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¿ANDA USTED CON DIOS?

yeimi548Ensayo25 de Octubre de 2016

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¿ANDA USTED CON DIOS?[pic 1]

INTRODUCCIÓN 

Los alpinistas profesionales que quieren llegar a las cumbres más altas del mundo, reconocen que no pueden lograrlo solos, y es que a esas alturas, a las que vuela un avión, el cuerpo humano no está preparado para sobrevivir. Por eso, los alpinistas aunque son unos atletas con mucha experiencia y entrenamiento necesitan contratar los servicios de unos guías también llamados sherpas. Los sherpas son una comunidad que han vivido en las faldas de la montaña, y no hay personas que conozcan mejor los caminos,  y que estén mejor adaptadas al clima y a la altura que ellos. ¿Por qué son tan importantes estos guías? Ellos eligen la ruta más segura para llegar a la cima, se encargan de colocar cuerdas de seguridad, cargan el pesado equipo durante el trayecto. En resumen por más experiencia que tenga el escalador, necesita confiar en su guía, ya que si no lo hace difícilmente podrá llegar a la cima y además podría costarle la vida. ¿Pero porque estamos hablando de esto? No vinimos a hablar de montañas hoy, pero este ejemplo nos ayuda a ilustrar que cada uno de nosotros necesitamos a Jehová como guía principal en nuestro camino. La Biblia suele asemejar la vida a un viaje o un camino, y como cristianos, el camino que tenemos que recorrer hacia el nuevo mundo es un camino que exige mucho esfuerzo, como si fuéramos a escalar esa montaña. ¿Tenemos que caminar solos en ese camino? No. La Biblia dice que Jehová nos permite andar con él, que en todo momento está preocupado por nuestra seguridad espiritual: (Isaías 41:13)

Noto como Jehová está dispuesto a darle su mano, es decir darle su apoyo y amistad siempre y cuando usted quiera caminar con él. De seguro, ninguno de nosotros va a rechazar su ayuda, nadie de nosotros quiere sufrir algún accidente en sentido espiritual.

ANDAR CON DIOS ES UN PRIVILEGIO ÚNICO.

Es obvio que no podemos caminar literalmente de la mano de Jehová, pero sí en sentido figurado. En la Biblia, “andar” suele referirse a “seguir un cierto proceder en la vida”. De acuerdo con esto, andar con Dios significa vivir como él manda y hacer lo que le agrada. Si hace eso notará que usted se comportara de manera diferente de la mayoría de las personas, pero siendo realistas es la única opción válida que tenemos como cristianos. Por eso piense ¿Dejamos que Jehová nos diga cual camino tomar mediante la Biblia o tomamos el camino que según nosotros podría ser el mejor? Ilustrémonos de la siguiente manera: Imagine que usted va manejando en carretera y llega a pueblo que no conoce y tiene una desviación. Lo mejor sería parar un momento para pedirle indicaciones a alguien. ¿Qué pasa si usted no pregunta? Bueno podría perderse, molestarse y hacerlos perder mucho tiempo.

Lo mismo ocurre cuando tenemos que tomar una decisión importante, como buscar un empleo, buscar un esposo o una esposa, o cuando tenemos que decidir que nos vamos a poner para venir a la reunión o para ir de paseo.

¿Le pide las indicaciones a Jehová? O usted dice yo por aquí me voy. (4.43 min.)

Lamentablemente la mayoría de las personas han seguido un camino contrario a la voluntad de Dios, no lo quieren como su guía principal en su vida, y LOS RESULTADOS han sido desastrosos. La humanidad se encuentra en un estado lamentable, en un estado pésimo. Por todos lados encontrará violencia y la maldad es cada vez mayor. Es cierto que las características de los últimos días que encontramos en 2 Timoteo 3:1-5 llevan casi un siglo viéndose, pero ahora han llegado a todos los rincones del planeta y son cada vez más notorias. ¿Se da cuenta usted de eso? En la actualidad, escalofriantes noticias se han vuelto el pan de cada día. Un estudiante de 15 años dispara contra sus compañeros de clase y deja 2 muertos y 13 heridos. Unos adolescentes borrachos asesinan a una niña de nueve años y golpean al padre y al primo. O la más reciente Atentados terroristas más desastrosos  en París que dejaron 130M y 400H...

Por cualquier medio de comunicación, TV, Periodicos o Internet existe una avalancha de malas noticias todos los días. ¿Puede cualquier persona sensata negar que el mundo esté mucho peor?

El rumbo que lleva este mundo lo podemos comparar al de un barco que avanza hacia aguas cada vez más turbulentas, agitadas y peligrosas. Aunque nadie de sus tripulantes quiere navegar en esa dirección, todos los intentos que hacen por cambiar de dirección fallan. El barco está a la deriva y se encamina, inevitablemente, hacia una tempestad.

En estos tiempos tan difíciles en los que la mayoría de las personas no se interesan en servir a Jehová, ¿de verdad será posible llevar una vida cristiana? Hallaremos la respuesta examinando la vida de 3 hombres de la antigüedad que anduvieron con Dios y veamos cómo nos beneficia. (7.10 min.)

Veamos el primero, ¿se ha puesto a pensar por qué estamos vivos? Es gracias a un hombre fiel que anduvo con Dios hace mucho tiempo. (Gé 6:9) ¿Cómo demostró Noé andar con Dios? Noé era diferente a los demás.

Las personas de aquel mundo violento no hacían caso de la maldad y el sufrimiento que las rodeaba, ellos disfrutaban de la vida. Se casaban, comían y bebían, compraban y vendían, pero no se interesaban en Dios. Había violencia en todas partes, se agredía a personas inocentes. Jehová se sintió herido, ofendido al ver que los hombres eran malvados. ¿Qué decidió hacer al respecto? Él dijo: "Voy a borrar a la humanidad de sobre la faz de la tierra". (Gé 6:7) después de haber dicho esto:

Jehová dio instrucciones específicas a Noé y a su familia para que construyeran un arca que les salvaría la vida. ¿Cómo sería? Como una enorme caja rectangular, larga y estrecha y con el fondo plano. ¿Puede imaginar lo grande que sería? Mediría más de ciento veinte metros de largo (mucho más larga que un campo de fútbol), unos veinte metros de ancho, y tendría la altura de una casa de cuatro pisos.

Lo interesante es que Noé y su familia, eran solo ocho personas que construyeron una nave enorme, ellos nunca habían hecho algo parecido, pero se concentraron en cumplir las tareas que Dios les dió (Gé 6:22)

Además de construir el arca, tenían que efectuar una obra más importante: tenían que advertir a todos que venía un diluvio. En la Biblia se refiere a Noé como un predicador de justicia.[pic 2]

¿Puede imaginar cómo respondieron aquellas personas a la predicación? Probablemente dijeron: ¿Por qué están construyendo un arca? Están perdiendo el tiempo. El mundo no se va a acabar" y continuaron con su rutina diaria. ¿Le parece familiar esta situación? Pero Noé escuchó a Dios, no a la gente y aunque tardaron mucho tiempo en construir el arca cerca de 40 años, fueron obedientes, predicaron y gracias a eso se mantuvieron vivos. (10:30 min.)

Dos años después de la muerte de Noé, nació Abrahán. Otro hombre que anduvo con Dios.

Después del diluvio, la única religión que existía en el mundo era la verdadera. Pero solo unos años más tarde, ya eran pocos los que seguían sirviendo a Jehová. En todas partes, la gente adoraba a dioses paganos. Incluso el padre de Abrahán, Taré, participa en aquella idolatría, quizá fabricando ídolos.

¿Cómo demostró Abrahán andar con Dios? Abrahán grabó en su corazón la lección que Jehová enseñó con el Diluvio y se esforzó hacer su voluntad. Por eso, rechazó de plano la idolatría y al igual que Noé fue diferente de quienes lo rodeaban, aunque incluso fueran miembros de su propia familia. En otras palabras estuvo dispuesto a ir contra la corriente.

¿Cómo pudo lograrlo? (Heb 11:8) Lo logro gracias a que Abrahán anduvo por fe, no por vista. Como leímos, él recibió instrucciones, así que obedeció y confió en Jehová.

Piense en que Abrahán tuvo que hacer un sacrificio muy grande. Tenía que irse de su tierra natal, una decisión nada fácil. Hay pruebas históricas de que Ur la ciudad donde nació, era una ciudad próspera y llena de vida. Las excavaciones modernas revelan que las familias de aquella ciudad vivían en casas grandes y con sirvientes. Algunas casas tenían 12 o más habitaciones. Tenían sistema de agua, cuartos de baño y sistema de drenaje. Y ahora vivirían en tiendas en el desierto. Además, Abrahán y Sara ya no eran precisamente jóvenes: él rondaría los 70 años, y ella los 60. Seguro que Abrahán, como todo buen esposo, se preocupaba por el bienestar de Sara. ¿Podría cuidar bien de ella allá adonde iban? ¡Cuántas conversaciones habrán tenido sobre sus inquietudes y temores! Por eso, no es difícil imaginar lo contento que debió sentirse Abrahán cuando Sara le aseguró que aceptaba irse. Al igual que él, estaba dispuesta a dejar atrás su cómodo hogar.

Abrahán nunca miró a las cosas que había dejado atrás, las comodidades que había disfrutado en Ur. Más bien, se concentró en lo que tenía por delante. El esperaba algo más grande, ¿Qué era? Hebreos 11:10 dice que “esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios”.[pic 3]

A diferencia de Abrahán, hoy día, los siervos de Jehová tenemos mucha más información sobre esta ciudad simbólica, es decir, el Reino de Dios. Por ejemplo, sabemos que ese Reino ya está gobernando en el cielo y que pronto pondrá fin a este mundo malvado. También sabemos que el rey de ese Reino es Jesucristo, la Descendencia que se le había prometido a Abrahán hacía tanto tiempo. ¡Qué maravilloso será ver cuando este fiel patriarca resucite y al fin comprenda todos los detalles del propósito divino y su cumplimiento! (14:54 min.)

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