ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Conociendo Al Parakletos


Enviado por   •  7 de Enero de 2013  •  4.339 Palabras (18 Páginas)  •  320 Visitas

Página 1 de 18

CONOCIENDO AL PARAKLETOS

Durante las tremendas campañas de Claudio Freidzon, un desconocido pastor argentino que recibiera una tremenda unción de Dios en una reunión de Benny Hinn, en 1992, era muy común oír desde la plataforma una pregunta muy específica: ¿Quieres ser lleno del Espíritu Santo? El poderoso “amén” retumbaba en los grandes estadios donde se cumplimentaban estos gigantescos eventos y se oía a kilómetros de distancia. Los que creyeron y abrieron sus corazones, recibieron de Dios lo que Él estaba dispuesto a dar por gracia en ese tiempo. Los que dudaron o tuvieron incredulidades varias, se quedaron mirando desde afuera. De allí que, pasado ya ese mover de Dios y cuando la nube ya hace bastante tiempo que se ha movido en otras direcciones, la pregunta puede volver a formularse. Seguramente habrá muchos que volverán a decir “amén”, que quizás no sonará en su conjunto como sonaban aquellos, pero que no dejará de efectivizarse si la fe y el corazón dispuesto acompañan esa decisión.

Sólo que en este tiempo, Dios lo va a hacer desde la Palabra y desde la sabiduría divina. Las respuestas a las siguientes preguntas, van a conducirle a usted con total seguridad, a conocer y a experimentar una nueva vida llena del maravilloso Espíritu Santo de Dios. Cinco preguntas. Cinco respuestas. Cinco vasijas de aceite precioso para que su lámpara no se apague jamás. 1) ¿Quién es el Espíritu Santo? 2) ¿Para qué vino el Espíritu Santo? 3) ¿Qué significa ser lleno del Espíritu Santo? 4) ¿Por qué, el cristiano común, no es mayoritariamente lleno del Espíritu Santo? 5) ¿Cómo puede, uno, ser lleno del Espíritu Santo?

La primera pregunta, ¿Quién es el Espíritu Santo? contiene su respuesta: El Espíritu Santo es Dios. No es una cosa. No es una “influencia divina”. No es una nube. No es un fantasma, ni un concepto. Él es Dios mismo con todos los atributos de la Deidad. Es la tercera persona de la Trinidad. Es “co-igual” con Dios el Padre y con Dios el Hijo.

Hay un solo Dios, pero se manifiesta en tres personas. Yo no podría definirle a usted la Trinidad; ningún ser humano puede, aunque se esmere en buscar ejemplos originales. Alguien dijo alguna vez y con mucho tino, que “El hombre que niega la Trinidad, pierde su alma” y también que “El hombre que trata de explicarse la Trinidad, pierde el juicio.”

Nosotros que somos seres finitos, no podemos comprender a Dios que es infinito. Cuando tratamos de ilustrar el concepto de la Trinidad, todo ejemplo o ilustración resulta inadecuado. Por ejemplo, yo podría decir que el hombre está constituido de espíritu, alma y cuerpo, y la pregunta sería: ¿Cuál de estos tres es el hombre? O podría describir la fórmula química que define lo líquido, lo sólido y lo gaseoso, para luego preguntarme cuál de estos tres, es el agua. ¿Es el agua, el hielo o el vapor?

O podríamos decir que un hombre es esposo, padre e hijo, y sin embargo es una sola y misma persona. Ve usted, ninguna ilustración parece adecuada, pero por lo menos sugieren en parte, como es Dios.

¿Para qué vino el Espíritu Santo? El Espíritu Santo vino a esta tierra a glorificar a Cristo y a dirigir a los creyentes a toda Verdad. Poco antes de su crucifixión, el Señor Jesús dijo a sus discípulos: Os conviene que yo me vaya, porque si no me fuere, el Consolador no vendría a nosotros; más si me fuere, lo enviaré. Pero cuando venga el Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la Verdad; y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío y os lo hará saber.

El Espíritu Santo vino a capacitarnos para conocer a Cristo, mediante el nuevo nacimiento y para darnos el poder para vivir y compartir la vida abundante, que Jesús prometió a todos los que confían en él.

El Espíritu Santo, asimismo, fue quien inspiró a los escritores de la Biblia. Cuando leemos la Biblia, es el Espíritu Santo el que nos revela la Verdad Espiritual. A veces, conforme estudiamos las escrituras, encontramos un pasaje que anteriormente ya habíamos y en el momento en que necesitamos una revelación en particular, el Espíritu Santo hace que dicho pasaje cobre vida para nosotros.

¿Por qué ocurre esto? Porque el Espíritu Santo hace que la palabra de Dios sea relevante y significativa cuando nosotros lo necesitamos. Por eso el mismo texto es tremendo para algunos y no les dice nada nuevo a otros. Es un libro vivo e inspirado por el Espíritu y sólo una persona que es controlada por el mismo Espíritu Santo puede entender la Biblia.

Cuando estoy orando, no puedo esperar que Dios responda mi oración, a menos que esté caminando en el Espíritu Santo. La única excepción es en el caso de la oración de confesión de pecados. Cuando testifico, nadie responderá, a menos que esté siendo controlado y dirigido por el Espíritu Santo.

Un pastor dijo alguna vez: “A mí no me gusta toda esta enseñanza sobre el Espíritu Santo. yo quiero solamente hablar de Jesucristo”. Allí fue donde le recordaron que la única razón por la cual el Espíritu Santo había venido, era esa precisamente, para exaltar y glorificar a Cristo.

Es imposible aún el conocer a Cristo, aparte del ministerio regenerador del Espíritu Santo. Fue Jesús mismo quien dijo: “El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”.

Es imposible para nosotros aún el orar, el vivir vidas santas o testificar. No hay nada que podamos hacer para Dios o que él pueda hacer por nosotros fuera de relación con el Espíritu Santo.

¿Qué significa ser lleno del Espíritu Santo? Ser lleno del Espíritu Santo, es ser lleno de Cristo mismo. El Espíritu Santo vino a glorificar a Cristo, por lo tanto, si yo estoy lleno del Espíritu, significa que estoy permaneciendo en Cristo. Significa también que estoy caminando en la luz, como él está en la luz.

Y la sangre de Jesús me limpia y me mantiene limpio de todo pecado. Estoy controlado por Cristo, porque las palabras “Ser lleno”, significa “Ser controlado”. No como una máquina, no para hacer lo que no nos es lícito hacer, sino como alguien que es dirigido y dinamizado por el Espíritu Santo y, voluntariamente, acepta serlo.

Si yo soy controlado y dinamizado por Cristo, Él a su vez podrá moverse con entera libertad mediante mi cuerpo, y vivir su vida resucitada “En y a través de mí”.

Este hecho maravilloso de que Cristo vive en nosotros y expresa su amor mediante nosotros, es una de las más importantes verdades de la Palabra de Dios.

Las normas de la vida cristiana son tan altas, que es imposible alcanzarlas. De acuerdo con la Palabra de Dios, sólo ha habido una persona que ha tenido éxito en cumplir y vivir la vida cristiana. ¡Esa persona es Jesucristo!

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (25.2 Kb)  
Leer 17 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com