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CRISTIANISMO Y REALIDAD LATINOAMERICANA


Enviado por   •  16 de Julio de 2015  •  1.449 Palabras (6 Páginas)  •  199 Visitas

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CRISTIANISMO Y REALIDAD LATINOAMERICANA

Usado con permiso

Autor: Carlos Cortes Perez

Barranquilla Colombia

Por favor leamos Lucas 4: 16-21, Juan 8: 31-8, 2 Pedro 2: 19.

Si analizamos los problemas latentes de Latinoamérica están los siguientes: hambre ,desempleo subempleo, bajos e insuficientes salarios, falta de viviendas adecuadas, mortalidad infantil, carencia de buena asistencia medica hospitalaria y farmacéutica, el hacinamiento infrahumano en las zonas urbanas, la violencia, la violación de los derechos humanos, la inflación, la dependencia, los abusos de poder, el analfabetismo, los obstáculos para ingresar a las universidades, el alcoholismo, la drogadicción, el juego, los grupos económicos interesados en la explotación inescrupulosa a expensas de las mayorías populares, la simonia de muchos grupos religiosos, y otros pecados sociales que constituyen una ofensa a Dios, siendo que América latina de autodenomina cristiana. Las causas de gran parte estos males se origina en la corrupción económica, social política y religiosa, pueden haber otras causas, pero es indudable que por dicha corrupción en estas estructuras de poder que están a espaldas de Dios . Es lógico que los responsables de los males latinoamericanos no solamente son estas estructuras. Seria fácil demagogia acusar a los regímenes de opresión y omitir los pecados del pueblo recuerden lo que Dios dice en su palabra: no hay justo ni aun uno….( romanos 3:10-12). Un falso planteo de la realidad latinoamericana podría llevarnos a pensar que la culpa la la tiene la organización socioeconomica predominante, en el capitalismo internacional y en algún emisario ocasional, mientras que los pobres son víctimas de ellos, sin embargo sin ignorar ese contexto de opresión la Biblia dice que todos son pecadores y necesitan arrepentirse Lucas 13: 1-5. El pecado no es un termino teológico, ni una palabra exclusiva del léxico político sino una realidad tanto personal como colectiva. La Biblia enseña que toda la raza humana tanto ricos como pobres, somos culpables ante Dios. Por eso el pecado de América latina es el pecado de todo el pueblo latinoamericano y de cada persona en particular, de cualquier condición social.

Si el evangelio es voz de juicio y de llamado de arrepentimiento para los explotadores, opresores y privilegiados al mismo modo es el llamado a los oprimidos explotados y marginados sus pecados son diferentes pero todos deben arrepentirse y cambiar de proceder. Pero el reconocimiento de esta verdad bíblica no nos autoriza a cerrar nuestros ojos ante la tragedia de América latina. los profetas, los apóstoles y otros enviados de Dios denunciaron la injusticia. Si Hombres como Isaias, Jeremías, Miqueas, Amos, Santiago, Pablo, etc vivieran en nuestros tiempos no vacilarían en denunciar el padecimiento latinoamericano. Aquí hay niños arrastrandose en el suelo como gusanos, para pedir limosna. Aquí hay personas que desean trabajar y no consiguen un empleo estable y los que trabajan hacen el oficio de 2 o 3 empleados para ganar un salario insuficiente, cuyos hijos tendrán que crecer sin educación ni higiene, bebiendo aguas contaminadas , expuestos a las enfermedades propias de la desnutrición, torturados por la miseria, obligados a migraciones sin rumbo, sometido a vejámenes y condenados, tal vez a morir prematuramente. hay ancianos desamparados que carecen de techo y vagan por las calles casi siempre mentalmente deteriorados, hasta que alguien encuentra sus anónimos cadáveres. Millones de latinoamericanos insisto son víctimas de la escasez de alimentos. La falta de proteínas suela causar años irreparables en el cerebro de los niños puede llevarlos a una vida de retraso psicológico y psíquico. Hay también delincuentes traficantes de drogas y tratantes de blancas, usureros de guante blanco y estafadores que viven en mansiones recibiendo continuas demostraciones de aprecio, maestros del soborno y de la mentira, ladrones de sangre azul y asesinos ilustres.

La deshonestidad puede encontrarse en todos los círculos y a cualquier nivel. La simonia e hipocresía de muchos miembros de las iglesias católicas, evangélicas y de otras sectas religiosas. La envidia, el rencor, la calumnia, el odio son comunes. El crimen es cosa de todos los dias. El agio la especulación con su cortejo de maniobras ilegales, pertenecen a la rutina cotidiana. La corrupción y los vicios han agrietado todas las estructuras de la sociedad, amenazando por igual a los opresores y oprimidos. Hay matrimonios deshechos,

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