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El Arte De La Ceguera


Enviado por   •  5 de Abril de 2015  •  2.021 Palabras (9 Páginas)  •  142 Visitas

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llegar a Fordham, se abrió la puerta, y el pasajero hizo lo que el revisor le había indicado. Pero, al verle, otro revisor abrió otra puerta y le hizo subir al tren mientras éste recobraba su velocidad. «¡Tiene usted suerte, amigo», le dijo el revisor, «el tren no se detiene en Fordham los sábados!»

A tu humilde manera, puedes servir a los demás... alejándolos de su camino.

Existe el noble arte

de hacer cosas;

y existe también el noble arte de no hacerlas.

***

Según los periódicos, la ola de calor estaba ocasionando numerosos desvanecimientos; por eso a la joven dama no le sorprendió ver cómo un hombre de cierta edad, que estaba junto a ella en la iglesia acompañado por su esposa, se dejaba caer al suelo. Inmediatamente, la joven se arrodilló junto a él, le puso enérgicamente una mano en la cabeza y oprimió ésta entre sus rodillas. «Mantenga la cabeza abajo», le susurró de modo apremiante. «Se sentirá mejor si consigue que la sangre le llegue a la cabeza.»

La esposa lo miraba todo, muerta de risa y no hacía nada por ayudar a su marido ni a la joven, la cual pensó para sí que aquella mujer no debía de tener sentimientos.

Entonces, para consternación de la joven, el hombre consiguió librarse de su presión y masculló: «¿Qué demonios hace usted, estúpida? ¿No ve que intento recoger mi sombrero de debajo del banco?»

Las personas que se empeñan en mejorar las cosas suelen conseguir empeorarlas.

En último término,

la solución de los problemas

no consiste en hacer ni en dejar de hacer, sino en comprender,

porque donde hay verdadera comprensión no hay problemas.

***

Un sacerdote paseaba por la calle cuando, de pronto, vio cómo un niño se esforzaba, dando saltos, por llegar al timbre de una puerta. Pero el pobre niño era demasiado pequeño, y el timbre estaba demasiado alto.

De modo que el sacerdote, para ayudar al pequeño, se acercó y pulsó el timbre. Luego, volviéndose sonriente al muchacho, le preguntó: «¿Qué hacemos ahora?»

«Correr todo lo que podamos», le respondió el niño.

***

Una maestra pidió a sus pequeños alumnos que contaran las buenas acciones que habían realizado en favor de los animales.

Se oyeron historias verdaderamente conmovedoras. Y cuando le llegó el turno a Tommy, éste dijo orgullosamente: «Bueno, pues yo una vez le pegué una patada a un chico que había pegado una patada a un perro.»

Hay quienes emprenden una guerra para acabar con todas las guerras, o adoptan la violencia para llegar al amor.

***

Hace muchos años, un extraño pájaro que nunca había sido visto en China se posó en un suburbio de la capital. Aquello le encantó al emperador, el cual ordenó que se le ofreciera al pájaro comida de su propia mesa y que fuera enviada su orquesta para deleitarle con su música.

Pero el pájaro, que parecía estar muy triste y abatido, se negó a probar siquiera la comida que se le ofrecía, y en muy poco tiempo se puso enfermo y murió.

***

Un pájaro comía unas bayas venenosas que, sin embargo, no le hacían daño. Un día recogió una buena cantidad y reservó unas cuantas para que las comiera su amigo, un conejo, el cual, no queriendo parecer desagradecido, comió las bayas y murió.

Si la acusación fuera la de asalto con intención de hacer el bien, ¿cuántos de nosotros se declararían inocentes?

***

Al ver a un banquero salir de su despacho, un mendigo le dijo: «¿Podría usted darme diez centavos, señor, para una taza de café?,.

El banquero sintió lástima de aquel hombre, que tenía un aspecto verdaderamente deplorable, y le dijo: «Aquí tiene un dólar para que se tome no una, sino diez tazas de café.»

Al día siguiente, el mendigo se encontraba de nuevo en las escaleras del despacho del banquero y, cuando éste salió, el mendigo se puso a darle golpes.

«¡Pero bueno...!», dijo el banquero, «¿qué está usted haciendo?»

«¡Usted y sus malditas diez tazas de café! ¡No he podido dormir en toda la noche!»

Confieso haberte ayudado. ¿Podrías perdonarme y dejarme ir?

***

En cierta ocasión, Nasrudin pidió una cierta suma de dinero a un acaudalado individuo.

“¿Para qué lo quieres?»

"Para comprar un elefante.»

"Pero, si no tienes dinero, no podrás mantenerlo...»

"Estoy pidiéndote dinero, no consejos», le dijo Nasrudin.

***

Una mujer, perteneciente a una brigada de socorro, se encontraba en la playa por razones de servicio.

De pronto, observó que una determinada zona de la playa estaba plagada de botellas vacías y, temiendo que la gente pudiera tropezar inadvertidamente con ellas y hacerse daño, dejó en el suelo su botiquín y se puso a recoger las.

Entonces un hombre de cierta edad, distraído al ver lo que la mujer estaba haciendo, tropezó con el botiquín y se lastimó.

***

«¡Despierte, señor!», dijo la enfermera mientras sacudía por el hombro al dormido paciente.

«¿Qué ocurre? ¿Sucede algo malo?», preguntó el paciente asustado.

«No sucede nada. Sólo que olvidé darle su somnífero.»

Ayer tuvimos un incendio en casa. Afortunadamente, pudimos apagarlo antes de que los bomberos hicieran de las suyas.

***

Me encanta servirte...

pero insisto en que me lo agradezcas.

Una enjoyada duquesa salió,

...

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