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COMO PODEMMOS SER LIBRES DEL EGOISMO


Enviado por   •  17 de Mayo de 2013  •  3.099 Palabras (13 Páginas)  •  332 Visitas

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¿Cómo podemos ser libres del egoismo?

por Bernard Lopez Davis en > Preguntas y respuestas (14.2)

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I. Introducción

A. El egoísmo es la esencia del mal y es la mayor expresión de rebeldía contra Dios. Es una idea (mentira) que nos hace creer que tenemos derecho a hacer lo que se nos ocurra, aunque le causemos daños a otras personas o a nosotros mismos. El egoísmo es ese sentido de: “Tengo derecho a…”; o “me lo merezco”. Dios nos advierte acerca de nuestro egoísmo: (Exodo 20: 17).

1) Cuando usted y yo somos controlados por el egoísmo, aparecen en la pantalla de nuestra mente los siguientes pensamientos: “Yo merezco el rolex (reloj) de Mario”; “yo merezco la mujer que tiene mi vecino”; “yo puedo insultar a todo el mundo”; “yo merezco ser reconocido como los demás”; “yo puedo levantar falsos testimonios para desprestigiar a otros”; “yo debo controlar y poseer todo”. “Dios debe funcionar como yo quiera”.

2) “Yo puedo interpretar la Biblia a mi manera”; “yo puedo vivir la vida cristiana como a mí me dé la gana”;”yo puedo maltratar a mi esposa y a mis hijos”; “yo merezco ser el pastor o anciano de la congregación”; “yo merezco ese ministerio o liderazgo cristiano”; “total soy más espiritual que todos”; “yo merezco que me tomen en cuenta, así como él lo hace con Bernard”; “yo no perdono el adulterio de mi esposa; necesito que pague por su pecado”.

B. ¿Donde y cómo comenzó el egoísmo?

El egoísmo fue el primer pecado; sucedió en el cielo, y luego comenzó en la tierra, (Isaías 14:12-14); “Como caísteis del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana. Cortado fuisteis por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré y seré semejante al Altisimo”.

1) Satanás sembró egoísmo en la mujer y el hombre.

(Génesis 3: 1-7) “Pero la serpiente era astuta; más que todos los animales del campo que Jehová había hecho; la cual dijo a la mujer: “¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” Y la mujer respondió a la serpiente: “Del fruto de los arboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en el medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni tocareis, para que no muráis”.

Entonces, la serpiente dijo a la mujer: (La mentira): No moriréis, sino que Dios sabe que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para come r, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces, fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales”.

2) El egoísmo siempre tiene su base en la mentira, por lo tanto, cuando actuamos egoístamente, estamos siendo influenciados por el padre de la mentira (Juan 8: 44).

C. ¿Por qué es importante protegernos de nuestro egoísmo y el de otros?

Es muy importante que reconozcamos cuando actuamos egoístamente, pues podemos convertirnos en víctimas o victimarios. En otras palabras, podemos dañar a personas; el medio ambiente; y a nosotros mismos.

El egoísmo no conoce límites, pues existe la idea de primero nosotros y luego los demás, sin importar lo que otros piensen o digan.

II. ¿Existen diferentes niveles de egoísmo?

A. La Biblia no nos describe en forma clara nuestros niveles de egoísmo, pero sí registra personajes bíblicos que pasaron de un egoísmo moderado a uno agudo; y luego a un egoísmo severo. La historia del Rey David nos ilustra claramente estos tres niveles de egoísmo, de los cuales usted y yo podemos o podríamos ser víctima en cualquier momento, si no maduramos como cristianos.

1) Egoísmo moderado: Este tipo de persona puede ser agradable, y quizás tenga intención de ayudar a los más necesitados. En su función como padre le exige al hijo que estudie o que tenga un buen comportamiento, pero no por el bienestar del niño, sino para que él quede bien ante los demás: “que buen padre soy”.

En algunos casos, estamos sirviendo en algún ministerio, pero nuestro motivo principal no es para que Dios sea glorificado, sino que queremos escuchar comentarios o reconocimientos de este tipo: “Qué fiel es el hermano Alberto” o “el Hno. Regino predica muy bien” etc.

2) Egoísta aguda: Las personas con este tipo de egoísmo dañan con intención, y sienten culpa o remordimiento, pero no hacen nada para cambiar su carácter. Son este tipo de individuos que disfrutan cuando controlan al esposo y a los que están a su alrededor (los jefes en los trabajos); se involucran en aventuras sexuales; son infieles a sus parejas; culpan siempre a los demás por sus errores; cuando juegan, hacen trampa, pues siempre quieren ganar, inclusive al sistema. Por otra parte, cuando son contratados para realizar algún trabajo quieren cobrar el precio justo, aunque hayan hecho mal sus labores. En una conversación siempre quieren tener la razón, aunque no conozcan del tema que se está discutiendo, pues les cuesta mucho aceptar que alguien tiene razón o una opinión diferente.

Además, son indiferentes con su esposa e hijos; cuando conducen un automóvil lo hacen en forma muy irresponsable; son deshonestos en sus tratos comerciales; maltratan física, emocional e espiritualmente a su familia.

Asimismo, les gusta humillar al prójimo, y golpean con sus palabras (El maestro de escuela que humilla al alumno, y le gusta que lo adulen); piden dinero o cosas prestadas con la intención de no devolver nada. Allí están los racistas que creen que por tener una nacionalidad o un color de piel diferente a otros son superiores.

Este tipo de egoístas los encontrará en altos cargos públicos; pero también pueden llegar a ser pastores; ancianos; líderes religiosos o predicadores que se aprovechan de la fe de la gente para lograr sus propósitos personales. Este tipo de persona es muy difícil de discipular, pues todo lo sabe. Este tipo de líder es depredador del alma.

Ellos hablan de sus largos días de ayuno; de su formación teológica y de sus grandes

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