APORTES Y REFLEXIÓN ACERCA DEL SUMO BIEN.

Lic. Ángel Salvador Segovia Guevara.

Ética. Grupo 2

Génesis Aminta Salamanca Funes. CIF: 2016010255.

APORTES Y REFLEXIÓN ACERCA DEL SUMO BIEN.

Summum bonum, "el sumo bien" o "el bien supremo" es una expresión utilizada en la filosofía medieval para describir la importancia definitiva, el fin último y lo más singular que los seres humanos deben seguir. El "sumo bien" es generalmente considerado como un fin en sí mismo, a la vez que contiene todos los demás bienes. En la filosofía cristiana, el bien supremo define generalmente la vida que llevan en la comunión con Dios y de acuerdo con sus preceptos.

La experiencia enseña muy pronto que todos los deseos no pueden ser satisfechos, que están en conflicto, y que ciertos bienes deben ser sacrificados con el fin de asegurar los demás. De ahí la necesidad de sopesar el valor relativo de los bienes, de clasificarlos y de determinar cuáles de ellos debe ser adquirida a cambio de los demás. El resultado es la división de bienes en dos grandes clases, la moral, la felicidad y la física y la virtud. Dentro de cualquier clase es relativamente fácil determinar la relación de determinados cosas buenas el uno al otro, pero ha demostrado ser mucho más difícil de arreglar la excelencia relativa de las dos clases de virtud y la felicidad y la virtud.

REFLEXIÓN

Cuando hablamos del “sumo bien” o “supremo bien” se habla de búsqueda de las buenas acciones. El “sumo bien” o “supremo bien” se alcanza mediante la virtud o buenas acciones, lo que quiere decir que radica en la buena conducta.

Podemos definir la virtud como: “Conducta del ser humano que produce o genera acciones prudentes o acciones positivas que generan un bien común”. Como por ejemplo: la práctica de los buenos valores.

Desde mi punto de vista, el “sumo bien” o “supremo bien” va ligado a como lo mencionaba anteriormente a la práctica de los buenos valores, y con buenos valores me quiero referir a la relatividad de ellos.

El “sumo bien” o “supremo bien” es por ejemplo: respetar los mandamientos, respetarlos no por el hecho que si no se cumple uno tendrá una consecuencia sino por el hecho de que uno sabe que está mal y que no hay que infringirlo.

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