Guía para Hora Santa Jóvenes

Guía Hora Santa

Pascua 2018

Jueves Santo

Lector 1:

Lector 2:

Lector 3:

L1: Nos cubrimos con el cuerpo y la sangre de Cristo

L1: ¡Oh Jesús de mi alma, encanto único de mi corazón!, queremos velar contigo, queremos estar junto a ti. Cansado de todo, sólo a Ti quiero, sólo a Ti busco, sólo en Ti hallo mi bien. Esta noche quiero velar un momento junto a ti, quiero ofrecerte esta hora para acompañarte, enséñame a orar, y dame fuerza de espíritu, tú lo dijiste a tus discípulos, el espíritu es animoso pero la carne es débil, dame fortaleza para velar y acompañarte…

(Canción: Vengo ante ti señor)

L2: (A mitad de la canción) Permanece en meditación y adoración interior, llena tu espíritu y tu corazón de estos sentimientos hazle saber que estas aquí para estar con él, que has venido a buscarlo porque lo necesitas.

(Canción: Vengo ante ti señor)

L3: Ayúdame a hacer silencio Señor, quiero escuchar tu voz. Toma mi mano, guíame al desierto, que nos encontremos a solas, tú y yo. Necesito contemplar tu rostro, me hace falta el calor de tu voz, caminar juntos, callar, para que hables tú.

(silencio)

Me tienta el conformismo, la comodidad del día a día sin dar de mi más de lo necesario, esforzándome lo mínimo, dejándome llevar por la pereza y la falta de compromiso, donde esperamos resolver todo el día de mañana. Me pongo en tus manos señor, ayúdame a asumir mis errores y dame fortaleza para cambiar, barre mis dudas e inseguridades, que no me dejan avanzar y sobre todo ábreme los ojos ante la verdad, que todo lo que haga, lo haga por amor a ti y cada paso a dar sea con sabiduría y humildad.

(Canción: Mírame señor)

L1: Piensa ahora en las faltas que más te afligen, en la pasión que más te domina, y pide a Jesús la gracia y perdón, el propósito de seguir trabajando para vencerte, de prevenir las ocasiones en que te vez tentado y de no cansarse de trabajar en tu espíritu.

(silencio)

L2: Jesucristo ha sido para ti como el centinela amoroso que ha velado por tu vida y por tu salvación. Tu pecabas, tú te perdías en los caminos del mundo, te ibas lejos, muy lejos, y él te seguía con la mirada y te esperaba… preparaba los amorosos lazos con los cuales te ha traído a esta adoración ¡Cuanta bondad, cuanta ternura la de ese corazón que tu haz herido tantas veces, y cuan poco has merecido que él te tratara tan noble y generosamente!

(silencio)

Ten presente que la cruz no faltará mientras vivas, que será preciso padecer hasta la muerte, y proponte santificar en adelante esos padecimientos, sufriéndolo todo con resignación y con amor.

(Canción: cruz de mis ancestros)

L3: ¡Qué poco nos duele a veces el pecado! ¡Con que facilidad olvidamos nuestra esencia como hijos de Dios! ¿Creemos de verdad en la vida eterna? Nos duelen mucho las ofensas que los demás nos hacen, pero nos importa muy poco el dolor que infligimos al Corazón de Cristo con nuestro comportamiento. Cuidamos demasiado nuestra imagen ante los hombres y olvidamos fácilmente esa otra imagen de Dios que llevamos esculpida en nuestro ser. Buscamos salvar las apariencias, pero nos esforzamos poco por salvar la propia alma y por construir nuestra vida ante Aquel que nos examinará sobre el amor el día de nuestra muerte. Lamentablemente para muchos el pecado no supone una gran desgracia ni un grave problema, como podría serlo la pérdida de la posición social o un fracaso económico. La mentalidad del mundo materialista se nos filtra, casi sin darnos cuenta, y va cambiando poco a poco nuestras prioridades. ¿Qué pasaría si Dios te llamara a su presencia en este momento: me encontraría con el alma limpia y las manos llenas de buenas obras?

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