Convicción. Un Ejemplo De Timoteo

Convicción

Estudiando la epístola de Pablo a Timoteo, el Señor me ha hecho ver de una forma particular en paralelo ambas cartas a este discípulo. Para comenzar esta pequeña enseñanza es necesario contextualizar en la historia la situación vivida de pablo al escribir estas cartas.

La primera carta a Timoteo fue escrita en los años 64 ó 65 d.C., después del primer encarcelamiento de Pablo en Roma. En este primer encarcelamiento, las escrituras señalan en Hechos 28:16-31, la clara interacción que tenía Pablo con la gente. Al parecer este encarcelamiento lo podríamos llamar en la actualidad como un arresto domiciliario, pudiendo afirmar claramente ante esta situación que Pablo mantenía una mayor fluidez en interacción con las personas y además mantenía la esperanza en convicción de que iba a ser puesto en libertad (filipenses 1:24-26).

La segunda epístola a Timoteo fue escrita en un contexto totalmente diferente. En aproximadamente 5 o 6 años más tarde Pablo se encontraba en medio de una persecución a los cristianos por parte del emperador Nerón. Debido a esta persecución, Pablo nuevamente cae encarcelado, sin privilegios ni esperanza. Escribió esta carta literalmente tras las celdas (2:9), esperando su ejecución (4:6), abandonado por todos, menos por Lucas (4:10-11, 16).

Es interesante mantener estas diferencias en el puntero de nuestra mente para poder analizar de una forma simple la actitud que refleja Pablo al escribir estas cartas. Dentro de las grandes diferencias contextuales, y por ende todo lo que conllevan estas en influencia a una persona, existe un hilo común: Convicción.

Es ésta palabra que me gustaría plasmar y reflejar en la forma escritural de Pablo a Timoteo. Tal como la vida fluctúa y se mueve según los designios del Creador a cada minuto, es interesante poder ver y analizar la convicción del Apóstol Pablo en diferentes contextos.

¿De qué estamos hablando?

Una manera muy simple de poder reflejar este hecho es en los comienzos de las cartas: Los Saludos. Veamos a continuación el Saludo de la primera carta a Timoteo.

“Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza,

a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor”. (1 Timoteo 1:1-2)

Lo primero que el Espíritu Santo hizo resaltar en este Saludo, fue la solidez,

Convicción y claridad que Pablo refleja al comprender a quien pertenece y a quien

sirve. Esta más que claro que esta forma de saludar es muy común para Pablo

(Romanos 1:1-7, 1 corintios 1:1-3, efesios 1:1-2, etc.), pero en la primera parte de este saludo existe una palabra que ha llamado mucho mi atención que me gustaría compartir con usted. “Por mandato”. La palabra mandato en el griego significa “epitage”, que significa decreto, en autoridad, aludiendo al mandato divino. Es interesante ver que Pablo siempre

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