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El olvido que seremos. UN NIÑO DE LA MANO DE SU PADRE


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2016  •  Biografías  •  2.211 Palabras (9 Páginas)  •  4.502 Visitas

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Abad, H. (2005). El olvido que seremos. España: Planeta

     Héctor Abad Faciolince es un escritor y periodista colombiano. Nació en Medellín en1958. Inició estudios de medicina, filosofía y periodismo en su ciudad natal. Finalmente estudió lenguas y literaturas modernas en la universidad de Turín. Se desempeñó como columnista de la revista semana, hasta abril de 2008 y a partir de mayo de ese mismo año se reintegró al ahora diario El espectador como columnista y asesor editorial.

     Ha recibido un Premio Nacional de Cuento (1981), una Beca Nacional de Novela (1994) y un Premio Simón Bolívar de Periodismo de Opinión (1998). Obtuvo en España el primer Premio Casa de América de Narrativa Innovadora en el año 2000 y en abril de 2005le fue conferido en china el premio a la mejor novela extranjera del año por Angosta.

RESUMEN

UN NIÑO DE LA MANO DE SU PADRE

     La vida de Héctor Abad hijo comienza en el seno de una familia muy estable, con cinco hermanas mujeres y él, como único varón muy consentido por su padre, por lo que la relación afectiva que tuvieron siempre fue muy cercana, amorosa y con un poco de complicidad. Su madre casi por contrarrestar todas las demostraciones de afecto de su padre, siempre se mostró un poco más dura con él, aunque eso nunca le importó ya que para él el ser más importante de su vida era su papá, un héroe, una persona con la capacidad de hacerlo sentir protegido y amado en todo momento, que jamás se negó a sus peticiones, siempre y cuando no fueran en contra de sus principios; las demostraciones de afecto que le brindaba su padre, incluidos esos saludos con besos y palabras amorosas que en algún momento suscitaron las burlas de sus compañeros de clase, hicieron que Héctor hijo creciera siendo una persona feliz, y segura de sí misma.

Además de todo el amor que le brindaba a su hijo, Héctor padre le regalaba la maravilla del conocimiento, siempre inculcándole una educación liberal y de mente abierta, con sus muchos libros y su música, hacía que creciera su espíritu de aprender y liberarse de las falsas doctrinas que oía a diario por parte de sus familiares, completamente impregnados de la fe católica. Lo que más disfrutaba era pasar tiempo al lado de su padre, quien iba con el de la mano a todas partes y le mostraba la vida con una forma única, que lo hacía sentir afortunado.

UN MEDICO CONTRA EL DOLOR Y LA FANATISMO

     Héctor Abad Gómez tenía una idea diferente de la medicina, a él le preocupaban mucho más las razones por las cuales las personas se enfermaban, y no el tratamiento como tal, que muchos médicos veían como un negocio lucrativo, él, en cambio, se disponía a averiguar cómo vivían las personas y cuales eras sus necesidades básicas, para así tratar el problema de raíz. En esa época había problemas de gran índole en cuanto a enfermedades infecciosas, que se desencadenaban de la falta de agua potable y otros problemas de saneamiento básico, por lo que el doctor Abad se dispuso a hacer todo tipo de intercesiones por las personas menos favorecidas, que no contaban con las condiciones de vida necesarias para funcionar.

     El doctor siempre se había preocupado por hacer de este un mundo más solidario e igualitario, que brindara oportunidades a todas las personas independientemente de quienes eran o de donde viniera. Era despegado de lo material, y no le importaba regalar su tiempo o su dinero si era para una justa causa, le dolía su pueblo, y por eso organizaba caminatas a barrios pobres con algunos de sus amigos para poder conocer las condiciones de la gente, para tratar de abrirles los ojos, mostrarles sus derechos y organizarlos para que actuaran ante las injusticias y los atropellos que recibían de los que estaban arriba, del gobierno, que para el doctor siempre fue blanco de críticas, porque creía  que ellos eran directamente responsables de la desigualdad, estos que supuestamente se rigen bajo leyes de unanimidad y la justicia olvidaban al pueblo y no les importaban las muertes de estos pobre desdichados sin voz ni voto.

     Es por todo lo anterior, que H. Abad Gómez fue en principio, criticado y despotricado por muchas de las elites de su ciudad, incluyendo la iglesia católica, a que muchos de sus familiares estaban unidos, y que veían con malos ojos su falta de fe.

     En la universidad de Antioquia donde era docente, nunca se le permitió tener libertad de pensamiento, y mucho menos la divulgación de todas sus ideas, siempre estaba bajo miradas de juzgamiento y de amenaza.

GUERRAS DE RELIGIÓN Y ANTÍDOTO ILUSTRADO

     Héctor hijo, tuvo una gran influencia religiosa por parte de ambos padres, sin embargo su mamá cruzaba el nivel más alto ya que se había criado en un hogar de religiosos católicos sumamente recatados y conservadores, con un tío cura que la había criado, y posteriormente hermanos también ordenados en la comunidad religiosa. Es por esto, que contaban en su casa con una monja de compañía que los cuidaba a él y a su hermana menor, quien se encargaba además de inculcarles la fe de todas las maneras posibles, con rosarios interminables, historias y cantos de alabanza. Además, para sellar el asunto, también debía asistir a un colegio católico, que elevaba aún más su contacto con los ideales cristianos chapados a la antigua. Sin embargo, cuando llegaba a su casa, y su padre emprendía las jornadas de ilustración mucho más interesantes para él que su colegio, se daba cuenta que no solo existían las historias que le contaba la hermana Josefa, sino también los autores de ciencia y de arte que su padre le mostraba diariamente, y con los que consiguió un sólido entendimiento de cómo funcionaba el mundo y la realidad de muchas de sus preguntas ante lo desconocido.

VIAJES A ORIENTE

     Frente a la inminente critica de sus superiores ante sus inocultables ideales y sus discursos en contra del sistema oligarca del país, se le solicitó al doctor Abad en repetidas ocasiones que se desvinculara de su catedra en la universidad. Esa idea de abandonar su vida como docente no se la permitía, además porque había trabajado incansablemente por su alma mater, y era irónico que quisieran que se fuera, después de haber sido precursor de grandes avances en ella. Sin embargo recibía constantes críticas y se veía enfrentado por innumerables personas que lo acusaban de infamias que hasta lo sorprendían, es por eso que empezaron a hacerse consecutivos sus viajes al exterior para hacer asesorías internacionales, con el fin de acallar un poco los conflictos en la facultad y no llegar a ser despedido cruelmente. Es así, que el doctor emprende sus viajes a oriente sin otra alternativa, y Héctor hijo sufre las irremediables consecuencias de su ausencia. El niño no dejaba de extrañar a su padre ni un solo momento, incluso pide que no cambien las sabanas de la cama de su padre para percibir su aroma y su presencia. Esa distancia es la muestra de cuanto adoraba a su papá y cuán importante era en su vida, y en la de su familia, sus cartas lo llenaban de alegría porque traían la voz de su padre y lo acompañaban en la noches aunque no estuviera presente.

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