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CONSEJOS DE SALUD


Enviado por   •  26 de Abril de 2014  •  2.145 Palabras (9 Páginas)  •  255 Visitas

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INTRODUCCION

Elena G. de White se le dio una misión diferente. Mientras la obra de su vida y sus enseñanzas estaban en armonía con la verdadera medicina científica, fue en el ámbito espiritual del arte de sanar donde brilló con santo esplendor. Al exhortar a hombres y mujeres a considerar sus cuerpos como un legado sagrado confiado por el Altísimo, y a obedecer las leyes de la naturaleza y del Dios de la naturaleza, la señora White no tiene rival. Ella exaltó la santidad del cuerpo y la necesidad de poner los apetitos y las pasiones bajo el control de una conciencia informada e iluminada.

Otros ponían énfasis en la ciencia como medio de mantener o recuperar la salud; pero a ella le correspondió la tarea de poner de relieve los factores espirituales en el tratamiento del templo del cuerpo.

Nadie ha explorado el ámbito espiritual en la extensión en que ella lo ha hecho. Realizó esfuerzos incansables desde los días de su juventud hasta la hora de su muerte a una edad avanzada. Otros profesionales sacaron a luz hechos científicos concernientes a las enfermedades, sus causas y su curación; en cambio la Sra. Elena G. de White relacionó esto con el aspecto espiritual de la persona, manifestado en los recintos más íntimos de su psiquismo.

Podemos decir acertadamente que sus escritos prosiguen su obra de bien aun cuando ella duerme en su tranquila sepultura, con las fatigadas manos cruzadas sobre el pecho en el que latió un corazón dedicado. Deseamos que los "Consejos" contenidos en esta obra sirvan para bendecir, fortalecer y dirigir las vidas de los que tratan de dirigir la atención de la gente hacia nuestro bendito Dios, que es el único que posee el don de la sanidad.

Consejos de salud

La necesidad del mundo:

Hacen falta en el mundo obreros que trabajen como Cristo trabajó en favor de los dolientes y pecaminosos. El mundo está lleno de enfermedad, sufrimiento, angustia y pecado. Está lleno de personas que necesitan que se las atienda: los débiles, impotentes, ignorantes, degradados. Es obra de los siervos de Dios buscar estas almas naufragadas en la pobreza, la angustia y el pecado, a quienes agobia un sentimiento de culpabilidad, orar con ellas y por ellas, y conducirlas paso a paso al Salvador. Cristo obraba en favor de todos los que querían oír su palabra. No buscaba solamente a los publicanos y parias, sino al Fariseo rico y culto, al noble judío y al gobernante romano. El rico necesita que se trabaje por él con amor y temor de Dios. Miles son inducidos así a prácticas pecaminosas que los confirman en la intemperancia y el vicio. En vez de considerar su riqueza como un talento que ha de ser usado para glorificar a Dios y elevar a la humanidad, la consideran como un medio de complacerse y glorificarse a sí mismos. Los que así dedican su vida a servirse a sí mismos, no están desarrollando los atributos de Dios sino los de Satanás. Necesitan aprender el gozo de dar, la bienaventuranza de convertirse en colaboradores de Dios. . Por el uso correcto de su tesoro terrenal se harán "tesoro en los cielos que nunca falta;

Si los seres humanos hubieran obedecido siempre la ley de los Diez Mandamientos, practicando en sus vidas los principios de dichos preceptos, hoy no existiría la maldición de las enfermedades que inundan al mundo Hacia dondequiera que se mire, se ve contaminación y corrupción, deformidad y pecado. En estos últimos días los elegidos de Dios deben mantenerse sin mancha La reforma de la salud es uno de los aspectos de la gran obra destinada a preparar un pueblo para la venida del Señor para que podamos comprender la pecaminosidad de quebrantar las leyes que él mismo ha establecido en nuestro propio ser. La enfermedad es el resultado de la violación de las leyes naturales. La obediencia a las leyes de Dios es nuestro primer deber. Y es algo que le debemos a Dios, a nosotros mismos. Y a nuestros semejantes. En esos preceptos están incluidas las leyes de la salud. La influencia del Espíritu de Dios es la mejor medicina para la enfermedad. El amor que Cristo infunde en todo nuestro ser es un poder vivificante. Por su medio las energías más potentes de nuestro ser despiertan y entran en actividad. Libra al alma de culpa y tristeza. Con él vienen la serenidad y la calma. El mucho sufrimiento que impera en este mundo no existiría si los hombres viviesen en armonía con el plan del Creador. Al Señor no le agrada que se ignoren sus leyes, naturales o espirituales. Y debemos enseñar a creer en el gran Médico. a conservar y recobrar la salud.

Elementos esenciales de la salud:

Es un pecado estar enfermo, porque todas las enfermedades son resultado de la transgresión. Muchos sufren como consecuencia de la transgresión de sus padres para que podamos glorificar a Dios en nuestros cuerpos, necesitamos tener un conocimiento práctico de la ciencia de la vida humana. La temperancia en todas las cosas es indispensable para la promoción de la buena salud y el desarrollo y el crecimiento de un buen carácter cristiano. A los padres se les ha encomendado la sagrada responsabilidad de formar los caracteres de sus hijos mientras son niños. Tienen el deber de ser tanto maestros como médicos de ellos Muchos parecen pensar que tienen el derecho de tratar a sus cuerpos como les parece, pero olvidan que sus cuerpos no les pertenecen. El Creador, que los formó, tiene derechos sobre ellos que no se pueden ignorar impunemente. Cada transgresión innecesaria de las leyes que Dios ha establecido para nuestros cuerpos, constituye virtualmente una violación de la ley de Dios, y a la vista del Cielo es un pecado tan grande como el quebrantamiento de los Diez

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