El deseado de todas las gentes La Gran Expectativa- Guardianes de la flama

La Gran Expectativa- Guardianes de la flama

Todo se originó con el agricultor inglés Guillermo Miller, un hombre que en su niñez había sido instruido en la fe en Dios; cuyos cuestionamientos lo hicieron desistir de la creencia de un Dios interesado en sus criaturas; así que albergó la creencia de pensar que Dios era un ser distante. Hasta que en 1814 siendo capitán del ejército de Estados Unidos peleó en una batalla decisiva contra los ingleses cuya derrota se avecinaba prominentemente, ya que eran tres veces más numerosos que ellos y mejor preparados. La victoria de la misma despertó en Miller la inquietud que yacía dormida sobre si Dios había intervenido en semejante acontecimiento dándoles la victoria. ¿Se interesaba Dios en sus criaturas? Esto lo llevó a creer en un Dios pendiente de las vicisitudes y luchas de sus hijos, pero aún continuaba desestimando la Biblia como regla de fe.

Hasta que un año más tarde aceptó a Jesús en la iglesia Bautista de Hampton y la Biblia llegó a ser un deleite.

Inicio a estudiarla minuciosa y disciplinadamente, llegando a conclusiones vitales como:

• La Biblia se interpreta sola; todos son capaces de entenderla.
• Debe leerse literalmente; a no ser que exista prueba de que fue escrita en lenguaje simbólico.
• Las profecías del antiguo testamento fueron escritas de manera simbólica, mas su cumplimento fue literal.

Pero el versículo que generó gran inquietud en él fue Daniel 8:14, refiriéndose a la profecía de 2300 años. Despertando en él un gran interés por el estudio de esta. Llevándolo a convertirse en el líder de este gran movimiento que enfatizó la Segunda Venida de Cristo. Él consideraba que el inicio de esta se hallaba con el decreto de la reconstrucción de Jerusalén en el año 457 a.C. y que terminaba alrededor de 1843,  consideraba que la frase “El santuario será purificado” indicaba que la tierra sería purificada con la venida de Jesús. Convencido de que el mundo llegaría a su fin y el regreso de Jesús era inminente e impostergable sentía enorme responsabilidad por comunicar estar verdad al mundo que permanecía indiferente. Predicó su teoría en una pequeña iglesia, después de eso, recibió múltiples invitaciones cercanas y lejanas para transmitirla, su influencia se extendió; esta verdad empezó a posicionarse tanto en el nuevo como en el viejo mundo. La prensa jugó un papel decisivo en la proliferación del mensaje, las personas acudían masivamente a escucharlo, Miller se había negado a establecer una fecha exacta para el magno acontecimiento.

Sin embargo, uno de sus seguidores, estudioso de la profecía sugirió vehemente que el cumplimiento sería entre las primaveras de 1843 y 1844, Miller sin estar de acuerdo apoyó la propuesta. La primavera pasó y Jesús no vino, volvieron a la Biblia nuevamente, en busca de orientación, llegando a la conclusión de que en otoño se cumpliría la profecía, específicamente el 22 de octubre de 1844. Todos esperaban con gran expectación. Ese día el mundo estaba ante la gran expectativa; todos estaban preparados aguardando la venida del Salvador, orando, junto a sus familias. Las horas transcurrieron, la noche cabalgó sobre un aire de desilusión y desesperanza, Jesús no vino. Lo que había iniciado como una gran esperanza había terminado en un enorme chasco. Muchos humillados y con dudas abandonaron el movimiento millerita, otros permanecieron en él.

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