Folleto De Oraciones Para Retiro

Esquema para Hora Santa

-Exposición del Santísimo acompañado con canto

-Invocación: Por siempre sea alabado mi Jesús Sacramentado…

En el cielo en la tierra y en toda parte y lugar…

-Oración: Gracias, Señor, por buscarnos, por no dejarnos solos en el camino. Nos conoces y sabes que somos presas fáciles del desánimo y del abatimiento y nos cuesta mucho reconocerte en nuestra oración. Ilumina nuestra mente y nuestro corazón para que sepamos descubrirte y experimentemos esa cercanía que nos llena de paz y amor…

Ponemos en tus manos nuestras alegrías e inquietudes, pero sobre Señor, hoy venimos a pedirte por los jóvenes de nuestra parroquia, pero en especial por nuestros hijos, hermanos, amigos… que se encuentran en este momento en un encuentro especial contigo, Señor, enciende en ellos la luz de tu Santo Espíritu, para que ellos puedan de esta manera transmitir tu Palabra, transmitir tus enseñanzas a todo aquel, joven y adulto, que los necesite, y ayudanos a también asumir el compromiso de apoyarlos, escucharlos, pero sobre todo entenderlos, como dice el Patrón de la juventud San Juan Bosco “No hay jovenes malos, sino que no hay nadie que les diga que pueden ser buenos.” Gloria al padre, al hijo y al espíritu santo…

-Canto de adoración

-Lectura

Del santo Evangelio según san Lucas 24, 13-35

Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. Él les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido. Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?» Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron». Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, Él hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado». Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.

-Reflexión:

En este evangelio se nos muestran varios aspectos del discípulo que tenemos que tener en cuenta a la hora de seguir a Cristo, uno de los últimos pero el más importante es algo que estamos haciendo en este momento, que es reconocer a nuestro maestro en la eucaristía,

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