Escritos Apostólicos
Delvis_fi5 de Noviembre de 2012
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Aliyás de la Torá:
1. 12:1-13
2. 12:14 – 13:4
3. 13:5-18
4. 14:1-20
5. 14:21 – 15:6
6. 15:7 – 17:6
7. 17:7-27
8. Maftir: 17:24-27
Haftará: Isaías 40:27 – 41:16
Escritos Apostólicos: Marcos 3:1 – 4:20
Lecturas de los Escritos Apostólicos:
1. 3:1-6
2. 3:7-12
3. 3:13-19
4. 3:20-35
5. 4:1-20
Lej Lejá
Significa vete a ti mismo, o vete por tu propia causa.
Aunque Noaj era un hombre justo delante del Eterno, no tenía la capacidad de encaminar a sus hijos en la justicia de Elohim. Después de salir del arca se convirtió en un experto en agricultura. Parece que su dedicación a su vida laboral ocupaba demasiado lugar en su vida de modo que la educación de sus hijos y sus nietos venía en segundo lugar, o quizás en el tercero o cuarto lugar…
Lo que me llama la atención es que Noaj bebió vino sólo, sin compartir la alegría del producto de la tierra con su familia. Es obvio que su mente estaba más en su propio trabajo y en si mismo que en su familia.
Esa es la tentación para cada padre de familia, sentirse más realizado mediante sus propios logros laborales que en el hecho de instruir a su esposa y de educar a sus hijos.
Los padres, y también los abuelos, tienen una gran tarea para instruir a sus hijos en el camino de justicia. Noaj tenía tres hijos con ya más de 100 años de edad cada uno y ya deberían haber recibido buena instrucción de su padre. Sin embargo, en la nueva situación de vida Noaj tendría que seguir instruyendo a sus hijos en el camino del Eterno, para que la nueva humanidad no cayera en los mismos errores que la que fue destruida con el diluvio. Además tenía un nieto, Kenáan, que necesitaba toda la instrucción necesaria para llegar a ser un hombre justo y recto. Pero Noaj se dedicó más a la producción agrícola que de la educación en justicia de sus hijos y sus nietos.
El texto de Ezequiel 14 nos enseña que los hijos de Noaj no hubieran podido ser liberados de un juicio divino específico sobre diferentes naciones y especialmente sobre Israel. Sólo Noaj hubiera podido salvarse por su justicia. Sus hijos no eran tan justos como él.
El resultado de esa falta de dedicación a la Torá a favor de sus hijos, se vio más adelante. Con algunas excepciones, prácticamente todos los descendientes de Noaj se rebelaron contra el Eterno bajo el reinado de Nimrod. Su rebeldía fue castigada con confusión, y los hijos de Noaj fueron esparcidos por toda la tierra.
Sin embargo, en la familia de Shem podemos encontrar un nervio de justicia y devoción al Eterno. Noaj había dicho que el Eterno era el Elohim de Shem. Por lo tanto Shem logró transmitir algo del camino del Eterno a su hijo Arfajshad, su nieto Shalaj, y su bisnieto Ever.
No obstante, el nivel de justicia y de dedicación al Eterno que ellos tenían, no les capacitó para ser elegidos como padres de una nación santa. HaShem estaba pasando por generación tras generación buscando a alguien que pudiera ser la cabeza de una nación santa, y finalmente encontró a Avram, en la décima generación después de Noaj. Encontró a alguien que pudiera mandar a sus hijos a vivir una vida justa delante del Eterno y no inclinarse ante las presiones del mundo exterior. Avram fue elegido porque tenía una capacidad muy especial, la de mandar a sus hijos y nietos a caminar en el camino de justicia todos los días, como está escrito en Génesis 18:19:
“Porque yo lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Eterno, haciendo justicia y juicio, para que el Eterno cumpla en Avraham todo lo que Él ha dicho acerca de él.”
La capacidad de mandar a sus hijos y familia después de él que guarden el camino del Eterno, haciendo justicia y juicio es la razón por la que Avram fue elegido para ser el padre de una gran nación justa.
Y no sólo esto, sino también ser el origen de un pueblo eterno que poblaría el mundo venidero después de que el cielo y la tierra hayan pasado por la segunda etapa de purificación, la que va por medio del fuego.
Avram, cuyo nombre significa “padre enaltecido”, o “padre de Aram”, fue elegido para ser el heredero del mundo precisamente porque era un Padre. Este hecho luego fue reforzado por el Eterno al cambiar su nombre en Avraham, “padre de multitudes
¡Qué importante es ser padre! ¡Qué importante es instruir a los hijos en el camino de justicia del Eterno!
Noaj no tenía esa capacidad y por eso HaShem tuvo que buscar a otro que sí la tenía.
Primera aliyá, 12:1-13
El Eterno manda que Avram salga de su tierra y de sus familiares para ir a una tierra nueva que le iba a ser revelada con el tiempo. Por esa pérdida Avram recibe la promesa de ser hecho una nueva nación grande, de recibir riquezas, de ser un hombre famoso, de ser un canal de bendición para todas las familias de la tierra y un medio de juicio para los maledicentes.
Avram sale de su tierra y de su familia en obediencia junto con su esposa y con todos sus discípulos. Pero lleva un familiar consigo, su sobrino Lot. Al llegar a la tierra de Kenáan va atravesándola hasta llegar a Shejem, donde edifica su primer altar después de haber recibido la revelación de que sus hijos serían los herederos de esa tierra. De allí se muda al monte estando entre Betel y Ai. Allí edifica su segundo altar e invoca el Nombre del Eterno por primera vez en la tierra prometida.
Luego sigue cruzando el país hasta llegar al sur, hasta el Neguev. Estando allí vino una sequía y Avraham sigue su camino rumbo a Egipto para salvarse del hambre. Por temor a ser maltratado por los egipcios le pide a su esposa no revelar su verdadera identidad, sino sólo decir que era su hermana.
Segunda aliyá, 12:14 – 13:4
Al llegar a Egipto Sarai es tomada como esposa por Paró y Avram recibe muchos regalos por causa de ella. Pero el Eterno protege a Sarai, la esposa de Avram, enviando grandes plagas sobre el rey de Egipto de modo que él se da cuenta de que estaba casada y así la devuelve a su marido. Luego son despedidos de Egipto con grandes riquezas y vuelven a la tierra de Kenáan pasando por el mismo camino que habían recorrido anteriormente, hasta llegar al mismo lugar donde habían estado antes, entre Betel y Ai. Por segunda vez Avram invoca el Nombre del Eterno en la tierra de la promesa.
Tercera aliyá, 13:5-18
Por andar con Avram también Lot obtiene muchas riquezas, entre ellas ovejas, vacas y tiendas. Por esa razón ya no hay más lugar para que estén juntos. Por una riña entre los pastores Avram decide despedir a su sobrino ofreciéndole el área que más le guste. Lot sólo piensa en su bienestar material y escoge la parte más fértil de la tierra, la del oriente donde están las ciudades Sedom y Amorá, y así se separan. Lot se acerca cada vez más a la ciudad de Sedom donde hay hombres muy malos.
Después de la separación el Eterno le muestra a Avram toda la tierra en visión prometiéndole que será suya y de su descendencia para siempre. Su descendencia será como el polvo de la tierra que no se puede contar.
Después de recibir la orden de recorrer la tierra a lo largo y a lo ancho Avram se muda y llega hasta la planicie de Mamré, en Jevrón. Allí edifica su tercer altar en la tierra prometida.
Cuarta aliyá, 14:1-20
Cuatro reyes del oriente vienen a hacer guerra para subyugar de nuevo a los territorios que se han rebelado contra ellos, y entre ellos se encuentran las cinco ciudades del territorio de Sedom, que están cerca de aquel valle que luego se convertiría en el mar salado. Los cinco reyes del territorio de Sedom salen a enfrentar a los cuatro reyes del oriente, y son derrotados ante ellos. Las dos ciudades Sedom y Amorá son despojadas y Lot es tomado como prisionero de guerra con todas sus posesiones.
Cuando Avram se entera de esto, moviliza a sus 318 hombres adiestrados y sale detrás de los reyes del oriente hasta el norte del país. Por la noche los ataca y los persiguen hasta el norte de Damesek, recobrando así todos los bienes junto con los prisioneros de guerra, incluyendo a Lot.
A la vuelta de la matanza sale el rey de Sedom, que había sobrevivido, a su encuentro en el valle del Rey. En ese momento se presenta el rey y sacerdote de Shalem, Malki-Tsedek, ofreciendo a Avram pan y vino. Malki-Tsedek bendice a Avram y luego al Altísimo que le había entregado a sus enemigos.
Quinta aliyá, 14:21 – 15:6
El rey de Sedom le ofrece a Avram todos sus bienes recuperados en la guerra pero Avram rehúsa recibir para sí ni un hilo de ese rey malvado para que nadie diga que él le había enriquecido.
Después viene la palabra de HaShem diciendo a Avram que no tema porqué El es su escudo. Cuando Avram recibe la promesa de que su recompensa será muy grande contesta diciendo que no tiene hijo para heredar todos los bienes. HaShem cambia los planes en cuanto al heredero. No será el mayordomo de la casa, Eliezer de Damesek, sino uno que saldrá de sus propias entrañas.
HaShem le saca a Avram y le dice que cuente las estrellas del cielo si puede. “Así será tu descendencia”, le dijo. Avram le cree a HaShem y le es considerado como justicia.
Sexta aliyá, 15:7 – 17:6
El Eterno promete de nuevo que le va a dar la tierra para su posesión. Avram pregunta cómo podrá saber eso. El Eterno le manda traer y sacrificar unos animales. Por la tarde viene un sueño profético sobre Avram y puede sentir el terror de lo que sus descendientes van a experimentar al ser oprimidos durante 400 años en una tierra ajena. Después de la muerte de
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