Evangelización para padres de niños bautizados
Pablo PaolasiniApuntes8 de Agosto de 2018
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Evangelización para padres de niños bautizados
Nuestro Compromiso Cristiano
Quiero compartir con Uds. esta pequeña obra para ayudarles en ese compromiso que asumieron el día del bautismo de su hijo/ hija
Solo les pido una cosa que lo lean y si les agrada vuélvanlo a leer una vez y otra vez, las veces que haga falta hasta que…
-Papás y padrinos.
-¿Se comprometen a educar a su hijo/a en la fe cristiana y sobre todo con el testimonio de la fe de ustedes?
-¡Si, Nos comprometemos!
Jesús poco antes de dejar este mundo para regresar al Padre envió a sus apóstoles y discípulos a evangelizar, y les dijo: Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. (Marcos 16,15-16)
El mandato de Jesús para ser salvados, es decir para ganar la vida eterna, es creer y estar bautizado. Se supone que estamos bautizados, luego solo nos resta creer. Pero que creer, en que creer, en quien creer.
Tal vez no nos acordemos de nuestra catequesis o simplemente no lo sabemos. Lo cierto que si queremos educar a nuestros hijos en la fe lo primero sería comenzar por nosotros porque el ejemplo es la mejor enseñanza para ellos.
Este pequeño ejemplar no pretende ser nada mas que una somera guía, que nos ayude a encontrar
el camino hacia la casa del Padre, el camino a la felicidad, y no me estoy refiriendo a la felicidad que podemos experimentar en un momento fortuito de nuestra vida en este mundo, sino la felicidad verdadera, permanente, sublime y eterna en la presencia de Dios desde aquí y ahora.
A lo mejor en este momento puede que no te interese la propuesta, pues uno, siempre tiene algo mas urgente o mas importante que hacer, “que estar perdiendo el tiempo en pavadas”.
Pero si te tomas unos minutos para leer este mensaje de salvación que además de ayudarte en el camino de fe para educar a tus hijos puede ser la diferencia entre la vida eterna y la condenación sin retorno. ¡La vida eterna no es pavada!
Dios siempre llama y nos llama porque como Padre tiene un profundo amor a sus hijos y hagamos lo que hagamos, Él nos espera con los brazos abiertos, como al hijo prodigo de todos los tiempos, que vuelva a Él arrepentido, para darle la corona de la vida Eterna. (Lee Lucas 15,11-24)
No es casualidad que estés aquí hoy, leyendo esto, estás aquí respondiendo al llamado de amor de Dios para con vos.
EL PROYECTO DE AMOR DE DIOS PARA NOSOTROS.
Dios es amor y por puro amor nos ha creado,
porque quiere compartir con nosotros su felicidad eterna. Nos creó a su imagen y semejanza, nos creó libres, para que aceptemos compartir, o no, su proyecto de amor. Tenemos que comprender bien esto, para poder llegar a vivir nuestra vida según este proyecto y caminar sin vacilar hacia la meta propuesta y señalada por Dios: “El reino de los cielos”.
La más grande creación del Padre Celestial, la más importante obra que haya salido de sus manos somos nosotros. Nos hizo a su imagen y semejanza. Dios nos creó libres, para elegir. ¡Mirá que importante es esto!
Dios podía habernos hecho obedientes, dóciles, que lo amemos a él y nos amemos entre nosotros, pero entonces no seríamos más que robots y Dios no quiere el amor de robots, por eso nos creó libres, para que lo amemos, y no por obligación, sino por propia voluntad, para que seamos nosotros quienes determinemos amarlo o ignorarlo. Por eso nos dio la libertad de elegir: ser felices con ÉL o el camino de los propios caprichos.
LA RESPUESTA DEL HOMBRE
Al PROYECTO DE DIOS
El hombre, representado en Adán y Eva, nuestros primeros padres (Genes1,26-30) cae bajo la tentación del demonio que celoso y envidioso del amor de Dios para con el hombre, lo arrastra a la desobediencia y lo influencia a la falsa idea que puede ser como Dios sin necesidad de Él.(Gen3,1-15).
Adán y Eva, eran amigos de Dios, vivían felices en el Paraíso, tenían toda la creación a su disposición un regalo de Dios para que fueran felices.
Todo estaba bien, todo era perfecto ¿qué paso entonces? ¿Porque el mal se adueñó del mundo?
Adán y Eva se dejaron seducir por el demonio, le creyeron mas a este, que a Dios.
La tentación de Satanás: “Si comes de este fruto, serás como Dios”.
Cayeron en la trampa, eligieron la muerte.
Este es el primer pecado, querer ser como Dios, y en ese acto de desobediencia y de soberbia, le estaban diciendo a Dios, -¡ya no te necesito!-
Este pecado, cometido en el principio, en el origen del hombre, se llama pecado original y asi nuestra naturaleza humana, creada en la gracia y en el amor, pierde la amistad y la gracia de Dios.
¡NOSOTROS! como descendientes de Adán y Eva heredamos las consecuencias de este pecado, y quedamos sometidos al mal, al dolor, al sufrimiento, a la enfermedad y a la muerte.
Alejados de Dios cometemos toda clase de barbaridades, y esto a su vez nos aleja cada vez más de Dios.
Por la gracia del bautismo somos liberados del pecado original.
Como Adán y Eva cada uno de nosotros, cada día elegimos comer del árbol del bien y del mal.
Cada día le decimos a Dios, no te necesito, yo me las arreglo solo/a. Hago lo que quiero con mi vida, con mi cuerpo, con mi casa, mis hijos, mi trabajo,
o le podemos decir -¡SI! “QUIERO” como le dijo la VIRGEN MARIA, viviendo según su voluntad.
A propósito ¿sabes quién es la Virgen María?
Dios puso un Ángel guardián con espada de fuego en la puerta del paraíso y desde entonces el hombre anda errante por el mundo buscando el camino, que le permita volver a ser feliz y golpea toda puerta donde cree poder encontrar la felicidad perdida. Llámese: dinero, poder, juego, alcohol, sexo, droga etc. Y en esa búsqueda, no solo, no encuentra la felicidad, sino que, lo que encuentra la mayoría de las veces es su propia perdición.
De muchas maneras se disfraza el demonio que nos sopla al oído ¡Come serás como Dios!
Como a Dios no lo podemos ver ni tocar ni escuchar entonces creemos que no existe, lo ignoramos, no nos atrae, no nos conmueve. Pero ¿puede acaso el ciego conmoverse o gozar una hermosa puesta de sol o el sordo una hermosa melodía? ¿Y que dirá el ciego que el sol no existe porque él no lo puede ver o el sordo dirá no creo en la música? Nuestros sentidos embotados por las preocupaciones de cada día, tapan, oscurecen y ocultan todo lo que es del espíritu y hacen que no podamos ver ni comprender pero Dios está. Debemos pedirle a Dios que nos de la luz del Espíritu, la luz fe, para creer aquellas cosas que por nuestra limitación no podemos comprender decíle: "Jesús, Dios mio quiero ver, haz que vea".
RESPUESTA DE DIOS A NUESTRA INDIFERENCIA
Dios se hace uno de nosotros.
Dios en su infinito amor y misericordia para con sus creaturas, no nos abandona a la suerte, sino que nos envía un salvador; y en un acto de amor infinito se anonada a si mismo haciéndose como uno de nosotros en la persona de su Hijo que se ofrece, como cordero expiatorio por nuestros pecados para reconciliarnos con el Padre.
Y es Jesús quien nos rescata de la muerte eterna mediante su sacrificio de la Cruz. Paga con su vida nuestro rescate.
Con este sacrificio, Jesús, sella una alianza nueva y eterna y por su resurrección, nos devuelve la vida, nos hace hijos de Dios y hermanos entre los hombres, formando asi, su nueva gran familia: la Iglesia, que siguiendo sus enseñanzas camina hacia la casa del Padre.
Que grande, que maravilloso, incomprensible e insondable es el amor de Dios para con nosotros.
JESUCRISTO ES EL CAMINO
Jesucristo el hijo de Dios, la segunda persona de la SS. Trinidad se hace hombre para nuestra salvación. En Jesús se realiza el proyecto de Dios.
En Jesús Dios y hombre, está el Dios que se abaja al hombre, y el hombre que asciende a Dios. Este es nuestro camino el camino hacia Dios por Cristo Jesús.
"Tanto amó Dios al mundo que envió a su único hijo para que todo el que crea en Él, no perezca, sino que tenga la vida eterna" (Juan, 3-16).
Alrededor de los treinta años Jesús comienza la misión de anunciar a los hombres: la buena noticia del Reino y El mensaje de salvación.
Esta es la buena noticia:
- El reino de Dios ha llegado a los hombres, Dios está en medio de nosotros.
- Dios es nuestro Padre y los hombres somos hermanos.
- Los cautivos y los oprimidos son liberados.
- Los enfermos recobran la salud: los ciegos ven, los sordos oyen, los paralíticos caminan.
- Los pecados son perdonados.
- Bienaventurados, son los pobres, los afligidos, los tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los perseguidos...
El paso de Jesús sobre la tierra, ciertamente acercó a los hombres a Dios. Pero para que lo podamos vivir no debemos olvidar su mensaje de salvación.
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