.

2. La Biblia dice que nadie es lo suficientemente bueno. “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Romanos 3:12). La bondad se mide con las normas de Dios, no con las tuyas.

3. Si dices que eres suficientemente bueno, esto implica que la muerte de Jesús fue innecesaria. Pero El murió para salvar a los pecadores. La Biblia afirma que si la justicia pudiese venir por las buenas obras, entonces no habría sido necesario que Cristo muriese (Gálatas 3:21); pero Él lo hizo, de modo que ser bueno no basta.

8. Hago lo mejor que puedo y soy sincero

1. Aunque pudieras hacer mucho más y mejor de lo que haces ahora, aún no bastaría porque no complaces a Dios por ser bueno (Gálatas 2:21) sino por aceptar a Jesús (1 Juan 1:12).

2. La sinceridad no te abre el camino al cielo. ¿Qué ocurre si estás sinceramente equivocado? (¿Recuerdas Juan 14:6?).

3. Si estás descansando en tu sinceridad, de hecho estás diciendo que porque eres sincero eres suficientemente bueno por ti mismo

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