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El autor del Eclesiastés se llama a sí mismo Cohélet


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2016  •  Apuntes  •  1.883 Palabras (8 Páginas)  •  254 Visitas

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  1. Eclesiastés.
  1. El autor del Eclesiastés se llama a sí mismo Cohélet, que literalmente significa ‘el hombre de la asamblea’. El libro es anónimo, pero la  tradición judía dice que fue uno de los tres libros escritos por Salomón, hombre de gran sabiduría y riqueza. Pero los que están a favor de la autoría salomónica lo sitúan en su vejez, aproximadamente en el 935. El reinado de Salomón como rey de Israel duró aproximadamente del 970 al 930 a.C.

Contexto: El reinado se caracterizó por un largo período de paz y unas buenas relaciones con los pueblos vecinos (Egipto, Arabia, Fenicia, Edom y Damasco), durante el cual el país experimentó un gran desarrollo económico y cultural.

La seguridad interna y el control de las vías de comunicación facilitaron una amplia expansión del comercio hebreo. Además, consolidó el poder político de Israel en la región desposándose con una de las hijas del faraón de Egipto y estrechando los lazos de amistad con Hiram I, rey de la ciudad de Tiro.

La prosperidad económica, por otra parte, permitió al monarca levantar en Jerusalén el gran templo que David había proyectado para cobijar el Arca de la Alianza y un suntuoso palacio real, construcciones en las cuales participó un gran número de técnicos extranjeros, y utilizaron lujosos materiales procedentes de Fenicia.

Éstas y otras muchas obras públicas, así como los gastos de la corte, fueron sufragados mediante un pesado régimen tributario.

A pesar de reprobar con dureza la permisividad de Salomón para con las prácticas paganas de buena parte de sus mujeres y considerar la división de Israel como un castigo divino por su idolatría, la tradición bíblica ha idealizado la figura del soberano, presentado como un hombre de gran sabiduría, paradigma de ponderación y justicia, en diversos pasajes de las Sagradas Escrituras, entre ellos el famoso Juicio de Salomón o la visita de la reina de Saba.

  1. Esquema del contenido:
  1. La experiencia personal del predicador.
  1. Capítulo I:
  1. Título, autor y tema general del niño.
  2. Nada nuevo bajo el sol.
  3. La experiencia decepcionante de Cohelet.
  1. Capítulo II:
  1. La búsqueda del placer, intento ilusorio.
  2. El sabio y el necio, iguales ante la muerte.
  3. Vana recompensa del esfuerzo.
  4. Los bienes recibidos de Dios.
  1. Las observaciones generales del autor:
  1. Capítulo III:
  1. El momento oportuno.
  2. La incomprensibilidad de la obra de Dios.
  3. La condición humana.
  1. Capítulo IV:
  1. La opresión de los débiles.
  2. La rivalidad.
  3. La ambición.
  4. Desventajas de la soledad.
  5. La inestabilidad del poder político.
  6. Advertencia sobre el culto y los votos.
  1. Capítulo V
  1. La tiranía del poder.
  2. Lo único bueno para el hombre.
  1. Consejos prácticos del autor.
  1. Capítulo VI
  1. Vanidad de una vida infeliz.
  2. Máximas para la vida
  1. Capítulo VII
  1. Subversión de los valores tradicionales.
  2. El justo medio.
  1. Capítulo VIII
  1. Breve elogio al sabio.
  2. La actitud frente a la autoría.
  3. Incertidumbre frente al momento del juicio.
  4. Paradojas de la retribución.
  5. Otras cosas sobre la vanidad.
  6. El enigma de las cosas
  1. Conclusiones del autor.
  1. Capítulo IX.
  1. La misma suerte para todos.
  2. El único consuelo para el hombre.
  3. Los contratiempos imprevisibles.
  4. La sabiduría no reconocida.
  1. Capítulo X.
  1. Máximas diversas.
  1. Capítulo XI.
  1. La audacia y la prudencia, condiciones del éxito.
  2. El gozo moderado de los bienes de la vida.
  1. Capítulo XII.
  1. Los achaques de la vejez.
  2. Epílogo.
  1. Este libro nos enseña que vivir sin Dios, no escuchar Su autoridad, acumular riquezas, desear placeres, lo mundano solo es vanidad. Y toda vanidad es efímera. Todas las actividades de la vida, el trabajo, las relaciones personales, tienen que ser realizadas persiguiendo el objetivo de la eternidad. Y lo único eterno es Dios y en comunión por Él podemos sentirnos completos y hallar la felicidad. Dándole el valor justo a lo mundano, y obedeciendo fielmente a Dios podemos encontrar el principio válido y la meta para la vida humana responsable.

  1. Primera carta los Corintios.
  1. En el primer capítulo se identifica al autor del libro de 1 Corintios, como el apóstol Pablo. Fue escrito aproximadamente en el año 55 d.C.

Contexto: Corinto era la capital de la provincia romana de Acaya. Era una ciudad de considerable riqueza porque, edificada en un istmo, tenía el privilegio de poseer dos puertos hacia distintos mares: Cencreas sobre el golfo Sarónico (al este, hacia el mar Egeo), y Lequeo sobre el golfo de Corinto (al norte, hacia el mar Adriático). Por una ruta pavimentada, llamada Diolcos, mercaderías y naves se trasladaban de un puerto al otro para evitar el largo y peligroso viaje de navegación rodeando el Peloponeso. Por esta razón era el obligado punto de intercambio comercial entre oriente y occidente. Corinto gozaba de fama en todo el Imperio por su producción de artículos de bronce y de terracota. La ciudad heredó celebridad por la corrupción de las costumbres que había tenido en otros tiempos. En la época en que la visitó san Pablo reinaba el vicio, como suele suceder en las grandes ciudades portuarias. Además de la población estable, Corinto contaba diariamente con gran cantidad de gente en tránsito, proveniente de todas partes. Era un centro de entrecruzamiento de razas, culturas y religiones. Una importante comunidad judía tenía su sinagoga en la ciudad. San Pablo, durante su segundo viaje, acompañado y asistido por los esposos Aquila y Priscila, se había ocupado de plantar el Evangelio en Corinto. Después que todos ellos partieron hacia Efeso, la tarea fue continuada por Apolo. Mientras san Pablo se encontraba en Efeso, en el transcurso del tercer viaje, mantuvo frecuente contacto personal y por carta con los cristianos de Corinto. Se preocupó por la situación de la comunidad de Corinto a partir de las informaciones que recibió por medio de familiares o personas allegadas a una señora llamada Cloe (I Cor 1,11). En I Cor 16, 17 manifestó su alegría por la visita de tres personas de la misma comunidad. Se supone que además hubo otras dos visitas de Pablo a los corintios. Por su parte también hay indicios de que los corintios también han escrito a san Pablo pidiéndole consejos ante ciertos problemas que se les presentaron.

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