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Alvaro Obregon


Enviado por   •  1 de Octubre de 2013  •  645 Palabras (3 Páginas)  •  496 Visitas

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La industria editorial mexicana tenía una vida muy precaria en los años que corrían parejos con la Revolución Mexicana, las bibliotecas eran pocas y la mayoría funcionaban como bodegas o depósitos de libros que como lugares de lectura. Las largas temporadas que pasó Vasconcelos exiliado de los Estado Unidos le hicieron ver la importancia de que un país cuente con centros de lectura. Para él resultaba de mayor interés la biblioteca practica donde hubiese libros de información y aprendizaje, que colecciones incunables y libros raros.

Es muy significativo que durante el primer año de su gestión como rector, todavía antes de la creación de la Secretaría, se hayan echado a andar 198 bibliotecas, divididas en 64 municipales, 80 obreras y 54 escolares.

Vasconcelos creó dos bibliotecas importantes: la Iberoamericana, especializada en obras relativas a la cultura, historia y realidad latinoamericana, alojada a un costado de la Secretaría, y la Biblioteca Cervantes, dedicada a la literatura y que se albergó en un edificio nuevo, en la colonia Guerrero.

Más la lectura no sólo se realiza en establecimientos públicos. La utopía de un hombre culto, de un buen lector, es que en todas las casas de los ciudadanos hubiese libros y particularmente, aquellos cuyo mensaje y contenido fueran universales. José Vasconcelos, como ya se dijo, era un gran lector desde su infancia.

El plan vasconcelista de ediciones era publicar cien obras fundamentales de la cultura universal, y al mismo tiempo, libros de índole técnica que sirviesen de auxiliares docentes y elementos de aprendizaje.

Se procedió por lo mismo editar los clásicos literatura universal, antiguos y modernos, además de obras auxiliares didácticas; libros fundamentales en ediciones de gran tiraje, para que llegasen a todos lados y sirviesen de basamento espiritual en la formación de la nueva cultura mexicana.

Cada libro tenía un estudio introductorio, tomado ya de algún texto de la literatura o de filosofía y, en ocasiones, un glosario de términos de comprensión difícil.

Años más tarde, Vasconcelos seguía sintiéndose orgulloso de esta parte de su tarea, acaso la más perdurable.

La labor de la editorial se completó con otros elementos básicos: la edición de la revista El Maestro. Además de esta excelente revista, resumen del saber contemporáneo, con la participación de Gabriela Mistral, la Secretaría de Educación publicó una antología llamada Lecturas clásicas para mujeres. Esta obra es de interés permanente. La obra está bellamente ilustrada por Roberto Montenegro y Enrique Fernández Ledesma. Contribuyeron a su elaboración, Gabriela Mistral, Palma Guillén, y algunos miembros del grupo de los contemporáneos, como sería conocido hasta 1928 el integrado Xavier Villanueva, Salvador Novo, José Gorostiza y Jaime Torres Bodet, entre otros, y que trabajaban entonces

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